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Red Internacional
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Historia. El hombre que fundó la biología moderna: a 209 años del nacimiento de Charles Darwin

Un doce de febrero, hace 209 años, nacía en Shrewsbury (Inglaterra) Charles Darwin, el naturalista que dio origen a la biología como ciencia y cuyas ideas influenciaron enormemente otras áreas del pensamiento.

Lunes 12 de febrero de 2018

Friedrich Engels, fundador del socialismo científico junto a Marx, poseía un ejemplar de la primera edición del Origen de las Especies, la mayor cumbre de Charles Darwin. Probablemente la adquirió un 24 de noviembre de 1859, ya que la primera edición de este libro salió a la venta y se agotó en ese día.

En diciembre de ese año le envió una carta a Karl Marx: "Darwin, por cierto, a quien ahora estoy leyendo, es absolutamente espléndido. Había un aspecto de la teleología que todavía tenía que ser demolido, pero con esto ya se ha hecho. Nunca antes se hizo un intento tan grandioso por demostrar la evolución histórica en la naturaleza, y ciertamente nunca con tan buenos resultados"1. Marx, quien leyó el libro un año más tarde, afirmaba en una carta " este es el libro que contiene los fundamentos en la historia natural de nuestro punto de vista"2. Aunque la admiración de estos dos pensadores hacia la obra de Darwin no estuvo exenta de críticas, ellos notaron su importancia. La teoría de la evolución da cuerpo a toda una rama de la ciencia y su influencia se ramifica en muchas otras. Hasta hoy podemos afirmar que "nada en biología tiene sentido, sino es a la luz de la evolución"3.

Pero ¿cuáles eran los puntos que hacían revolucionaria la teoría darwinista? A mi entender, introducían dos aspectos clave: el uso de explicaciones históricas en la ciencia y la eliminación de las causas finales (religiosas, idealistas, metafísicas) y su reemplazo por una concepción materialista para explicar la complejidad de los seres vivos.

Las explicaciones históricas son ahora comunes. Por ejemplo, para explicar la extinción de los dinosaurios, existe la conocida teoría del asteroide que impactó con la Tierra hace 65 millones de años. Esta hipótesis difiere de las usadas en otras ramas de la ciencia, porque es imposible diseñar un experimento sobre la extinción de los dinosaurios. La biología evolutiva apela, en las palabras del biólogo Ernst Mayr, a "narraciones históricas"4 que la distinguen de otras ciencias y que sólo pueden ser probadas por su concordancia con observaciones. En el caso de los dinosaurios, con un enorme cráter de 65 millones de años de antigüedad, ubicado en la península de Yucatán. En última instancia, algunos de los núcleos centrales de la teoría evolutiva, como que las especies no son constantes y que descienden de ancestros comunes, son en última instancia narrativas. Y se encuentran tan abrumadoramente respaldadas por las observaciones que se consideran hechos.

El ingreso de la historia en las ciencias naturales revoluciona el siglo XIX y desafía las creencias sostenidas en la Biblia sobre un mundo joven y estable. No solamente el mundo natural experimenta innumerables cambios, sino que la duración de esta historia es inconcebiblemente larga. Pero el desafío también involucra la contingencia histórica. Un asteroide cayendo en la Tierra es un hecho extremadamente fortuito, pero si no hubiera ocurrido probablemente los mamíferos no se habrían diversificado y los seres humanos no existiríamos. Stepehn Jay Gould, biólogo y famoso divulgador de la ciencia, fue el campeón en mostrar el papel del azar y la contingencia en la historia de la vida, y cómo la teoría darwinista implica que la evolución no es un mecanismo inevitable que culmina en el ser humano.

El segundo aspecto, la demolición de la teleología que Engels menciona en su carta, refiere al abandono de las explicaciones religiosas, idealistas o metafísicas que previamente se usaban para explicar la naturaleza. La teleología es la atribución de una finalidad u objetivo preconcebido a un proceso concreto. Bajo esta idea los ojos habrían sido diseñados para ver, los animales y plantas habrían sido creados para satisfacer necesidades humanas y, para los pocos pensadores que sostenían que las especies podían transformarse, esto sucedía con el fin de una mayor perfección.

Darwin destruye este argumento en dos pasos. El primer paso se basa en observaciones al alcance de la gente de su tiempo: los individuos de una población son diferentes y, muchas veces, esas diferencias pueden ser heredadas por sus hijos. Estas diferencias solían pensarse como "desviaciones" respecto a la esencia de la especie, pero la genialidad de Darwin fue razonar que no existía justificación para estas esencias, las diferencias entre los individuos eran lo único real. El segundo paso consiste en pensar que sucedería si estas diferencias entre individuos llevan a que algunos tengan más descendientes que otros. La conclusión lógica es que la composición de las poblaciones cambiaría con el tiempo. Este proceso en dos pasos es la selección natural.

El abandono de las explicaciones religiosas causó un profundo impacto en Darwin mismo, que demoró más de 20 años en presentar públicamente sus teorías. Como reconoce en su autobiografía (publicada sin censuras en 1958), "la incredulidad se deslizó en mi un ritmo muy lento, pero al fin por completo"5.

Tanto Engels como Marx criticaron duramente el uso de Darwin de las ideas del clérigo Thomas Malthus sobre el crecimiento poblacional y del economista Adam Smith sobre la competencia, como base de su teoría de selección natural. Darwin se encontraba inevitablemente bajo la influencia de las ideas predominantes durante la era Victoriana y, en muchas ocasiones, no fue lo suficientemente cuidadoso con su lenguaje. En ediciones posteriores del Origen de las especies, muchas veces reemplaza selección natural por "lucha por la existencia" o "supervivencia del más apto", esta última frase tomada de Herbert Spencer. Para los darwinistas sociales como Spencer, estas frases aplicadas a la sociedad sugerían que la naturaleza misma es la que garantiza que los mejores competidores asegurando el progreso, y que todos los intentos para reformar la sociedad solamente interferían con la sabiduría de la naturaleza. Hay que remarcar que la "lucha por la existencia" es una metáfora en las ciencias biológicas y que el éxito de un organismo no es un término absoluto, sino dependiente del ambiente. La opinión final de Darwin sobre Spencer puede encontrarse también en su autobiografía: "Sus conclusiones no me convencen (...) Sus generalizaciones fundamentales (...) Que me atrevo a decir pueden ser muy valiosas bajo un punto de vista filosófico, son de tal naturaleza que no me parecen ser de ninguna utilidad estrictamente científica. Participan más de la naturaleza de las definiciones que de las leyes de la naturaleza."

Darwin no se interesaba demasiado por la política y siempre adujo que su frágil salud le impedía intervenir en los debates de su tiempo, aunque si se destacó como opositor a la esclavitud. Sin embargo, el abandono de las explicaciones idealistas es uno de los mayores logros de la ciencia moderna, y sólo por eso Darwin merece ser recordado.

1. Marx, K. y Engels, F. (1975). Marx-Engels Collected Works [MECW], vol. 40:441. Moscow: Progress Publishers.
2. Marx, K. y Engels, F. (1975). Marx-Engels Collected Works [MECW], vol. 41:232. Moscow: Progress Publishers.
3. Dobzhansky, T. (2013). Nothing in biology makes sense except in the light of evolution. The american biology teacher, 75:87-91.
4. Mayr, E. (2007). What makes biology unique?: considerations on the autonomy of a scientific discipline. Cambridge: Cambridge University Press.
5. Barlow, N. ed. (1958). The autobiography of Charles Darwin 1809-1882. With the original omissions restored. Edited and with appendix and notes by his grand-daughter Nora Barlow. London: Collins.


Santiago Benítez

Dr. en Biología. Investigador del Conicet. Militante del Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).

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