Habla de la manifestación como "un alzamiento contra uno de los poderes del Estado". Pide que Dimas Ponce y César Arakaki sean nuevamente encarcelados. Apelaciones a Dios y un discurso de desprecio contra la protesta social.
Viernes 16 de febrero de 2018 11:50
Germán Moldes es uno de los fiscales más identificados con la derecha política en Argentina. Fue una de las caras más visibles de los "reclamos por justicia" ante la muerte de Alberto Nisman. Además, desde hace ya tiempo es parte activa en la cruzada contra el derecho a manifestarse de los trabajadores y los sectores populares.
En un escrito que se conoció hoy, Moldes pide que Dimas Ponce y César Arakaki sean encarcelados nuevamente. El ataque contra los militantes del PO se sostiene en una serie de argumentos que, por absurdos, no son menos reaccionarios.
Así, entre otras cosas, Moldes habla de las manifestaciones del pasado 18 de diciembre como un "alzamiento contra uno de los poderes del Estado".
En el mismo texto se lee "sobran los indicios que demuestran que Arakaki y Ponce revistan como cuadros o tropa de una disciplinada y belicosa milicia dotada de estructura y organización semi-militarizada".
Las afirmaciones caen en el ridículo cuando se recuerda que las manifestación del 18D fue masiva, con una concurrencia que orilló las 100 mil personas según diversas estimaciones.
Si no se supiera que el fiscal busca centralmente avanzar en la criminalización de la protesta social, se pensaría que se está en presencia de alguien que perdió el juicio.
Así, en otra parte se lee que "es que esa agresiva caterva –de la que los imputados forman parte- no actúa de manera inconexa ni desordenada. Por el contrario despliega una aceitada gimnasia apta para eludir el accionar policial echando mano a todo un rimero de elementos de camuflaje y disfraz con el fin de evadir la acción de las fuerzas del orden y una parafernalia de asistencia anterior, concomitante y posterior al desarrollo de su actividad criminal. Me refiero al auxilio y la participación orgánica de socorristas, profesionales, comunicadores y supuestas ’organizaciones sociales’ prevenidas al efecto".
Para el fiscal, las decenas de miles de personas que marcharon parecen ser una suerte de "invento". ¿Serán los miles de docentes que marcharon desde diversos puntos de la provincia un enorme camuflaje? Cuesta creer que esta persona sea aún funcionario judicial.
Moldes establece una comparación entre los ocurrido el 18D y la manifestación del 1° de setiembre de 2017, en la que se pidió justicia por la desaparición forzada de Santiago Maldonado.
Así dice que "cada una de esas situaciones, tan similares y tan próximas en el tiempo, dejó ver una hueste que fue superando en capacidad organizativa, recursos elusivos del accionar policial, armamento, auxilio externo, brutalidad y violencia a las anteriores, como si esta facción de agitadores contumaces fuera acumulando aprendizaje y experiencia de cada uno de sus ataques, aumentando su abierto desafío a la Ley y provocando cada vez mayores estragos y depredaciones".
Sin embargo, lo que esa movilización dejó en claro fue el accionar provocador de la Policía de la Ciudad. Los manifestantes se habían retirado ya cuando las fuerzas represivas iniciaron una cacería que terminó con decenas de personas presas que eran, en la enorme mayoría de los casos, ajenas incluso a la manifestación.
De hecho, en las últimas horas se conoció que el juez Osvaldo Rappa sobreseyó a las y los manifestantes detenidos e imputados injustamente el pasado 8 de marzo de 2017, luego de la movilización en el marco del primer Paro Internacional de Mujeres de 2017. Esas detenciones fueron hechas al voleo, confirmó el magistrado. El dato no es menor. Las mismas fueron un precedente de lo ocurrido el 1° de setiembre.
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Cuando los argumentos se acaban, el fiscal le da paso a la mística. Así, en otra parte del escrito, Moldes dice que "la buena noticia es que ahora nos consta que Dios está atento y alerta, ya que solo a la providencial intervención de Su mano milagrosa puede atribuirse que hasta la fecha no hayamos tenido que lamentar consecuencias letales".
La mística no lo salva de mentir. Los nombres de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel están ahí para demostrar que hubo consecuencias letales pero fueron para los manifestantes.
En el colmo del desprecio, el fiscal también tilda de "fieras antisociales" a los manifestantes que se movilizaron ese día. "Así, con un fondo sonoro de intimidantes bombas de estruendo, provistos de elementos cortantes, arremetieron contra los vallados de contención y se abalanzaron como una furiosa jauría sobre los agentes del orden".
Términos como "jauría" o "fieras antisociales" no hacen más que ilustrar el enorme desprecio que parece sentir Moldes por aquellos que no comparten su visión de una sociedad "pacificada" a punta de pistola.
En uno de los párrafos del extenso escrito, Moldes lanza una frase que bien se podría aplicar a él. "Se respira el odio y el resentimiento como poderoso motor de tanta ferocidad".
No cabe duda de que el resentimiento es un poderoso motor. En este caso se trata del resentimiento de la reaccionaria casta judicial contra los trabajadores y el pueblo que "osaron" desafiar la política del gobierno y salieron a las calles a intentar impedir la sanción de la regresiva contrarreforma previsional.
