Lo anunció Daniel Pollack, mediador en la negociación entre Argentina y los bonistas, tras reunirse con el Secretario de Finanzas y el Vicejefe de Gabinete de Macri.
Martes 22 de diciembre de 2015
A mediados de enero los funcionarios del gobierno argentino retomarán las negociaciones con los bonistas que no entraron al canje de deuda de 2005 y 2010, y que sostienen un litigio en el juzgado neoyorquino de Thomas Griesa.
Así lo anunció Daniel Pollack tras reunirse con el Secretario de Finanzas, Luis Caputo, y el Vicejefe de Gabinete, Mario Quintana. Se trata de la segunda reunión entre Caputo y Pollack desde que Macri ganó las elecciones.
"Se acordó que volverán a la ciudad de Nueva York en la segunda semana de enero para comenzar negociaciones sustanciales con los tenedores de bono", afirmó Pollack en un comunicado.
El monto a negociar se aproxima a los 10 mil millones de dólares, que incluye los 1.330 millones de dólares del reclamo original realizado por los fondos NML Capital y Aurelius, entre otros, más unos 6 mil millones de los acreedores "me too", a lo que se le debe sumar los intereses.
Recordemos que Pollack fue acusado de actuar en forma parcial, en beneficio de los fondos buitre, y por ello el gobierno saliente solicitó su remoción en repetidas ocasiones.
Lejos de una “negociación soberana”, las dos reestructuraciones de deuda encaradas por los gobiernos kirchneristas resultaron un formidable negocio para los fondos de inversión que compraban títulos a precios de remate, con una ganancia del 300 %, como reconoció la propia expresidenta Cristina Fernández. El “pago serial” de la deuda bajo el gobierno anterior se llevó más de 190 mil millones de dólares en los últimos diez años, siete veces las reservas actuales del BCRA.
Los buitres que litigian en Nueva York bajo el comando de Paul Singer (NML Capital) aspiran a realizar ganancias de hasta 1600 % con la ayuda del Juez Griesa que mantiene bloqueados los pagos de la deuda reestructurada de la Argentina por incumplimiento de sus sentencias.
La búsqueda de una negociación definitiva con los holdouts es una de las prioridades de Macri y su gabinete para poder iniciar un nuevo ciclo de endeudamiento externo para reforzar las reservas del BCRA, habilitar la fuga de capitales al exterior, y profundizar el ajuste en curso sin perder el control de la economía.
