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Red Internacional
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Deuda. El gobierno hizo trampa con el Programa Financiero y necesitará U$S 2.000 millones más en 2020

El programa financiero elaborado por la Secretaría de Finanzas computa en el año 2020 más desembolsos del FMI de los que recibirá. El próximo gobierno necesitará U$S 2.000 millones más si quiere seguir priorizando los intereses de los acreedores.

Martes 18 de junio de 2019 00:30

La Secretaría de Finanzas, a cargo de Santiago Bausili, indicó en su Programa Financiero de abril que el año próximo necesitará U$S 16.300 millones, de los cuales afirma que una parte renovará en el mercado doméstico (U$S 11.100 millones) y otra lo obtendrá de nuevas colocaciones de deuda (por U$S 5.200 millones).

Sin embargo, ese número es engañoso, pues subestima las necesidades de financiamiento totales, al computar que los desembolsos del FMI sumarán U$S 5.900 millones el año próximo, cuando en realidad en total alcanzan a U$S 3.876. Los otros U$S 1.938 millones se desembolsarán recién en el año 2021. Pero la Secretaría los adelantó al 2020 en su exposición y por lo tanto no estarán realmente disponibles.

En el entorno de Nicolás Dujovne buscaron restarle importancia a este error. "Fue por simplificación, de todo lo que resta recibir del FMI", dijeron a El Cronista.

A ello debe agregarse otro supuesto cuestionable del Programa Financiero, que consiste en que se renovarán todas las Letras del Tesoro en manos del sector privado (que alcanzan a U$S 9.500 millones), y que se alcanzará un superávit fiscal primario en torno al 1 % del PBI.

Esto significará, para un próximo gobierno que se predisponga a seguir pagando la deuda sin siquiera una auditoría sobre su legalidad y legitimidad, avanzar aceleradamente en el ajuste fiscal sobre las necesidades sociales, los salarios y la inversión pública.

A diferencia de las propuestas de los partidos y políticos del régimen que ponen el pago de la deuda por sobre cualquier otra prioridad, la izquierda propone rechazar al FMI y el programa de ajuste, declarando el no pago de la deuda mediante la movilización popular, junto con otras medidas como la nacionalización de la banca bajo gestión de los trabajadores, para dar vuelta las prioridades y poner en primer lugar las necesidades de las mayorías sociales.

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