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Red Internacional
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OFENSIVA IMPERIALISTA EN VENEZUELA. El golpismo, la compra de militares venezolanos y la hipocresía imperialista

Ni lucha contra la “corrupción”, “derechos humanos” o por la “democracia” es lo que menos le interesa a Estados Unidos. Sus objetivos imperialistas cunden plagados de la política del garrote y la zanahoria para imponer sus intereses donde estos supuestos “valores” yanquis son simples monedas de cambio. Esto no es ninguna novedad y solo viene a recalcar el cinismo imperialista.

Miércoles 8 de mayo de 2019 15:06

De esta manera, en un determinado momento, Estados Unidos sanciona a altos miembros y militares del gobierno de Maduro por una cantidad de delitos, y de repente, si se pasan a las filas de los sectores que alientan un golpe de Estado, no solo que tales cargos desaparecen sino que hasta pasan a ser incluso elogiados. Todo se compra y todo se vende, incluso se permuta, en el mundo de Gringolandia.

Un ejemplo de eso se dio este martes cuando el vicepresidente de EE. UU., Mike Pence, anunció que Washington había retirado sus sanciones al general Manuel Ricardo Cristopher Figuera, el director del Servicio de Inteligencia Bolivariano (SEBIN) que se pasó el 30 de abril de lado del golpismo. "Hoy anuncio que Estados Unidos está retirando todas sus sanciones al general Manuel Ricardo Cristopher Figuera, con efecto inmediato", dijo el vicepresidente estadounidense.

Tales anuncios los realizó durante la Conferencia de las Américas que se celebra anualmente en el Departamento de Estado, y fue mostrado desde las tempranas horas del mismo martes como el “plato fuerte” de los comunicados de la jornada.El Departamento del Tesoro confirmó “inmediatamente” también en un comunicado la eliminación de las sanciones que desde febrero bloqueaban todos los activos de Figuera bajo jurisdicción estadounidense.

Figueroa era parte de la Guardia Nacional, el cuarto componente de las Fuerzas Armadas, considerado uno de los órganos más represivos del Estado, siendo un verdadero ejército para la “conmoción interna” y plagado de las más aberrantes violaciones a los derechos elementales centralmente sobre el pueblo trabajador y pobre, y allí están las barriadas populares para confirmarlo sino bastan las constantes represiones a las luchas de los trabajadores. Figueroa no es un recién llegado y hasta el 30 de abril dirigía el temido Servicio de Inteligencia, pero ahora ha pasado a ser parte del “SEBIN bueno” en la boca de la derecha criolla tal como lo declarara la esposa de Leopoldo López, Lilian Tintori.

Luego de amenazar con el garrote, la Casa Blanca había ofrecido la zanahoria hace meses prometiendo levantar las sanciones que pesan contra los militares y funcionarios de Maduro, si decidían sacarle la alfombra, y este martes Pence hizo el primer anuncio en ese sentido para darle “seguridad” a la oferta que están haciendo.

Así el vicepresidente reiteró que "aliente a otros" militares venezolanos "a seguir el ejemplo del general" Figuera, prometiendo que EE.UU. "considerará un alivio de sanciones a todos aquellos que decidan defender la Constitución" y saquen a Maduro del gobierno. Una oferta que estuvo acompañada de una amenaza, la de ampliar las sanciones al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) "si no vuelve a su mandato constitucional" y respalda a Guaidó. “Defender la Constitución” o volver al “mandato constitucional” son sinónimos de golpe de Estado en el vocabulario yanqui.

Washington sabe que el régimen de Maduro se encuentra en crisis y cada vez más condicionado donde los militares se alzan cada vez más como factor de poder en medio de la crisis. Y sabe también que las “lealtades” en el mundo de los cuarteles se miden en función de los intereses materiales y privilegios. Y en un país donde la catástrofe económica y social se torna imparable, agravadas aún más con las sanciones petroleras impuestas por Estados Unidos que desde abril están comenzando sus efectos, tales privilegios materiales peligran, y aún más, el cerrar filas mostrado hasta ahora en los militares puede comenzar a desmoronarse. La oferta yanqui no llega en cualquier momento.

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Hasta no hace poco, días antes de la operación “Ayuda humanitaria” del 23F, un ex jefe del servicio de inteligencia militar, el Mayor General del Ejército Hugo Carvajal, aunque ya sin funciones, había dado el paso de reconocer a Guaidó. Recientemente acabada de declarar que colaborará "sin reservas" con la Justicia del Estado español, país donde se encuentra por su propia voluntad.

Carvajal, que fue jefe de la contrainteligencia militar de Venezuela en tiempos de Hugo Chávez, ha venido siendo reclamado por Estados Unidos por participar supuestamente en narcotráfico. No sería de extrañar que tras su “colaboración” si es funcional a los intereses del golpismo en el país, estos supuestos cargos desaparecerían. Pasando ahora a ser “un soldado más por las causas de la libertad y la democracia”.

"Como diputado de la legítima Asamblea Nacional de Venezuela y como persona con privilegiados conocimientos (en muchos casos, únicos) sobre la estructura y los engranajes del funcionamiento criminal del gobierno usurpado por Nicolás Maduro, reitero mi apoyo al legítimo presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó", dice Carvajal en un reciente comunicado, luego de haber prestado sus buenos servicios al propio Maduro.Se trata de un personaje que ya venía siendo cebado por los yanquis.

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Aunque esta política de la Casa Blanca no es nueva, ahora viene siendo reforzada, “mostrando” hechos “concretos”, con el caso del General Figuera, y de cómo ahora goza de los buenos ojos de Washington, cuando hasta febrero lo habían incluido para ir directamente a la picota.

Pues es de recordar que Trump, a mediados de febrero, había declarado que si los militares continúan apoyando a Maduro, "no encontrarán un puerto seguro, ni una salida fácil"; y que si no lo hacían “lo perderán todo”.

Esto permite verle la cara de cinismo y de hipocresía de estos personajes que usan la demagogia de la “democracia” y de los “derechos humanos” a su propia conveniencia. El imperialismo y la derecha se llenan la boca hablando de “democracia” pero no cesa en su llamado a que sea la bota militar la que ponga “orden” en la actual situación. Para ellos, cuando los militares apoyan a Maduro está mal, pero si apoyan sus intentonas golpistas de la mano del imperialismo, está bien sin importarles su pasado oscuro. Al final para ellos las calamidades en este drama social son apenas base de maniobra para sus objetivos políticos.

Todo vale en el plan recolonizar de Estados Unidos con sus intentonas golpistas incluidas y las amenazas militares, para lo que tiene a su merced a la derecha criolla con su títere Guaidó y al derechismo continental. Oponerse a toda esta embestida imperialista y el golpismo, no implica en modo alguno ningún aval ni apoyo político a Maduro, pues hay que luchar al compás contra las grandes calamidades que sufre el pueblo. Es por eso que frente al gran drama nacional solo los trabajadores junto al pueblo pobre, dotados de un programa antiimperialista y anticapitalista, de emergencia obrero y popular, pueden ser una salida progresiva en función de sus intereses fundamentales.

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