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Red Internacional
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Universidad de Chile. El espejismo de la nueva Fech: El aparente "dinamismo" por arriba, pero sin discusión en asambleas de base

La Federación estudiantil dirigida por la JJCC y Convergencia Social lleva un mes dirigiendo a las y los estudiantes, manteniendo una absoluta dependencia del gobierno de Boric. Es urgente que convoquen y organicen asambleas en todas las facultades para enfrentar el fraude constitucional y retomar la pelea por aborto legal y educación gratuita.

Martes 3 de octubre de 2023

Hace aproximadamente un mes comenzó a funcionar la nueva Fech, tras tres años de ausencia por falta de quórum en las elecciones. La Federación volvió a las manos del Partido Comunista con su presidenta Catalina Luffin y del Frente Amplio con su vicepresidente David Águila. Todo el resto de la Mesa Directiva también pertenece a los partidos de Apruebo Dignidad.

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Durante este tiempo como dirigentes de la Federación -lo que durará hasta mayo de 2024, fecha en que habrá nuevas elecciones-, la Mesa Directiva se ha mostrado aparentemente dinámica: participaron de las movilizaciones de las facultades de artes y veterinaria por problemas de infraestructura, se manifestaron fuera del Consejo Constitucional contra el negacionismo de la derecha, fueron al pañuelazo por el aborto legal el 28 de marzo, entre otras iniciativas.

Sin embargo, aquel dinamismo de la directiva Fech es meramente de "posicionamiento". Se trata de un intento por “revitalizar” en el método, es decir, en la forma, pero no en el contenido. Cómo dice el dicho: mucho ruido y pocas nueces. Veamos.

La participación de las juventudes de gobierno en las movilizaciones locales constó netamente de un apoyo testimonial, es decir, ir y participar, que es lo mínimo que debería hacer cualquier federación. Sin embargo, no tuvo por objetivo que las movilizaciones tuvieran más fuerza, más organización, potenciar la lucha. Más bien cumplieron un rol de mediadores con las autoridades para negociar rápido unas cuantas promesas por parte de la dirección universitaria.

En realidad, estas movilizaciones locales, como también la que hoy se encuentran dando las y los estudiantes de pedagogía por los problemas administrativos en la gestión de las prácticas, tienen de fondo un cuestionamiento a la educación de mercado, el sistema de autofinanciamiento y el problema de quién toma las decisiones políticas, económicas y administrativas en las universidades y la educación pública, donde estudiantes y trabajadores hoy no tienen pito que tocar. Aun así, estas movilizaciones, al ser aisladas, no pueden enfrentar el modelo porque esto requiere de la unificación del movimiento estudiantil, lo que, en vez de ser potenciado por la burocracia directiva, esta gestiona la división y los mantiene como conflictos parciales.

Por esta razón es que este “dinamismo” en la forma, pero no en el contenido, es expresión de que las y los dirigentes estudiantiles de la JJCC y Convergencia Social mantienen, como era de esperarse, un apego irrestricto a su gobierno; son organizaciones que hace unos días hicieron una concentración en apoyo al “compañero” presidente Boric, quién se ha mostrado durante todo su tiempo de gestión como un continuador de la política represora de Piñera, incluso con un nuevo caso de trauma ocular para la conmemoración de los 50 años del golpe.

Esta subordinación por parte de la Fech al gobierno de Boric tiene su correlato en términos programáticos, el que no tiene nada que ver con el programa histórico del movimiento estudiantil y que es servil a la agenda educativa de Apruebo Dignidad, con el que agitan la necesidad de “un nuevo financiamiento para la educación superior”, sin aclarar qué significa aquello ni cómo se plantea lograr.

El CAE

Por ejemplo, Gabriel Boric anunció la condonación del CAE en la cuenta pública de hace algunos meses, sin embargo, quedó todo subordinado a la reforma tributaria y a los acuerdos con la derecha en el parlamento. Como un acto de “buena fe”, en el que los partidos de gobierno no tienen ninguna responsabilidad y la culpa es netamente de una derecha que no quiere negociar, o como dijo Catalina Luffín en una entrevista en Radio Usach, que con su falta de “diálogo democrático” no quieren “hacer avanzar cambios y transformaciones necesarias para el bienestar del país”. Como si la derecha en algún momento de la historia hubiera sido el motor de los cambios favorables al pueblo trabajador y no de los grandes empresarios, en este caso, de la educación.

Pero, ¿no habían llegado a La Moneda con un discurso de “enfrentar a la derecha”? Tal como lo hace Boric, la Fech, como “ministerio estudiantil” de su gobierno, se arrodillan ante el “avance irrefrenable que ha tenido la ultraderecha en nuestro país”, como dijo Luffín en la misma entrevista. Como si estos partidos no hubieran tenido nada de responsabilidad en el avance de la ideología conservadora que provocó el fortalecimiento de la ultraderecha de Kast, tomando permanentemente la agenda de la oposición en términos económicos, como fue con la aprobación el TPP-11, apenas aumentar el sueldo mínimo -con flexibilización laboral-, presentar un presupuesto que sigue dejando en crisis a la salud y educación públicas, y pactando entre la casta política un fraude para cambiar la constitución, manteniendo los pilares de régimen político y el modelo económico impuestos en la dictadura.

El Fraude constitucional

La Fech también se hizo parte de la movilización en el día internacional por el derecho al aborto legal, libre, seguro y gratuito, en donde incluso Catalina Luffin dijo que era una “primera demostración de fuerza” y que están “alerta a las discusiones del debate constituyente”, refiriéndose a los ataques hacia las mujeres y cuerpos gestantes por parte de las derechas en el Consejo Constitucional. Sin embargo, la Fech solo hizo una convocatoria por redes sociales, lo que es absolutamente insuficiente: ¡Que la Fech convoque asambleas de base para discutir cómo enfrentar a la ultraderecha y retomar la pelea por conquistar el derecho al aborto!

Por su parte, los partidos de gobierno siguen participando y legitimando este fraude constitucional y a lo más, se pronuncian en contra de las aberrantes enmiendas propuestas por el Partido Republicano, pero sin cuestionar de conjunto el proceso. Más bien, buscan que se respete la propuesta realizada anti democráticamente por “los expertos” elegidos a dedo por la casta política en el Congreso.

La Fech que necesitamos

La Federación no puede ser una sucursal estudiantil del gobierno de Boric: es necesario impulsar un movimiento estudiantil que sea independiente de cualquier gobierno, en donde las decisiones se tomen democráticamente desde las asambleas de base. Que el aparente dinamismo de la Fech deje de ser un espejismo de una Federación movilizada, sino que, por el contrario, cumpla un rol de organizador y potenciador de las luchas del movimiento estudiantil.

Es necesario que la Fech deje de estar alejada de las bases y cumpla con sus promesas, que se haga carne los dichos de los representantes estudiantiles cuando dicen que la Federación es de las y los estudiantes. De esta manera, es urgente que la Fech impulse asambleas de base en todas las facultades para discutir todas nuestras demandas y un programa para el movimiento estudiantil en el marco de la gran crisis educativa en la que nos encontramos hace años, y donde el gobierno pone por prioridad inyectar más plata para la represión y los pacos en vez de la educación, la que cada año, por cierto, es más cara debido a las alzas de aranceles, mientras las autoridades ganan como gerentes.

Desde las agrupaciones Vencer y Pan y Rosas creemos que es necesario buscar la unidad con las y los trabajadores para pelear por educación gratuita, de calidad, democrática y no sexista, que sea financiada 100% por el Estado mediante aportes basales directos que provengan de impuestos a las grandes fortunas y la nacionalización de los recursos naturales; por fin al CAE y toda la deuda educativa, sin indemnizar a los bancos; por aborto legal, libre, seguro y gratuito, porque también es un problema de salud pública; por un cogobierno triestamental donde las decisiones sean tomadas por estudiantes, trabajadores y académicos; y por todas las demandas del estudiantado.

Además es urgente que la Fech baje una pauta de discusión a todas las facultades por medio de lxs consejerxs y los Centros de Estudiantes, que incluya la pregunta de cómo enfrentar el avance de la ultraderecha y sus ideas conservadoras, en la perspectiva de una verdadera rearticulación del movimiento estudiantil, para que, con el peso histórico de las y los estudiantes y sus organismos democráticos, nos planteemos, en unidad con las y los trabajadores y el movimiento de mujeres, echar abajo este fraude constitucional protagonizado por la derecha más recalcitrante de José Antonio Kast.


Benjamín Vidal

Periodista - Universidad de Chile