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Red Internacional
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Palestina. El gobierno francés persigue a organizaciones que defienden los derechos palestinos

Mientras una campaña internacional a favor de Israel monopoliza la atención de los medios de comunicación en todo el mundo, en Francia gana impulso una ofensiva contra los defensores de Palestina.

Lunes 9 de octubre de 2023 21:37

La ofensiva sorpresa de Hamas contra el Estado colonialista de Israel provocó una violenta reacción del Estado sionista, con el apoyo de muchas potencias occidentales y fuerzas políticas internacionales. Al establecer el apoyo incondicional a Israel como la única posición aceptable, jefes de Estados imperialistas como Emmanuel Macron intentan equiparar la lucha palestina con el terrorismo y criminalizar toda oposición al Estado de Israel.

En Francia, los últimos días han estado marcados por una gran ofensiva política y mediática contra todas las voces a favor de Palestina, que denuncian la situación de apartheid que viven los palestinos, denunciada incluso por expertos de la ONU y Amnistía Internacional, o que recuerdan la opresión colonial ejercida por Israel sobre Palestina desde hace 75 años. Una ofensiva que no duda en utilizar la habitual amalgama entre antisionismo y antisemitismo para justificar amenazas de acciones judiciales y hasta prohibición de varios colectivos por "apología del terrorismo".

Los grupos de apoyo a Palestina, como el Colectivo Palestina Vaincra (Palestina Vencerá, son los blancos centrales. El año pasado el gobierno francés ya había amenazado con prohibir su existencia y obligarlo a disolverse, ahora está en la mira de la prensa burguesa con la publicación de un artículo en el diario Le Parisien en el que se acusa a Palestina Vaincra de "glorificar el atentado de Hamás" y de "incitar al odio". Del mismo modo, la UJFP (Union Juive Française pour la Paix - Unión Judía Francesa por la Paz) también fue atacada por su comunicado de prensa que se titulaba "¡Basta de concierto de naciones proisraelí! Resistir a un ocupante es legítimo".

Esta organización judía antisionista ha sido denunciada en las redes sociales por la LICRA (Liga Internacional contra el Racismo y el Antisemitismo), que amenaza con presentar acciones judiciales. La LICRA, una organización supuestamente antirracista, que en realidad es totalmente reaccionaria, ataca también organizaciones como el NPA, Révolution Permanente y el Parti des Indigènes de la République (PIR), por su apoyo incondicional a la resistencia palestina.

Mientras que la UEJF (Unión de Estudiantes Judíos de Francia) ha anunciado su intención de presentar una denuncia contra el NPA por "apología del terrorismo", un diputado del partido de Macron declaró a la prensa que "se ha planteado la cuestión de disolver [el NPA]", al tiempo que calificaba los comentarios del ex candidato a presidente Philippe Poutou de "abyectos y antisemitas". Las amenazas de acciones legales y de prohibición de organizaciones son acompañadas en las redes sociales de amenazas de muerte, con la extrema derecha muy activa en este terreno, de la mano del Gobierno de Macron y del Estado de Israel.

Esta ofensiva ha llegado incluso al partido de Mélenchon, La France Insoumise, a pesar de que este tiende a poner en pie de igualdad al Estado de Israel y a la resistencia palestina. El domingo, la primera ministra Elisabeth Borne declaró: "Las posiciones de France Insoumise son bien conocidas, con mucha ambigüedad, con antisionismo, por lo que, de hecho, a veces es también una forma de enmascarar una especie de antisemitismo".

Gérald Darmanin, también atacó el lunes por la tarde a las organizaciones que apoyan a Palestina. Refiriéndose en particular al comunicado de prensa emitido por el NPA, el Ministro del Interior amenazó con "iniciar un procedimiento de disolución de cualquier organización, para presentarlo al Presidente de la República si fuera necesario." Una amenaza clara y grave.

La vasta ofensiva en curso pretende criminalizar cualquier postura que apoye a los palestinos, aunque sea parcialmente. Frente a ello, urge defender el derecho a denunciar la opresión colonial israelí, reconocida incluso por las instituciones internacionales, y apoyar la lucha del pueblo palestino. En un momento en que gran parte de las fuerzas políticas de izquierda y los dirigentes del movimiento obrero se adaptan a las presiones del gobierno, es inaceptable permitir que tales amenazas queden sin respuesta.

Independientemente de la posición de cada uno sobre la situación en Palestina, debemos movilizarnos lo más ampliamente posible para rechazar lo que no es más que una nueva forma de represión y criminalización de toda protesta social. En un momento en que los juicios a activistas sindicales y ecologistas, las prohibiciones de manifestaciones y el encarcelamiento de jóvenes de barrios populares están llegando a su punto álgido, el gobierno podría aprovechar esta oleada antipalestina para intensificar su política de represión y seguridad. No debemos permitirlo.