El domingo (17) Jair Bolsonaro votó por el impeachment en homenaje a la “memoria del coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra”, el primer militar brasilero reconocido oficialmente como torturador.
Jueves 21 de abril de 2016
Todos los que presenciaron la votación del pasado domingo (17) en la sesión de la Cámara de diputados, que aprobó el proceso de impeachment, quedaron asombrados. En el ranking de lo bizarro, Jair Bolsonario, diputado electo por Río de Janeiro y actualmente integrante del Partido Social Cristiano (PSC), no necesitó esforzarse para estar en el primer puesto de la lista. Su declaración favorable al impeachment fue en homenaje a “la memoria del coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra”, nada menos que el primer militar brasilero reconocido oficialmente como un torturador, aunque murió impune.
La declaración de Bolsonaro provocó que la Orden de Abogados de Brasil, sección Rio de Janeiro (OAB-RJ) declarara que apelará al Supremo Tribunal Federal (STF) para pedir la anulación del mandato del diputado. El presidente de la OAB-RJ, Felipe Santa Cruz, comparó el discurso a palabras nazis contra los judíos: “Lo que él hizo allí es como si un diputado subiera al parlamento alemán para exaltar a Hitler y defendiera la muerte de los judíos. La apología de la tortura, al fascismo y a todo lo que es antidemocrático es intolerable”.
El periodista Ricardo Boechat también comentó las palabras de Bolsonaro: “Los torturadores no tienen ideología. Torturadores no tienen bando. No son contra o pro-impeachment. Torturadores son solo eso, torturadores. Es el tipo humano más bajo que la naturaleza puede concebir. Son cobardes, son asesinos y no merecerían, en ningún momento, ser citados como ejemplo. Mucho menos en una casa Legislativa que carga el nombre de Casa del pueblo”.
Incluso con una posición tan reaccionaria, Bolsonaro, que pretende ser candidato a la presidencia de la República, cuenta con el 6 al 8% de intención de voto, según la encuesta de Datafolha, y entre sectores con ingresos superiores a 10 salarios mínimos (5% de la población brasilera) llega al 20% de las intenciones de voto. El coronel del Ejército Carlos Alberto Brilhante Ustra comandó, entre 1971 y 1974, el Destacamento de Operaciones de Informaciones – Centro de Operaciones de Defensa Interna (Doi-Codi), órgano de represión política de la dictadura militar, que torturó a más de 500 personas con la muerte de al menos 50.
Ustra murió en octubre de 2015 a los 83 años por problemas cardíacos. Fue acusado por más de 300 crímenes pero el Tribunal de Justicia de San Pablo rechazó las denuncias en base a la Ley de Amnistía, que es fruto de un acuerdo con la dictadura para que los militantes exiliados en el exterior volvieran a Brasil sin complicaciones legales, mientras los militares también eran eximidos de responsabilidades. El acuerdo otorgaba la amnistía precisamente por los “crímenes políticos o practicados por motivación política”.
Bolsonaro se fortaleció bajo los gobiernos petistas
No sorprende que luego de una década de gobierno del PT lleguemos a presenciar declaraciones de figuras como Bolsonaro en la Cámara de Diputados. El gobierno hoy busca generar confusión entre el actual golpismo institucional y el golpe militar de 1964. Pero no podemos ignorar que el gobierno de la exguerrillera – presa y torturada en la dictadura por el mismo Ustra, como recordó suciamente Bolsonaro – para mantener su estabilidad con la base aliada, desde el gobierno de Lula, hizo todo tipo de alianzas con sectores reaccionarios y conservadores, incluso con cuadros de la dictadura militar como el diputado corrupto Paulo Maluf. Otro ejemplo de estas alianzas es José Sarney, figura de peso en la transición pactada a favor de la dictadura militar y expresidente del Senado, fue invitado para defender a Ustra en 2011, en un juzgamiento realizado en un Forum (Fórum João Mendes) en San Pablo, por la tortura y muerte del militante trotskista José Merlino.
Los gobiernos del PT al mantener la Ley de Amnistía que iguala torturadores y torturados, mantuvieron la impunidad de los torturadores y el secreto de los archivos, negando a los trabajadores, la juventud y al pueblo el derecho a la memoria, la verdad y la justicia. Todo con la complicidad del PCdoB y otros partidos que tuvieron militantes presos, torturados, muertos o desaparecidos. La transición pactada que puso fin a la dictadura manteniendo sus exponentes libres, con el respaldo de grandes empresas como la Federación Industrias de San Pablo (FIESP), también fue una pieza importante para el sostenimiento de los gobiernos del PT. Fue sólo recientemente que estos sectores que patrocinaron la dictadura militar se desbandaron hacia el lado del impeachment.
Desde el Movimiento Revolucionario de Trabajadores (MRT) hemos denunciado y combatido el impeachment y el fortalecimiento de sectores reaccionarios pero también denunciamos cómo el PT es responsable por esta situación, así como las organizaciones de los movimientos sociales y de trabajadores como el Movimiento Sin Tierra (MST) y la central sindical CUT, que inmovilizaron a sus bases para permitir que los ajustes del gobierno pasaran y ahora son incapaces de una lucha seria contra el golpismo institucional. Llamamos a los trabajadores y a la juventud que rechazan a la derecha a impulsar juntos una lucha seria contra el golpe institucional, sin por eso dar ningún apoyo al gobierno del PT.