Los juancarlistas de ayer son los felipistas de hoy, y así pretenden que nos traguemos una operación cosmética que quedará como mucho en un exilio con honores y riquezas del emérito, y la continuidad de este régimen monárquico para ricos.
Lucía Nistal @Lucia_Nistal
Viernes 17 de julio de 2020
La máquina para contar dinero en la piscina de la Zarzuela, los aviones del emérito cargados de billetes, los 65 millones de € a Corinna, la comisión por la construcción del AVE a la Meca, los 100 millones de $ en la cuenta de Panamá, los 100 mil euros que sacaba al mes de esa cuenta en mitad de la enorme crisis que sufrimos los y las trabajadoras por 2008, esa cuenta de la que Felipe VI era beneficiario… No sé vosotros, pero yo empiezo a perder la cuenta de los escándalos de corrupción de la familia real.
Y mientras el gobierno “progresista” intenta separar a Juan Carlos I de Felipe VI, para salvarle los trastos a la monarquía. Los juancarlistas de ayer son los felipistas de hoy, y así pretenden que nos traguemos una operación cosmética que quedará como mucho en un exilio con honores y riquezas del emérito, y la continuidad de este régimen monárquico para ricos.
Pero el intento de lavar la imagen de Felipe VI, como si no fuera el representante de una institución impuesta por el franquismo, corrupta, que protege los intereses del imperialismo y de las grandes empresas y fortunas, exactamente igual que su padre, no funciona, aunque haga un tour por el Estado (menos en Catalunya, que no se atreven), donde se van encontrando con muestras de rechazo de los vecinos.
Porque vemos al rey protagonizar el homenaje de Estado y nos hierve la sangre si nos ponemos a pensar cuántos respiradores, epis y mascarillas se podían comprar con la fortuna de la casa real, o cuántas viviendas para los temporeros, o ingresos mínimos para todos los que de verdad lo necesitan. Os animo a sacar la calculadora.
Así que ya está bien, Felipe VI es más de lo mismo, queremos decidir, queremos desterrar esta monarquía del mapa, y por eso tenemos que pelear por procesos constituyentes desde la movilización social, con la clase trabajadora al frente, porque no estamos dispuestas a seguir siendo súbditas que ven como la monarquía hace negocio mientras perdemos a miles en los centros de salud desbordados, porque exigimos nuestro derecho a decidir sobre nuestras vidas y nuestro futuro.
Lucía Nistal
Madrileña, nacida en 1989. Teórica literaria y comparatista, profesora en la Universidad Autónoma de Madrid. Milita en Pan y Rosas y en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT).
