El actual funcionario y presidente del Astillero Río Santiago volvió a atacar la lucha del neumático. Lo hizo desde Europa, donde viaja en busca de negocios con otros empresarios navales. Hace poco se dio un aumento de 300 mil pesos a su abultado sueldo. Ayer entregó las horas al 200% y el salario, y ahora viene a dar consejos. Un caradura.
Lucho Aguilar @Lucho_Aguilar2
Viernes 9 de septiembre de 2022 13:17
Hay un hecho que resume quiénes es quién. De un lado miles de trabajadores del neumático llevan adelante una pelea de más de 130 días. Están haciendo un esfuerzo ellos y sus familias para recuperar un derecho que le robaron en los años 90 y tener mejores salarios. Trabajan 7 días seguidos, tienen un fin de semana libre cada 45 o 50 días. Es una lucha fuerte y digna, ¿quién puede negarlo? Enfrentan a empresarios millonarios como Madanes y multinacionales como Pirelli y Bridgestone, que amasan fortunas a cosas de los cuerpos y los días de los trabajadores.
Del otro, desde la Feria de la Industria Naval de Hamburgo (Alemania), un hombre tuitea desde un lujoso hotel. Está allí como funcionario del Gobierno en el Astillero Río Santiago. Lo acompañan empresarios de astilleros privados “nacionales”, como SPI y Tandanor. Pedro Wasiejko sonríe junto a sus nuevos “socios”. Mientras ofrece negocios para las grandes empresas navieras, twitea: “frente a las agresiones de la conducción del SUTNA a aquellos trabajadores que piensan distinto y el conflicto que impulsan que pone en riesgo 750 puestos de trabajo”. Antes había dicho que “Madanes eligió en su momento apoyar un tipo de gestión sindical confrontativa que hoy está afectando no sólo a las empresas del sector sino también a las y los trabajadores”.
Pero la realidad es que Javier Madanes inició una campaña en los medios mintiendo sobre lo que ganan los trabajadores, les manda seguridad privada, los provoca, pide policías. Pedro no dice nada de eso. Se sube a la campaña de su viejo conocido, ahora colega, contra los trabajadores en lucha y su sindicato. “Peligran puestos de trabajo” intenta asustar. Ni los empresarios del neumático metieron miedo así, por ahora.
Mientras ríe y brinda con los empresarios navales, sigue twiteando. ¿Repudia la presencia policial en Pirelli? No. ¿La prepotencia empresaria durante 18 audiencias? Tampoco. ¿Repudia la agresión racista de gerentes de Bridgestone a delegados? Menos. Para Pedro y su lista Violeta, “el sindicato es dirigido por personas que agreden a los trabajadores que no están de acuerdo con el conflicto que por cuestiones político partidarias mantienen con las empresas”. O sea que para Wasiejko el sentido reclamo de que les devuelvan el derecho arrebatado del convenio, el malestar por pasar los fines de semana escupiendo cubiertas, es solo una cuestión “política partidaria”. Para él nunca hubo una asamblea general, nunca hubo un paro ni una movilización, los trabajadores son solo ovejas acarriadas contentísimas con sus trabajos. Así ve Pedro a los trabajadores del neumático. Quizás por eso durante décadas los entregó como bestias de carga de las empresas.
Porque Wasiejko tiene su historia en el Neumático. Quizás los más pibes no la conocen, pero los más “grandes” sí.
Entregando conquistas
Para hacerla corta, durante los años 90 hubo distintos ataques contra los trabajadores del neumático. Una fue la derrota a la gran lucha de Fate de 1991-1992. Las seccionales eran una escribanía de la patronal. Flexibilidad, turnos rotativos, trabajo continuo, rebaja de las “horas al 200%” y todo tipo de entregas. Van destrozando el convenio colectivo histórico con anexos por fábrica que se firman entre 1996 y 2001. Ese año Wasiejko arregla el famoso “bono de participación en las ganancias” como contrapartida a una rebaja de sueldos del 20%. Un bono que se pagó dos veces durante su gestión y por sumas miserables. El año siguiente, con la devaluación, el salario real del neumático cae 39%.
Desde la conducción nacional del SUTNA reafirmó y profundizó la flexibilización. En 2006 y 2007 le puso su firma a todas las entregadas propias y las de sus antecesores, enterrando el convenio del año 1975. Gracias a eso, la productividad por hora trabajada en el neumático aumentó un 34% entre 2003 y 2011: todo a costa del sacrificio y la salud obrera.
Así fue que vinieron las rebeliones de Fate 2007 a la que se sumó Pirelli en 2008. En Fate Wasiejko tuvo que correr por el repudio de cientos de laburantes. Cobarde y rencoroso, pactó con las empresas los despidos de 200 activistas. Pero todo tiene un límite: su amistad con las patronales le hizo perder el gremio en 2016 ante el Frente de Unidad.
Pero el hombre se buscó nuevos "laburos". Es dirigente de la CTA oficialista, con quienes ha permitido dejar pasar los ajustes de Macri y del Frente de Todos. Ese favor le permitió llegar al cómodo y bien pago sillón de la gerencia del Astillero.
Ahora es patrón
Para no perder sus privilegios, Pedro se hizo funcionario y patrón. Ahora es Presidente del Astillero Río Santiago. Allí negocia paritarias (del lado empresario), define despidos, se aumenta su propio sueldo. Eso fue lo que hizo en febrero de este año. Por una simple resolución con su firma, se aumentó a él y otros gerentes, 300 mil pesos de un saque. ¡200 mil! Eso más lo que ya cobraba. ¡Por fin Pedro consiguió un salariazo!...lástima que no sea para los trabajadores. Como explican en esta nota trabajadores del ARS, “esta decisión se lleva adelante mientras las mejoras en las condiciones laborales de las y los trabajadores siguen postergadas. Sin ir más lejos, los salarios de la mayoría de la fábrica vienen atrasados en un 30% desde 2018 y actualmente se encuentran esperando la paritaria; hace años que en el ARS no hay recategorizaciones ni ascensos; y es constante el reclamo ante la falta de inversión, insumos y elementos para trabajar”.
Pedro se dió un aumento a pesar de que desde que llegó no consiguió un solo contrato para reactivar el ARS. Pero sigue viajando por el mundo.
Además ha despedido trabajadores, como cuenta acá uno de los delegados paritarios de base. Pero lo más importante es que Wasiejko es parte de la política de vaciamiento del Astillero estatal y de una política de privatización, convirtiéndolo en una “Sociedad del Estado”. Al presentar ese proyecto Wasiejko habló de “agilizar el funcionamiento operativo del ARS y asimilarlo a cualquier empresa productiva, sumado a una mayor eficiencia de los recursos del astillero”. ¿Le robó el power point a su ahora colega, Madanes?
Hay que desconfiar de los burócratas y gerentes
Los trabajadores del neumático se sacaron hace tiempo de encima a la burocracia de la Violeta, que recibió una paliza en las últimas elecciones. Cualquiera se da cuenta que no se puede confiar en los amigos del patrón, mucho menos si su jefe político es un funcionario que gana como un gerente y viaja por el mundo buscando negocios.
Wasiejko y la Violeta quieren la derrota de la huelga del neumático igual que las patronales. Esa es su “política partidaria”. Hay que apoyar a los trabajadores en lucha y su sindicato, contra los traidores impresentables.
Lucho Aguilar
Nacido en Entre Ríos en 1975. Es periodista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001. Editor general de la sección Mundo Obrero de La Izquierda Diario.