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Red Internacional
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Opinión. El hambre no se toma vacaciones, el ajuste llegó a los comedores

Estos últimos días fue tapa de los diarios las diferentes organizaciones con acampes fuera de la casa de gobierno, el gobernador de Neuquén Rolando Figueroa, no se pronunció al respecto, todo lo contrario, llevó adelante un simulacro de un protocolo represivo.

Miércoles 7 de febrero de 2024 12:29

Mientras el gobernador de la provincia de Neuquén Rolando Figueroa impulsa causas penales a las organizaciones que batallan contra el hambre en el centro de la cuidad, las necesidades de los comedores comunitarios del oeste neuquino se encuentran en una situación crítica.

En un recorrido conversando con diferentes referentes del sector Los hornitos, Valentina norte rural y Alma fuerte, las trabajadoras comentan que no están haciendo el almuerzo a los cientos de familias que asisten a esos espacios, que es muy lamentable pero cada vez se acercan más familias con muchos menores de edad y además adultos/as mayores, y que la comida sigue siendo la misma cantidad.

En ese intercambio con una de las referentes, una señora que hace 3 kilómetros caminando para recibir algún alimento, se carga en la bolsa 3 naranjas y un paquete de fideos, y le informan que no hay nada más hasta el viernes, que el camión no había llegado. Así también nos comentan que desde diciembre, antes de las fiestas no reciben carne, y la excusa es que "se tienen que acomodar, eso nos dicen desde el ministerio todos los días que llamamos".

Otra de las situaciones alarmantes y por las cuales no obtienen respuesta alguna es el faltante de bonos de gas, “imagínese que tuvimos que poner un cartel para que no pregunten más, y las garrafas en los negocios de acá están $17.000, se viene el frio y acá pega fuerte, nos dijeron que en marzo podían llegar a entregar bonos, de igual forma si traen no alcanzan para todos”. Cabe destacar que estos sectores no cuentan con servicios básicos, cloacas, luz y gas, y el agua durante el verano escasea.

Una de las referentes comenta que para ellas que inicien las clases es un alivio, porque saben que al menos se toman una taza de mate cocido en la escuela y no le repiten el plato cuando es así, sino que toman como prioridad a los niños y niñas que no están en edad escolar.

Bajo un contexto de pobreza extrema en algunos casos, nos parece que hacer evidente la situación que atraviesan las familias del oeste neuquino es sumamente necesario. El hambre no se toma vacaciones, las urgencias tampoco. A pocos días del nuevo ciclo lectivo a las instituciones de la zona no se les realizó el mantenimiento que corresponde, las salitas no cuentan con insumos básicos y se está por llevar adelante la nueva edición de la fiesta de la confluencia, donde el gobierno de la provincia invierte millones, sin inversión en obras públicas para los sectores mas vulnerados de la ciudad.