En algunas cárceles de Texas se registran inundaciones y falta de agua y comida. Los reclusos se ven obligados a tomar agua de los inodoros y ya se han reportado dos muertes.
Martes 5 de septiembre de 2017 10:08
Desde Left Voice, parte de la red internacional La Izquierda Diario, entrevistamos a Rachel, la esposa de un hombre que cumple condena en la prisión federal Beaumont.
La siguiente entrevista se realizó más de una semana después de la llegada del huracán Harvey. El esposo de Rachel está preso en la cárcel de Beaumont, a una hora de camino de la ciudad de Houston y a 40 minutos del Golfo de México. Si bien algunos medios locales denunciaron las situaciones en las cárceles, los grandes medios han hecho oídos sordos a los padecimientos de los detenidos.
Left Voice: Contanos un poco de vos y como conoces las condiciones en la prisión de Beaumont
Rachel: Soy Rachel Villalobos, estoy casada con mi esposo hace más de 13 años, tenemos dos hijos de 9 y 11 años. Mi esposo está en encarcelado desde julio de 2014. Hablé con él el sábado y me contó las condiciones en las que se encuentra la prisión después del paso del huracán. Además, circularon muchos emails de las esposas de diferentes reclusos, compartimos las novedades entre nosotras ni bien las recibimos.
LV: ¿Qué pasó en la carcel durante el huracán?
La prisión estuvo cerrada con altas medidas de seguridad durante 5 días. Las personas están hacinadas en celdas pequeñas que además están inundadas y no los dejan salir por más de 5 días. La prisión estuvo cerrada por 5 días.
Hablé con mi esposo por primera vez el 2 de septiembre, fue cuando me contó las condiciones en las que se encontraba. El 27 de agosto fue la última vez que habíamos hablado.
Todo ese tiempo vi los destrozos del huracán por TV. Estuve llamando a la prisión y preguntando “¿Los van a trasladar? ” y como única respuesta me decían que no podrían darme esa información. Cuando preguntaba por qué colgaban el teléfono. Esto pasó unas 5 veces.
El sábado (2 de agosto, NdE) los dejaron salir por unas horas. Cuando los guardias se dieron cuenta que los presos se estaban comunicando con sus familias, contándoles de las condiciones en las que estaban, los encerraron a todos nuevamente. Cuando hablé con mi esposo estaba muy enojado, frustrado. Todavía había agua en su celda, no se más detalles porque no quise seguir preguntando. No se nada de él desde ese momento.
LV: ¿Qué pasó en la prisión después del huracán?
Me enteré que tienen muy poca comida y agua. Les dan muy poca agua y dos sandwiches por día. Estamos hablando de gente adulta, necesitan más que eso.
Usan bolsas para ir al baño para guardar el agua del inodoro, que es la única que tienen disponible para tomar. Mi esposo me contó que, aunque está contaminada, no le importa, a los presos no les importa. Dice que tomaría cualquier cosa. Me dijo que si está agua no lo mata, seguro que las condiciones de encierro lo van a hacer. Así de mal están.
No hay aire acondicionado y casi no tuvieron electricidad en todos estos días. Tampoco pudieron bañarse y no han comido algo caliente desde el 27 de agosto.
Tengo un email diciendo que dos presos en, la zona de media seguridad, murieron por las condiciones a las que son sometidos. Me enteré porque la esposa de uno de ellos me escribió. Necesitan ayuda. Necesitan medicamentos. Se que, por lo menos, uno de los que murió estuvo
tomando agua del inodoro. Esto es lo que me aterra. Mi esposo también está tomando de esa agua. No se en que estado de salud se encuentra el resto pero si murieron dos personas, se necesita un cambio en la situación ahora. Esto fue hace algunos días.
LV: ¿Qué pensas de la falta de covertura mediática de la situación de los presos?
Los presos están perdiendo la esperanza, pensando que nadie va a ayudarlos. Es importante reciban un trato humano. Hemos visto evacuar animales antes de siquiera pensar en evacuar a quienes están encarcelados. Esto viene directamente de ellos, entienden su situación. Es simplemente triste. Estas personas no tienen voz ahí dentro.
Solo tienen sus familias de las que dependen para que se conozca su situación. Este maltrato se tiene que terminar. Se sienten olvidados ahí dentro. Se están dando por vencidos. Lo se por como hablaba mi esposo.
LV: ¿Qué pensas que habría que hacer ahora?
Me gustaría que los evacúen cuanto antes a un lugar limpio, sano y seguro. Necesitan agua y comida caliente. Necesitan medicamentos. Mi esposo es diabético y tiene el colesterol y presión altos. Él tiene su medicación, pero había poca, no sabe para cuánto tiempo más.
También necesitan tratamiento porque estuvieron tomando esa agua contaminada. No quisiera que nadie tenga que pasar por lo que ellos han pasado. Algunos de los guardias están tapando los hechos y eso no está bien. En el sector de alta seguridad los guardias patrullan con armas largas. La esposa de uno de los internos me dio esta información.
Se que pasan cosas peores. No nos lo quieren contar para no preocuparnos pero estoy segura de esto. Necesitan ayuda ahora mismo.
Traducción: Nicolas Daneri