En la asamblea departamental de UEPC se aprobó el acuerdo salarial propuesto por el gobierno. Docentes y delegados opositores expresaron su rechazo denunciando que la conducción del gremio milita el ajuste del gobierno.
Martes 16 de marzo de 2021 17:08
En Córdoba, hoy se realizó la asamblea departamental de UEPC (Unión de Educadores de la provincia de Córdoba) y se aprobó la propuesta salarial del gobierno que consiste en cinco cuotas llegando en noviembre al 35%. Hasta julio continúan las tres cuotas llegando al 17,5%, la misma propuesta que había sido fuertemente rechazada la semana pasada.
Vemos cómo el gobierno nacional junto a la CTERA le han dado a los gobiernos de las provincias un norte para ajustar: sobre la base de una inflación calculada en el presupuesto en un 29%, y una recuperación de un 6%, han firmado un acuerdo con una referencia de un 35%. En los hechos, en dos meses hubo una inflación de casi 10%, y nadie espera que el año cierre con menos de un 50% de inflación. En ese marco, el acuerdo implica que a fin de año los docentes sean más pobres.
“La docencia viene expresando la bronca porque la propuesta del gobierno expresa un ajuste, no un aumento. No recuperamos lo perdido y con la inflación calculada para este año la situación será aún peor. Hoy el cargo testigo está por debajo de la línea de pobreza, mientras nos dicen que somos esenciales y nos mandan a las escuelas sin condiciones, ni insumos, ni vacunas”, expresaba Cecilia Ruiz, delegada del IPEM 169. Además del punto salarial, los reclamos de la docencia en cuanto a la sobrecarga laboral, la falta de más personal docente y auxiliar de limpieza y Paicor, las condiciones edilicias y sanitarias están ausentes en el acuerdo paritario.
El ajuste que viene llevando adelante el gobierno no es nuevo, el rol de la conducción del sindicato aliada al gobierno tampoco. Pero desde el año pasado la situación de la educación ha quedado al descubierto con la pandemia: escuelas destruidas, cursos superpoblados, precarización laboral de la docencia y auxiliares de las escuelas, sólo por nombrar algunas. Por eso, fue la docencia la que salió a denunciarlo, empezó a organizarse en las escuelas porque la conducción estaba ausente. Y bajo esa presión, la Celeste tuvo que reconocer que las escuelas no estaban en condiciones y empezó a militar escuela por escuela, aislando los procesos como si se tratara de situaciones administrativas. De esta manera, también militaba para el gobierno tratando de resolver caso por caso para que las escuelas no coordinen, ni se organicen.
De la misma manera la conducción militó esta propuesta del gobierno, en algunos casos sin realizar asambleas escolares, en otros sembrando escepticismo para conformarse con la miseria de lo posible. Sin embargo, en Capital el rechazo fue contundente. A tal punto que se quebró la maniobra que montó la conducción Celeste junto a la Naranja (la lista que dirige el ex-Celeste y actual funcionario del gobierno Sergio Cornatosky) queriendo dividir los votos del rechazo. Ni así lo lograron.
La coincidencia entre las listas Celeste y Naranja, si bien ha conquistado un nuevo nivel de acuerdo, montando un intento de traición, no es nueva. Ambas acuerdan en evitar los paros y asambleas escolares (supuestamente por los descuentos, pero nunca enfrentan los descuentos), en que la iniciativa no está en la docencia sino que está en manos del gobierno y el secretario general de UEPC, Juan Monserrat (ninguna asamblea se convoca para que la docencia debata lo que realmente necesita) y finalmente ambas militan para educar a la docencia en la resignación: frente al ataque del gobierno, proponen la “creatividad”, o sea “luchar” sin paros ni asambleas escolares.
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Pero como denunciamos reiteradas veces desde Docentes D-base, la conducción cuenta con su gran maniobra antidemocrática que es la departamental. Muchos docentes piensan que el problema son los docentes del interior que aceptan. Pero no, la docencia del interior vive la misma situación de precarización y abandono de la educación que en la capital. Pero muchos no tienen ni asambleas y las maniobras son moneda corriente, pero sobretodo la docencia está subordinada a un órgano departamental donde los delegados no representan directamente a la docencia, no son elegidos por toda la docencia de la provincia, además de que la cantidad de delegados por departamento no tiene relación con la cantidad de afiliados.
Mariela Marin, delegada del CENMA Saleme dijo que “los sindicatos tienen que estar dirigidos por trabajadores que sean políticamente independientes de los gobiernos y los partidos que ajustan al pueblo. En medio de una crisis mundial, con los gobiernos militando para que haya cada vez menos derechos y menos ingresos para los trabajadores, los sindicatos hacen barbaridades de todo tipo, como hizo hoy la conducción de UEPC. Entonces es más claro a dónde nos lleva tener dirigentes que no trabajan, cobran sobresueldos, tienen la protección del gobierno hasta para acceder a la vacuna contra el COVID, tienen sillones de todo tipo en la estructura del Estado”.
La verdadera disputa política es si deciden los trabajadores o decide la patronal. Toda la estructura del sindicato está al servicio del gobierno. El estatuto del sindicato, además de fijar un sobresueldo, que le otorga a los dirigentes un dinero extra que les permite tener una tranquilidad de la que no goza la maestra de a pie, tiene un organismo que es la asamblea provincial (la famosa “departamental”), de la que todos los docentes opinan que “al final nos entrega”. Funciona tanto como escribanía que hoy ni siquiera se discutió, sólo se contaron los mandatos de aceptación sin debatir las exigencias que la docencia viene planteando en los diferentes departamentos. Ni siquiera los delegados departamentales votaron, sólo contaron aceptación y rechazo y la asamblea tuvo un solo orador: el vacunado Monserrat.
Si hubiera una representación democrática, con delegados rotativos, revocables y elegidos por el voto directo de toda la docencia de la provincia, con dirigentes que vuelvan al aula y no cobren sobresueldos, no habría traiciones, tendríamos un sindicato más fuerte, con capacidad de lucha, donde decidan los docentes y no el gobierno.
Esto no es una utopía, sino una tarea, por eso una vez más desde la agrupación Docentes D-Base (PTS + independientes) convocamos a la más amplia unidad de la oposición democrática y combativa, sus agrupaciones, delegados y activistas, y al conjunto de la docencia a pelear juntos por esta perspectiva. Construir y fortalecer la coordinación entre las escuelas en unidad con la comunidad educativa es una tarea urgente para enfrentar el ajuste y el ataque sistemático a las condiciones de trabajo y a la educación pública.