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Red Internacional
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Francia. El efecto Macron y la crisis del Partido Socialista

El triunfo de Macron dejó al desnudo la crisis de los partidos tradicionales de Francia. El que sufre la mayor implosión es el Partido Socialista que se divide virtualmente en tres alas.

Juan Andrés Gallardo

Juan Andrés Gallardo @juanagallardo1

Miércoles 10 de mayo de 2017 15:26

El triunfo del candidato de la "antipolítica", el exbanquero Emmanuel Macron en las presidenciales francesas produjo una sacudida en los partidos tradicionales de cara a las elecciones legislativas de junio. Faltando menos de un mes y teniendo en cuenta que Macron no tiene un solo diputado en la Asamblea Nacional, todos se abocan a los armados políticos que le permitan conquistar bancas y quedar mejor posicionados ya sea para fungir como opositores o como aliados del nuevo presidente en el parlamento. Estos armados incluyen la apertura de un libro de pases entre partidos de distintos candidatos hasta el hundimiento de partidos, donde el que lleva las de perder es el Partido Socialista, que queda virtualmente fracturado en tres partes.

El golpe más duro lo dio el ex primer ministro Manuel Valls, y miembro del Partido Socialista que anunció que se iba a presentar en la lista de diputados de Macron, aunque la formación política del flamante presidente, En Marcha!, le bajó las aspiraciones y dijo que si quería ir en sus listas se debía anotar como cualquier otro postulante. Es lógico que En Marcha! no reciba con los brazos abiertos a Valls, que es visto como parte de la "vieja política" para la base de Macron, que se presentó como la renovación ("ni de izquierda, ni de derecha"), transformándose en el nuevo centro político, tras el derrumbe de los partidos conservadores/reformistas del llamado "extremo centro".
Junto a Valls hay otros dirigentes y miembros del Partido Socialista, que ya se habían negado a votar a su propio candidato, Benoît Hamon, el las elecciones presidenciales, y que hacen fila para ingresar de alguna manera a las filas del macronismo.

Por su parte Hamon, que vendría a ser el padre de la derrota habiendo sacado un magro 6% de los votos en la primera ronda presidencial, anunció que piensa refundar su corriente política basado en una lógica transversal, e hizo un llamado al reformismo de izquierda, sobre todo a Jean-Luc Mélenchon, para aparecer como una oposición legislativa a Macron.
Hamon anunció este miércoles que el próximo 1 de julio, tras las legislativas, lanzará un nuevo movimiento para refundar la izquierda, aunque sin abandonar el partido.
Mélenchon y su corriente, Francia Insumisa, que obtuvo un 19% de los votos en las presidenciales, le tiró este miércoles a Hamon algo parecido a un salvavidas de plomo al exigirle "romper" antes sus vínculos con el Partido Socialista (PS).

Esto deja un escenario en el que el PS se encuentra al borde de una implosión que está a los ojos de todos, salvo para un sector del partido que salió su rescate, a cualquier precio. Ese fue el escenario bizarro que se vivió ayer en la sede del Partido cuando el secretario general, Jean-Christophe Cambadélis, dijo "hoy es una jornada feliz para nosotros, hemos trazado las líneas programáticas y estamos reagrupándonos". No había felicidad en los rostros de los presentes, solo en las palabras de Cambadélis que presidió la conferencia que este martes trataba de mantener a toda costa la unidad del aparato partidario. Una unidad imposible frente al escenario de lo que parece ser el hundimiento terminal del socialismo francés.


Juan Andrés Gallardo

Editor de la sección internacional de La Izquierda Diario

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