El gobierno de Dilma anunció una propuesta de presupuesto para 2016 que incluye un elevado déficit. Esa propuesta pretende presionar al Congreso a que busque junto con el gobierno dónde recortar y cómo avanzar en la “Agenda Brasil”.
Miércoles 2 de septiembre de 2015
Los ministros de Hacienda Joaquim Levy y de Planificación Nelson Barbosa presentaron la propuesta de presupuesto 2016. Pocos detalles de la propuesta fueron anunciados pero esta propuesta es inédita por ya prever un déficit, es decir, que el gobierno gastará más de lo que recaudará. Esta propuesta está generando un intenso debate parlamentario con todas las fuerzas políticas tomando posición, contra el gobierno o sin mirar al gobierno defendiendo mayores ajustes para “jugar su rol”.
La propuesta fue presentada junto al presidente del Senado, Renan Calheiros, que ha actuado como uno de los impulsores de la denominada “Agenda Brasil”, que garantizó alguna gobernabilidad inmediata al gobierno a costas de “unir fuerzas” contra los derechos de los trabajadores, proponiendo aumentar la edad de jubilación e incluso el pago para uso del Sistema Único de Salud.
Lo que se sabe de la propuesta presupuestaria de 2016
El relator de la propuesta presupuestaria de 2016, el diputado Ricardo Barros (PP-Paraná), dijo hace poco que el proyecto que el gobierno entregó hoy al Congreso presenta un déficit primario de 30,5 mil millones de reales, el equivalente a 0,5% del Producto Interno Bruto previsto en la propuesta.
El déficit es el resultado de un ingreso líquido de la Unión de 1.180 billones de reales frente a expensas (entre obligatoria y discrecional) por 1.210 billones de reales. Para 2015, el gobierno trabaja con un superávit primario de 5,8 mil millones de reales.
Barros informó que, a partir de ahora, los diputados y senadores deberán definir cómo equilibrar la propuesta presupuestaria. Afirmó que no es bueno para el país que el proyecto salga del Congreso con déficit. “Queremos que salga de aquí realista. No vamos a maquillar”, dijo Barros.
No fueron divulgados detalles del proyecto en lo que toca a los gastos sociales y cuánto de los recursos serán atribuidos a salud, educación, entre otros sectores. Pero se sabe que no será un presupuesto que retomará los gastos preajustes de 2015, y teniendo en cuenta la inflación, los trabajadores estatales y toda la población puede prepararse para un 2016 de continuidad de ajuste salarial y de recortes que han llevado a la crisis a hospitales y universidades, incluso al corte de energía eléctrica.
El presidente del Senado colabora... con el recorte a los derechos laborales y sociales
Renan Calheiros (PMDB), presidente del Senado, elogió lo que consideró un “cambio de actitud” del gobierno, que envió al Congreso un presupuesto “realista”, previendo un agujero de 0,5% del Producto Interno Bruto. En su visión, la economía “tiene que funcionar” para generar más ingresos y empleos. Sin embargo, el gobierno también tiene que hacer su parte, recortando gastos y aumentando la eficiencia del gasto público, observó. Los trabajadores sabemos que cuando dicen eficiencia del gasto público nunca piensan en sus salario exorbitantes, sino en recortar la educación, la salud, en seguro desempleo, como ya ha hecho el gobierno de Dilma este año, con el aplauso de Renan y otros.
“El Congreso Nacional está dispuesto a colaborar en esa dirección. Este presupuesto es realista y es necesario que ayudemos. Congreso, poderes y sociedad deben movilizarse para que encontremos salidas para Brasil” dijo Renan, enfatizando que el conjunto de propuestas de Agenda Brasil pueden colaborar.
El vicepresidente de la República, Michel Temer (PMDB), también aprovechó la ocasión de presentación de presupuesto para continuar enfatizando el papel de los “diferentes poderes” y “diferentes actores” para alcanzar una respuesta presupuestaria “realista”.
Tanto Temer como Renan verbalizan una intensión oculta del gobierno al presentar un inédito presupuesto deficitario y trasladar al Congreso el costo de negociar con el gobierno medidas antipopulares como recortes en derechos y aumentos en impuesto.
Contra esta presión sobre los parlamentarios que venían aprobando una serie de pautas que aumentaban gastos, y con toda la caradurez del mundo diversos senadores y diputados del DEM, PSDB y Solidariedade repudiaron este presupuesto porque justamente transferiría al Congreso parte de ese costo de realizar recortes o aumentos impositivos. En 2015, estos señores, destacados defensores de las privatizaciones y recortes en los derechos de los trabajadores buscan hacer demagogia en sus discursos para después unirse a los otros partidos para atacar los derechos laborales y sociales.
La unidad para realizar estos recortes alcanza al mismo Eduardo Cunha (PMDB), el cuestionado presidente de la Cámara de Diputados, quien también se pronunció a favor de que el Congreso ayude a mejorar el presupuesto.
La presión venida del gobierno y de estos políticos, seguramente aumentará por los empresarios, por los grandes medios y por el imperialismo. Todos estos sectores ya venían clamando por unidad para atacar los derechos laborales y otros derechos sociales.
Ayer mismo las denominadas “agencias evaluadoras de riesgo” ya comenzaron su presión diciendo que es malo un presupuesto deficitario y que por eso podrían bajar la nota del país, disminuyendo el flujo de capital imperialista y así presionando el cambio y la inflación en el país, así como la capacidad de renovación de deudas de gobiernos y empresas en el exterior.
Un escenario presupuestario irreal para el 2016 hecho para motivar más ataques
La propuesta entregada este lunes al Congreso estima para el 2016 un crecimiento de 0,2% del PIB. La inflación según el IPCA fue proyectada en 5,4%. El salario mínimo quedó en 865,5 reales considerando que sería reajustado según la proyección del gobierno de la inflación sumada al crecimiento del PBI de 2014.
Estos valores desentonan con lo que el propio gobierno estima a través del boletín Focus del Banco Central. Según el último boletín, fechado el 28 de agosto, la proyección para el 2016 es que la economía se achique 0,4% y la inflación sea de 5,5%. La discrepancia entre crecer 0,2% y achicar 0,4 seguramente motivará más recortes, ya que afectará aún más los ingresos del gobierno, aumentando este déficit.
Este dato irreal del gobierno busca encubrir que el propio Banco Central prevé que la economía pase al menos dos años en recesión, así como a la luz de una supuesta “sorpresa” puedan tener más motivos para profundizar los recortes en derechos de los trabajadores.