Se viraliza en Twitter un hilo que muestra la explotación que se produce en las agencias de publicidad, señalando con especial determinación a aquellas que tienen como clientes a reconocidas marcas como la firma de Inditex Pull&Bear.
Lunes 4 de octubre de 2021
me apetece muchísimo explicar lo horrible que es trabajar en agencias de publi, sobre todo si los clientes son empresas como pull&bear
— teresa🌷 (@Fanfanfatal) October 3, 2021
Trabajar fuera del horario establecido, a cualquier hora del día y en cualquier momento de la semana tiende a ser la regla de estos sectores. Los clientes abusan de su posición para exigir cambios o hacer puntualizaciones al trabajo de los encargados de redes sociales o diseño gráfico.
Por su parte las grandes agencias se mantienen en una posición de pasividad ya que lo que les conviene es mantener sus clientes y sus beneficios a pesar de que eso suponga no respetar los derechos de sus trabajadores.
En este sector predomina el teletrabajo, algo que no hace sino acrecentar el incumplimiento de los descansos y el derecho a la desconexión. Además como apuntamos en un reciente artículo el teletrabajo vienen muy bien a las empresas que con la subida de la luz hacen recaer los sobre gastos en el bolsillo de los trabajadores.
¿Cómo afecta la subida de la luz al teletrabajo?
En los trabajos creativos dominan los discursos basados en la vocación y la pasión como justificación para aceptar como norma unas condiciones laborales pésimas, a costa de las cuales las agencias, productoras y grandes compañías siguen aumentando sus beneficios. Esto se ve claramente en la figura de los becarios y las prácticas no remuneradas que se alejan constantemente de de su supuesta función ideal formativa para acabar cubriendo puestos de trabajos de forma temporal a un coste mucho menor.
Cuando hablamos de sectores artísticos no podemos dejar de lado a aquellos artistas que señalan esa práctica de moda que consiste en pagar a través de reconocimiento en la redes. Algo de lo que se olvidan quien hace ese tipo de propuestas es que el número de seguidores no paga las facturas ni los precios de la formación y el tiempo dedicado de aquellos que crean una obra.
El arte y la cultura no pueden ser un coto privado para aquellos que pueden disfrutar de trabajar “por amor al arte”, mientras los jóvenes artistas y creativos de clase trabajadora cargan con el trabajo sucio de unas campañas enfocadas al consumismo y que eliminan por completo la libertad creadora y la función transformadora del arte.