Clarín y la construcción mediática del nuevo relato. Nisman, Stiuso y el barro. Lula y un balance de los Gobiernos posneoliberales. Criminalización de la protesta y marcha del 24 de marzo.
Domingo 6 de marzo de 2016 13:43
Este domingo Mauricio Macri debe haber festejado que ya tiene su propio diario, como Yrigoyen, personaje de la historia argentina al que reivindicó el martes pasado. Los dos editorialistas centrales de Clarín se dedican a ratificar el relato que Macri lanzó ese mismo día en el Congreso de la Nación. Pero, además, ellos también tienen “propuestas”.
Así Julio Blanck afirma que “Mauricio Macri está acostumbrado a darse todos los gustos. También en la política. Y la Presidencia no parece ser un obstáculo para que siga intentándolo (…) Ocho años de gobierno de la Capital, con mayoría en los votos pero no en la Legislatura, lo entrenaron en la rutina de ceder en lo accesorio para conseguir lo principal. Con ese espíritu de democrática e inevitable tolerancia está encarando la continua negociación con sus contrapartes políticas, sindicales, parlamentarias y económicas”.
En el mismo sentido reivindicatorio agrega que “para espanto de los que, tontamente o con propósito avieso, lo vinculan con la dictadura, Macri pronunció en su discurso ante el Congreso el “nunca más” que resume la condena social inapelable a los crímenes del régimen militar”.
Las “tontas” vinculaciones están más que demostradas en cualquier análisis histórico del meteórico crecimiento del grupo Macri durante la última dictadura, que pasó de sólo siete empresas a más de cuarenta.
Blanck agrega que “está claro que el fuerte de Macri no es lo simbólico, sino lo práctico (…) Se trata de corregir o encaminarse hacia la corrección de las graves y profundas distorsiones que Cristina le dejó como herencia en el Estado que le toca administrar (…) a una sociedad que a fuerza de desfondar la caja del Estado el gobierno de Cristina le construyó la ficción de que no había crisis, el sacrificio que ahora puede reclamársele debe ser cuidadosamente fundamentado y sus alcances perfectamente explicados y acotados”.
Por las dudas, y como tomando nota de que semejante relato es poco creíble, agrega que “si este mecanismo de equilibrio y compensación funciona mal (…) Macri y su gobierno pueden encontrarse pronto con una situación de crisis social y política importante”. La tarea de Blanck es, lógicamente, tratar de que el “mecanismo” funcione lo mejor posible.
Blanck informa que se estaría discutiendo la modificación de las escalas del impuesto a las Ganancias: “El tratamiento se haría antes de mitad de año, con el objeto de descomprimir la negociación salarial en las paritarias que pronto van a comenzar. Pero (…) la intención es que recién el primer día de 2017 las nuevas escalas de Ganancias entren en vigencia (…) que el costo fiscal por la baja en la recaudación de ese impuesto no impacte este año sobre las ya golpeadas y endebles cuentas del Estado”.
El “costo fiscal” de la eliminación de las retenciones no pareció preocupar tanto. Dichas medidas se tomaron en cuestión de días y por decreto. Ahí no hubo “vocación dialoguista” alguna.
El fantasma de Nisman
Por su parte, Eduardo van der Kooy escribe que “la muerte todavía misteriosa del fiscal Alberto Nisman ha regresado en forma de mancha espesa sobre la política (…) Según evolucione la situación la figura de Cristina Fernández podría caer de nuevo en la picota. La espera el juez Claudio Bonadio para declarar en la causa por la venta del Banco Central de dólares a futuro”.
El periodista añade que “las novedades más importantes no han sido las revelaciones de Jaime Stiuso (…) Es difícil discernir entre la verdad y la mentira cuando habla aquel topo tenebroso”.
Sin embargo, esta semana Clarín y TN repitieron hasta el hartazgo las afirmaciones “no discernibles” de Stiuso. Un ejemplo de “periodismo independiente”, pero independiente de la verdad.
Van der Kooy se pregunta “¿Qué podrá pasar si, en efecto, se corrobora el dictamen de homicidio de Saenz? ¿No podría requerirse la reapertura de la denuncia por encubrimiento terrorista que fue cerrada sin investigación? Bastaría, tal vez, que los familiares de las víctimas de la AMIA lo solicitaran como parte querellante”. El columnista de Clarín hace todo lo que está a su alcance para que algo así ocurra.
No es en lo único en que tratar de vender sus deseos como análisis. Dice más abajo que “el dictamen de Sáenz sobre homicidio y la catarata de palabras de Stiuso no sólo tienden a dar un vuelco a la situación. Abrieron además una crisis en un sector del Poder Judicial. Palmaghini declaró su incompetencia por razones inverosímiles (…) que había rechazado semanas atrás. La jueza temió verse en una encerrona porque se comportó siempre como sostén de la fiscal Fein (…) Fein no sólo tuvo la solidaridad de Palmaghini para su labor. Entre disimulos, también contó con la mano de Alejandra Gils Carbó”.
Para rematar la idea agrega que “al final no faltó la recompensa. Fein piensa en su jubilación (…) Pero se acordó de los suyos. Pidió a la Procuración el pase a planta permanente del personal bajo sus órdenes. Con fecha del 23 de diciembre pasado Gils Carbó le dio ese gusto”. Vamos por la cabeza de Gils Carbó faltó decir al periodista.
Van der Kooy nos regala otra “perla” en su columna. Afirma que “algunos desde el anonimato rumorearon la hipótesis de que los dichos de Stiuso habrían sido fogoneados por el macrismo. Un disparate: el topo llegó al lugar que llegó empujado por Néstor Kirchner. Para colaborar con Nisman en la causa AMIA y entretenerse acercándole información al ex mandatario sobre la actividad de opositores, empresarios y periodistas”.
Una cosa es que el kirchnerismo haya convivido con estos sectores e incluso sostenido su continuidad. Otra es negar el hecho de que, efectivamente, hay una operación política en marcha que cuenta con el aval abierto del macrismo. Por algo Stiuso confirmó que “se queda a vivir en el país”.
La felicidad de Morales Solá se llama Bonadio
Este domingo, Joaquín Morales Solá y La Nación no pretenden ser menos que Clarín. Así que el columnista afirma que “Cristina Kirchner ha vuelto sin que se la note. No está en las cadenas nacionales ni en la Plaza de Mayo. Pero está. Su última batalla desesperada la libra en estos días para evitar la aprobación parlamentaria del acuerdo con los holdouts alcanzado por Mauricio Macri […] cree que la región sufre una fuerte ráfaga judicial y política para terminar de una vez por todas con los populismos latinoamericanos. Lula, Dilma Rousseff y Evo Morales están judicialmente cercados por enormes escándalos de corrupción”.
Uno puede imaginarse a Morales Solá relamiéndose mientras escribe que la expresidenta “el próximo 13 de abril […] deberá cumplir con la citación a declaración indagatoria que le cursó el juez Claudio Bonadio por las operaciones del Banco Central (…) Ese magistrado no llamó a indagatoria nunca a ningún funcionario importante (o a figura política significativa) sin tener redactado antes su procesamiento (…) El primer procesamiento de Cristina Kirchner por hechos de corrupción sucederá entre abril y mayo”.
El periodista relata además que “la espectacular reaparición del viejo jefe de los espías argentinos Antonio "Jaime" Stiuso sobresaltó más de lo que se sabe a Cristina Kirchner (…) ¿Su show empieza y termina en el caso Nisman? Difícil. De Nisman dijo dos cosas que ya sabía la comunidad política. Una: el fiscal fue asesinado, no se suicidó. La otra: del crimen participaron la inteligencia iraní y cómplices locales. Lo suyo fue una "interpretación" sin pruebas (…) La causa de la muerte de Nisman podría potenciar la denuncia del fiscal sobre la complicidad de la ex presidenta con los terroristas que volaron la AMIA”.
Otra confirmación de que para la Justicia y el “periodismo independiente” no hacen falta pruebas. Morales Solá remata diciendo que “ese contexto explica la desesperación de Cristina para terminar con Macri cuanto antes. Y la presión al Partido Justicialista para que les ordene a sus legisladores que rechacen el acuerdo con los holdouts, que sería un golpe directo a la estabilidad del Presidente”.
De nuevos y viejos relatos
Martín Granovsky escribe en Página 12 que “el discurso de Mauricio Macri, el martes 1º, elevó a niveles mágicos la palabra “relato”. El uso de la fuerza pública y la captura de Lula durante cuatro horas, el viernes 4, bajó las cosas a tierra: la política en Sudamérica se juega en el infierno de los ciclos económicos, las oscilaciones de la mirada popular, la capacidad de las fuerzas políticas para leer la correlación de fuerzas y tensar o distender según corresponda, la lucidez para cambiar y la chance de cambiar a tiempo (…) durante unos días dio la sensación de que la clave es cómo se cuentan las cosas. Si Macri no historiaba la herencia recibida como un pasado maldito, sostenían algunos de sus partidarios, no podría justificar el dólar a 16 (“de pánico”, diría Alfonso Prat-Gay) o la inflación del 40 por ciento. Perdería legitimidad”.
Haciendo una suerte de “autocrítica” el periodista señala que, en los últimos años del kirchnerismo, “ninguna narrativa posterior compensó el estancamiento económico, la inflación y la disgregación de la alianza social y política originaria. Más allá o más acá de su peligro real, ni los buitres ni Héctor Magnetto fueron percibidos a nivel popular como la causa de una economía empobrecida (…) La candidatura de Scioli chocó, entre otras cosas, contra ese tono épico que no coincidía con los problemas del 2015”.
Volviendo a Brasil, el periodista señala además que “¿Lula es un blanco móvil porque así lo resolvió Washington? Si no Washington, ¿un sector de la inteligencia estadounidense? […] ¿Tiene origen en los Estados Unidos el copyright de un método que se basa en el desarrollo de un Poder Judicial convertido en facción, la articulación de ese judiciario con los grandes medios y el estímulo del núcleo de las finanzas internacionales y las elites domésticas porque de ese modo suponen que cortarán de raíz cualquier atisbo de renacimiento popular? […] Las preguntas pueden ser lícitas. Pero ni la teoría conspirativa ni el registro de una conspiración verdadera responderán otra pregunta: ¿por qué un plan de ese tipo tendría éxito ahora si no lo tuvo antes fuera de países pequeños como Paraguay y Honduras?”.
Lo que el periodista omite preguntarse –como lo hace el conjunto del progresismo a nivel latinoamericano- es sobre el hecho de que, a pesar de un ciclo extenso en toda América Latina de Gobiernos identificados con el antineoliberalismo, esta derecha pudo conservar tanto poder en la casta judicial y los grandes medios. Esa cuestión es la que eligen nos discutir.
Milagro Sala, la criminalización de la protesta social y la movilización del 24 de marzo
Horacio Verbitsky dedica el conjunto de sus artículos de este domingo a dar cuenta de las condiciones de detención de Milagro, Sala, así como de las maniobras que llevó adelante el gobernador Gerardo Morales para sostener un encarcelamiento que, a todas luces, es persecutorio.
Así, el periodista señala que “el gobierno (…) la primera tarea que se propuso al asumir la gobernación el 10 de diciembre fue descabezar a esa organización gigantesca que llegó a ser el tercer empleador provincial, después del Estado jujeño y del ingenio Ledesma. Esos son los tres protagonistas de esa historia, y ésa la clave de lo que se discute. Con el bipartidismo peronista-radical, Carlos Pedro Blaquier y el ingenio fueron el poder real en la provincia, que controló el Estado a través de gobernantes que antes fueron sus empleados, hasta que la Túpac Amaru expresó el descontento popular con el sistema político y logró organizarlo como no se ha dado en ningún otro lugar del país”.
En otra nota relata como Morales “en cuanto asumió la gobernación suspendió la entrega de fondos para continuar con las obras. La Tupac le solicitó una audiencia y el 14 de diciembre ocupó con carpas y familias la plaza Belgrano, frente a la gobernación, a la espera de una respuesta. El 17, Morales dispuso un reempadronamiento obligatorio de las cooperativas y de los planes de asistencia social, que debía concluir el último día del año. El 12 de enero, en un nuevo decreto, lanzó un ultimátum perentorio: las personas y organizaciones que a partir de la 0 hora del 14 de enero permanecieran en el acampe serían excluidas de los planes y programas sociales, adjudicación de lote o vivienda, y/o plan o programa de viviendas. También denunció a Milagro Sala por “alzamiento contra una resolución o ley”. Pero el decreto 195 contra el que se habrían alzado los tupaqueros recién fue publicado en un anexo del Boletín Oficial del 8 de enero de 2016, aunque lleva firma del 17 de diciembre. Es imposible alzarse contra lo que no existe. El propio fiscal de Estado que cumplió la orden del gobernador dijo que el alzamiento habría sido contra el plan “que se anunciará próximamente”.
El periodista también mantuvo un diálogo con Morales, donde este negó de plano que haya persecución y que haya intervenido en la Justicia provincial. Algo que queda evidentemente refutado con las evidencias que aporta Verbitsky.
El periodista señala como conclusión que “Cuando Milagro Sala se aproxima al segundo mes de detención, la estrategia del contador Morales es clara: cada vez que se vencen los plazos para decidir y se impone dejarla en libertad, una nueva denuncia por un delito distinto permite prolongar el arresto. Tardé en entender qué tenía entre cejas Morales cuando me dijo que había 60 demandas penales contra Milagro: las irá desempolvando de a una, con el propósito de mantener en forma indefinida su privación ilegal de la libertad. La decisión de someter a Milagro Sala y pulverizar su organización se definió en 2009, cuando Morales era senador nacional, y cuenta con la adhesión de sectores significativos del justicialismo, porque la Túpac fue una espina clavada en ambos lados del bipartidismo provincial”.
La Izquierda Diario ha venido dando cuenta del carácter persecutorio de esa detención. Los referentes del Frente de Izquierda, a pesar de las diferencias existentes con Milagro Sala, exigen su libertada precisamente porque se trata de una forma de avanzar en la represión como medio para garantizar el ajuste.
Hace pocos días se publicó aquí una carta abierta de Nicolás del Caño y Myriam Bregman donde convocan a movilizarse el próximo 24 de marzo. Allí señalan claramente que la lucha contra esta criminalización de la protesta y contra el ajuste en curso, son banderas para marcha de forma independiente de los sectores capitalistas que hoy discuten el “porcentaje” de entrega al capital internacional.
Eduardo Castilla
Nació en Alta Gracia, Córdoba, en 1976. Veinte años después se sumó a las filas del Partido de Trabajadores Socialistas, donde sigue acumulando millas desde ese entonces. Es periodista y desde 2015 reside en la Ciudad de Buenos Aires, donde hace las veces de editor general de La Izquierda Diario.