Jorge Vergara es uno de los intendentes preferidos del gobernador Cornejo. Ayer confirmó que hará “reformas en el gabinete” a fin de mes. Una crisis política para Cambiemos en un año electoral.
Jueves 16 de febrero de 2017 09:20
Luego de cinco gestiones peronistas, el radicalismo logró en las últimas elecciones alzarse con el gobierno comunal de Malargüe por un estrecho margen. Casi sin pensarlo posible, Jorge Vergara Martínez se encontró con la realidad de gobernar un municipio de caciques peronistas (Celso Jaque, Raúl Rodríguez, Juan Agulles). Para ello, se valió del apoyó en el partido municipal Mopoma (Movimiento Popular Malargüino, una escisión del radicalismo), el envejecido Partido Demócrata y el gobernador Cornejo.
Luego de un año de gestión frente al municipio más rico y menos poblado de la provincia (que triplica presupuestariamente a otras comunas), la paciencia vecinal y de los trabajadores municipales parece haberse agotado, al mismo ritmo que lo hace la imagen positiva del jefe comunal. Falta de actividad en la gestión; nepotismo generalizado en la designación de funcionarios; promesas de campaña incumplidas y enfrentamiento frontal contra los trabajadores municipales y su gremio (ATE), han obligado a Vergara a dar un golpe de timón que evite un rotundo fracaso en las elecciones legislativas del año en curso.
Lo que se venía difundiendo como rumor de pasillo, se confirmó en conferencia de prensa cuando el intendente malargüino convocó a los medios locales para solicitar “el consejo de la prensa”, y asegurar que pidió la renuncia a todos los funcionarios de su gabinete.
Quienes anticipaban que los cambios iban a darse inmediatamente luego del anuncio, se equivocaron, ya que el radical Cambiemos aclaró que, “los anuncios de las reformas en el gabinete lo voy a dar a fin de mes.”
“Tengo que manifestar públicamente que he manifestado a todos los integrantes del gabinete que quiero su renuncia para hacer un nuevo organigrama y modificar muchas cosas que no están funcionando bien y tenemos que mediarlas de alguna manera”, dijo Vergara a la prensa.
Sin embargo, lo que se presentó como “cirugía mayor” podría ser solo pantomima ya que el intendente no aceptó todavía la renuncia de algunos funcionarios de primera línea en el organigrama municipal de Malargüe. “Van a haber modificaciones; en este caso, no sé si a algunos secretarios les toque”, dijo en este sentido.
Con la renuncia de todos los funcionarios sobre la mesa, el intendente de Malargüe aseguró que ha recibido el apoyo del bloque opositor del PJ (que ya lo había acompañado en la aprobación del presupuesto municipal de ajuste) y que no ha recibido recomendaciones del gobierno de Cornejo para avanzar en esa reestructuración.
El intendente de Malargüe en conferencia de prensa
Vergara aseguró también que se siente fortalecido para realizar estos cambios y no le teme al surgimiento de internas en el Frente Cambiemos en vistas a las elecciones legislativas de este año. En relación a esto, no son pocas las voces que aseguran que se trata de una medida cosmética, un ligero golpe de timón para hacer un digno papel en las próximas elecciones.
Entre los “errores cometidos” por su gestión, aseguró que se encuentra la desastrosa gestión de la cubierta sanitaria; el fracaso de la Fiesta Nacional del Chivo y no perdió oportunidad para cargar contra los trabajadores asegurando que se encuentra “en un municipio que tiene dos mil empleados y necesita quinientos” en un discurso claramente ajustador del estado.
A la hora de remarcar las virtudes de su administración, pronunció “hemos ordenado las finanzas del municipio, hemos comprado vehículos, hemos comprado adoquines para veinte cuadras del barrio Municipal y Martín Güemes, tenemos las reservas para pagar los sueldos de febrero y posiblemente de marzo.”
Ante la consulta de La Izquierda Diario sobre el conflicto de los trabajadores municipales presente desde el año pasado, Vergara no hizo autocrítica alguna y aprovechó para cargar contra la organización gremial asegurando que ha resuelto todos los reclamos de los trabajadores. “No puedo incorporar más gente a un municipio que tiene una planta de dos mil personas y con quinientas sería suficiente. Habré tomado ochenta personas, con razones sociales, porque no tenían para comer. Lo que le pido al personal, del que he tenido quejas por la atención de algunos, que mejoren porque esos son a los que voy a perseguir”, concluyó el intendente radical.