El mercado de la salud privada ha sido uno de los principales pilares de la herencia de la dictadura, con un monopolio altamente concentrado en seguros y prestadores que son parte de los mismos holdings, donde el nexo entre isapres y clínicas trae lujosas ganancias creando un mercado gigantesco; fijación de precios y capturación de recursos.
Viernes 18 de noviembre de 2022
En oposición a este relato próspero del negocio de la salud privada, está la estropeada salud pública, que en dictadura y en los 30 años de transición de la democracia pactada se vio reducida su infraestructura, equipamiento, dotación de personal y recursos, en consecuencia totalmente desmantelada a beneficio de los privados.
La Inglesa BUPA (BRITISH UNITED PROVIDENT ASSOCIATION) es uno de los tres principales Holdings de la salud privada en Chile. En el primer semestre del 2022, reportó ingresos de 6700 libras (unos 7300 millones de dólares), un 4% más que hace un año atrás.
Hace siete años, a través de su brazo en España, compró la Isapre Cruz Blanca al grupo Said. Sus dos líneas de negocio se componen de las prestaciones de salud y las Isapres, a pesar que estas últimas han sido golpeadas en sus negocios por la crisis general que estan pasando las aseguradoras de salud, aún siguen acumulando voluptuosas millonarias ganancias, incluso aumentando estas con años anteriores.
Es conocido el mito de que las y los funcionarios de la salud privada viven en una burbuja de estabilidad y excepcionales condiciones de trabajo, nada más alejado de la realidad, más bien es un imaginario impuesto desde arriba que genera la migración de trabajadores del sector público al sector privado. Después teniendo la experiencia al llegar, dándo se cuenta de tener una que otra migaja más, pero que en algunos estamentos someterse al mismo agobio y precarización que en el sector público.
El ejemplo de BUPA, en sus distintos centros asistenciales, se refleja la precariedad de muchos estamentos sometidos a la contratación del subcontrato, siendo los más perjudicados el área de Tens, Alimentación y Auxiliares.
Una de estas es la empresa ARAMARK, que presta servicio a BUPA de movilizadores de pacientes, teniendo a sus trabajadores/ras auxiliares con sueldos bajísimos y con rotativas extenuantes de turnos, de mañana, tarde y noche, sin aseguramiento de transporte. La mayoría son jóvenes que se ven obligados a someterse a estos trabajos basura para poder complementar con sus estudios universitarios o añadir lo con un segundo trabajo para poder sobrellevar los costos de la crisis, ni hablar de aguinaldos y vacaciones en estas empresas donde le sacan el mayor provecho lo trabajadores para incrementar aún más sus millonarias ganancias.
Otro sector sometido muy similarmente a estas nefastas condiciones son los y las trabajadoras de SODEXO, empresa que presta servicio a BUPA en el ámbito del aseo y la alimentación, siento una parte muy feminizada con sueldos que bordean el mínimo, con altos grados de agobio. En el sector de aseo se presencia lo más desgarrador y brutal, trabajadoras de tercera edad ya jubiladas con pensiones miserables, obligadas a seguir en su última etapa de vida a todavía tener la bota encima de el trabajo asalariado y precario, con turnos extenuantes de 12 a 24 hrs, cumpliendo un rol fundamental de aseo en áreas comunes y habitaciones de pacientes. ¡SIN ASEO NO HAY SALUD!
Esta disparidad enorme entre las enormes frutos del lucro empresarial de los privados como son el grupo BUPA y los míseros sueldos y agobios de sus funcionarios/as de los sectores más precarios de la salud privada de muestra la necesidad de por acabar con el negocio de empresarios de la salud, movilizando sé y coordinado a todos los sectores de la salud privada y pública por un sistema de salud universal, de calidad y gratuito gestionado por sus trabajadores y la comunidad, financiado por nacionalización de los recursos naturales como el cobre y el litio. ¡ Por la nacionalización de las clínicas privadas bajo control de sus trabajadores y los sectores populares! ¡Fin al negocio de las Isapres!