Palabra de lo que dejan las elecciones 2015. Una tribuna abierta de Antonella Riso, periodista y artista plástica.
Miércoles 28 de octubre de 2015
Tengo 23 años y siento que es la primera vez que comprendo el significado real de la lucha, la movilización y la pelea contra la individualidad desde la acción, no sólo de la palabra.
Cuando tenía 15 me preguntaron si era de derecha o de izquierda. Yo dudaba. En gran parte porque no sabía qué significaba cada cosa.
Pero aun así sentía, sabía que no quería ser de derecha.
Tenía poco bagaje, poca experiencia, poco criterio. Pero entendía que la derecha era representada en su gran mayoría por la gente de poder.
¿Dé qué poder? pensaba. Y ahora sé de qué poder.
El poder de la represión, de la censura, el poder ignorar, poder no responder frente a las necesidades. El poder matar.
Vi notas, vi programas, vi las redes sociales. Y sentí pesar. Sentí decepción, por los que no conozco y por los que quiero.
Entonces te enojas, te duele, más bronca, mucha indignación... indignación.
Indigno. DIGNIDAD, esa es la palabra que quisiera repetir, gritar, escupir.
Porque si hay algo que nos quieren precarizar es la dignidad. Dignidad de saber, de vivir, de luchar, de transformar.
No voté a la gestión de ahora, así como tampoco a este fenómeno amarillo.
CLARO, "La zurda" critica y vota a un partido que no va a ganar.
Pero claro que voy a votar a ese partido que no va a ganar. Porque me cansé del marketing, de las obras inconclusas, de las soluciones paliativas, del desarme cultural, del crecimiento del cemento.
Podrán quitar los recursos y podrán cegar las miradas. Pero todo comienza y se genera en la vida cotidiana, adentro de uno.
La revolución no se hace en unas elecciones. Se construye todos los días.