Tras un gravísimo error del defensor del título en la última partida, el joven aspirante se consagra campeón del mundo a los 18 años y rompe los récords.
Jueves 12 de diciembre de 2024 16:22
En una partida que a todas luces parecía terminar en tablas, el defensor del título mundial de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), el chino Ding Liren, cometió un error muy grave para su nivel, ofreciendo un cambio de torres que lo dejaba en un final con peón de menos completamente perdido.
Segundos después de cometido el error, Gukesh no pudo contener su emoción, abriendo los ojos sin poder creer lo que veía en el tablero, llevándose las manos a la cara, volviendo a reflexionar por unos segundos para comprobar que realmente tenía la partida ganada, acomodándose el cuello del saco como es su costumbre, y rápidamente tomó la torre.
GUKESH, CAMPEÓN DEL MUNDO. Aunque me cuesta creerlo, porque nada indicaba que hoy fuera a ganar. Confío en haberlo explicado bien en esta crónica desde Singapur: https://t.co/oWZ2PCEwQN#Ajedrez #Chess
— Leontxo García (@leontxogarcia) December 12, 2024
Por su parte, Ding ya se había dado cuenta de su tremendo error y, muy abatido moralmente, abandonó la partida dos jugadas más adelante.
Una verdadera pena para el chino que hizo un gran torneo durante las 14 partidas que se disputaron, en varios casos dando cátedra de cómo defender posiciones muy desventajosas y con muy poco tiempo en el reloj -un problema que lo acompañó en casi todo el match pero que también resulta relativamente comprensible teniendo en cuenta la diferencia de edades (32)-.
Lo de Gukesh fue monumental en todas las partidas porque siempre buscó ganar -muchas veces se “juega a tablas” para no cansarse u otras razones- con blancas y con negras. Siempre trató de evitar los cambios masivos de piezas o de damas para mantener más posibilidades de generar desequilibrios y obtener ventaja.
Evidentemente hubo una gran preparación por parte de su equipo ya que en muchas partidas planteó líneas secundarias y “novedades” teóricas que obligaban al chino a esforzarse al máximo para no quedar inferior en pocas jugadas.
Desde todo punto de vista tiene un gran mérito su actuación, y aún más teniendo en cuenta que, contra todos los pronósticos, se encontró frente a un durísimo Ding Liren que hizo recordar al de 2019 cuando rompió el récord de las 100 partidas sin perder.
Se sabía que el chino venía mal, con problemas anímicos y haciendo malos torneos (como su actuación en las últimas olimpíadas), cayendo al puesto 22 del ranking mundial (Gukesh está en el puesto 5). Pero a lo largo de las partidas, como dijimos, mostró un alto nivel de juego y le ganó dos partidas al indio logrando llegar empatados a la última partida.
De mantenerse la igualdad, se definiría en partidas rápidas el día viernes donde el chino tenía buenas chances de imponerse ya que tiene muy buena performance a ese ritmo. Pero algo le hizo fallar en los últimos momentos y todo se definió en cuestión de segundos.
Recorte de la FIDE de los últimos momentos de la partida que decidió el match.
Fue un match de muchísimo nivel, aunque por supuesto se cometieron errores de ambas partes, en definitiva son humanos, y sobre todo donde ambos lo dejaron todo habiendo apenas dos o tres partidas “aburridas” de las 14 que se disputaron.
Definitivamente estamos en una nueva era del ajedrez, con un campeón de apenas 18 años, muestra de lo que la tecnología (que explotó en los últimos 15 años con máquinas que calculan a “nivel Dios”) ha revolucionado el juego y ha permitido una reducción enorme del tiempo que requiere la formación de un gran maestro. También con un match mundial que por primera vez en la historia es disputado por dos jugadores asiáticos, dando cuenta del cambio que se viene produciendo en las últimas dos décadas en las potencias ajedrecísticas mundiales.
Lo cierto es que, una vez más, se demuestra que la tecnología no ha “matado” al juego-ciencia, lo ha cambiado por supuesto, pero sin dejar de regalarnos las emociones y la espontaneidad de cualquier otro deporte.