Coronavirus. El día que Bolsonaro dijo que el Covid-19 era “una gripecita”

Fue allá por fines de marzo, cuando la pandemia ya empezaba a ser una amenaza seria. Jair Bolsonaro calificó a la enfermedad como una “gripecita” o “un resfriadito”. No era el primero ni el más brutal de los comentarios.

"En mi caso particular, por mi historial de deportista, en caso de que fuera contagiado, no necesitaría preocuparme. Nada sentiría, como mucho, una gripecita o un resfriadito".

El negacionismo ante la pandemia se convirtió en la marca de agua del mandatario brasilero. Todo a costa de la salud y la vida de millones de personas. Actualmente, en el vecino país, hay más de 65 mil personas fallecidas por el covid.

Pocos días después dejó otra declaración para el repudio. “El brasileño tiene que ser estudiado. Él no se contagia. Le puede ver saltar a una alcantarilla, bucear, ¿verdad? Y nunca le pasa nada. Yo creo que hay mucha gente que ya se ha contagiado en Brasil y ya tienen los anticuerpos que ayudan a que no siga proliferando”, declaró ante los medios. 

Con los meses, a pesar el masivo crecimiento de los contagios, los discursos y las medidas de Bolsonaro continuaron en la misma sintonía. Sus declaraciones se volvieron más brutales.

Así, en las últimas semanas afirmó “van a morir, lo siento. Esta es la vida, esta es la realidad. No podemos detener una fábrica de autos porque hay 60.000 muertes de tráfico al año, ¿verdad?”.

En otra declaración ante los medios llegó a afirmar, casi riendo, que "lo lamento. ¿Qué quieren que haga qué? Soy Messias, pero no hago milagros".

En términos de medidas, ese negacionismo quedó en evidencia abiertamente en la última semana, cuando vetó el uso obligatorio el uso de tapabocas en cárceles, iglesias, escuelas, comercios y cárceles.

Este martes, pasado el mediodía, se confirmó su contagio.

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