A dos meses de la primera vuelta electoral para elegir al noveno presidente de la V República, prima el desconcierto entre los candidatos. Le Pen, que cosecha la crisis de Fillon en posibles votos, no ganaría en una segunda vuelta.
Miércoles 22 de febrero de 2017
El 23 de abril de 2017 Francia debe afrontar la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Sin embargo, pocas elecciones tuvieron tantas incógnitas como la actual. A dos meses y medio de la primera vuelta, aun no hay mucha claridad sobre los posibles resultados. Con excepción del ultra derechista Frente Nacional de Marine Le Pen, las primarias de la derecha y del socialismo arrojaron resultados que, a priori, nadie barajaba.
Primero fue el turno de François Fillon derrotando a Nicolas Sarkozy en las primarias de los Republicanos. Luego, Benoît Hamon iba a ganarle al ex primer ministro Hollande, Manuel Valls, en las del partido socialista. Y también, el caso de Emmanuel Macron, el ex niño mimado del presidente francés, que tuvo un ascenso poco anunciado.
Hoy, las encuestas (si es que aún vale citarlas) indican que la líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, refuerza su liderazgo en intenciones de voto de cara a la primera vuelta, según un nuevo sondeo divulgado este lunes, que sigue augurando su derrota en la segunda ronda, aunque con diferencias cada vez más ajustadas.
De acuerdo con el instituto Opinionway, Le Pen obtendría un 27 % de los votos en la primera vuelta de las presidenciales que se celebrará el 23 de mayo, un punto porcentual más que la semana pasada.
Se distanciaría así todavía más del ex ministro de Economía Macron (En Marcha!), que obtendría un 20 %, como en la semana precedente (había llegado al 23 % a comienzos de mes) y del ex primer ministro conservador François Fillon, el que está realizando una muy poco feliz campaña electoral, atravesada por los escándalos de corrupción que no dejan de perseguirlo. Sin embargo, Fillon, volvió a superar al liberal Macron en intención de voto, por primera vez desde el 25 de enero, día en que se desveló un escándalo por corrupción que lo hizo hundirse en los sondeos y llevó a que sus propios correligionarios le soliciten dar un paso al costado en la candidatura, ya que recién el 17 de marzo se oficializan las listas electorales.
La semana pasada la fiscalía que lo investiga señaló que está analizando la posibilidad de que tanto Fillon como su esposa, Penelope, hayan cometido, entre otros, los delitos de “malversación de fondos públicos y abuso de bienes sociales”. Y agregó que los informes entregados por la Oficina de Lucha contra la Corrupción “no permiten plantear el archivo del procedimiento”, como había solicitado el candidato a presidente.
Por el socialismo, el candidato que nadie esperaba, Benoît Hamon, que derrotó a Manuel Valls el 29 de enero, lograría, al día de hoy, un 16 % de los votos, y Jean-Luc Mélenchon, un 12 %.
Precisamente, Hamon y Mélenchon se han lanzado declaraciones cruzadas durante el pasado fin de semana que parecen descartar el acercamiento de sus candidaturas que ambos habían contemplado para darse posibilidades de llegar a la segunda vuelta.
Según un estudio publicado este martes por el instituto Elabe, la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, aumenta su ventaja en la primera vuelta del 23 de abril, en la que sería la más votada con el 27 % de los sufragios, 1,5 puntos más que en la anterior encuesta del 7 y el 8 de febrero.
Le Pen comenzó oficialmente el día 6 de febrero su campaña con 144 promesas en el programa, que incluyen la expulsión de extranjeros sin papeles, el fin del derecho de suelo (que otorga la nacionalidad francesa automáticamente al que nace en el país) y medidas proteccionistas y euroescépticas bajo el eslogan “Estamos por lo local, contra lo global”, al mejor estilo brexit.
Le Pen hace campaña prometiendo dos referendos en seis meses si es presidenta: uno para cambiar la Constitución y otro para salir de la UE.
Sin embargo, los sondeos pronostican que Le Pen perdería contra Fillon en segunda vuelta, con un 56 % para el candidato conservador y un 44 % para la presidenta del Frente Nacional.
Fillon mejora en 3 puntos porcentuales en las últimas mediciones, mientras que Macron pierde 5 puntos y queda relegado a la tercera posición, lo que le eliminaría de la segunda ronda electoral, el 7 de mayo.
Eso puede significar que Fillon está remontando el bache en el que cayó cuando salió a la luz que había contratado a su esposa como asistente parlamentaria y desde que la Fiscalía abriera una investigación para determinar si se trataba de un empleo ficticio.
Se afianza así el escenario de que el ex primer ministro conservador se disputará la presidencia con Marine Le Pen, aunque no hay que apresurarse en esta campaña que, de predecible, tiene poco y nada.
Otro sondeo, publicado por Ipsos, también destaca la recuperación de Fillon, que este instituto viene constatando desde mediados de mes, aunque en este caso empata en segunda posición con Macron en la primera vuelta, ambos con el 19 % de los votos, frente al 26 % de Le Pen.
Las sospechas de “empleos ficticios” no recaen sólo en Fillon
Todos hablan de los escándalos que envuelven al republicano Fillon, y no es para menos. Sin embargo, la candidata del Frente Nacional también está acusada de desvío de fondos públicos y financiación ilegal. De hecho, este lunes sufrió un revés en plena campaña, cuando la policía registró la sede partidaria por el caso del desvío de fondos del parlamento europeo. Marine Le Pen se negó el mes pasado a devolver los 300.000 euros que le reclama la Eurocámara por empleos ficticios como ayudantes a dos de sus colaboradores. Pero, las denuncian aún no impiden que Le Pen capitalice la crisis que envuelve a Fillon, creciendo en las encuestas, aunque, por ahora, no le baste salir victoriosa en una segunda vuelta el 7 de mayo.
La seguidilla de escándalos y la falta de predictibilidad en estas elecciones es un síntoma, no tanto de la fortaleza de los partidos políticos y sus líderes, sino de la crisis de régimen, que desnuda la crisis de representatividad de los partidos tradicionales y hasta del socialismo francés, que se despide con el presidente más impopular de la V República.