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Red Internacional
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Economía Internacional. El lobby anglosajón de Financial Times pide más ajustes en Grecia

Martín Wolf en su última editorial plantea que hasta ahora en Grecia hubo más austeridad que ajuste. Exige un acuerdo con Alemania y la UE por la deuda a cambio de iniciar una profunda reforma. Una receta que ya sabemos tiene a los trabajadores como sus principales damnificados.

Jueves 5 de febrero de 2015

Fotografía: wikimedia.org

En un artículo reciente Martin Wolf del Financial Times, publica una editorial dedicada a una suerte de balance de lo acontecido con la crisis en Grecia. Según él
hasta ahora el resultado de la crisis en Grecia fue máxima austeridad y mínima reforma, el ajuste fiscal fue doloroso pero no ha cambiado el clientelismo político y la corrupción, es el peor de los mundos. El pueblo griego sufrió en vano. Son más pobres pero no surgió una Grecia más productiva. Con el gobierno de Syriza parece más probable una salida de Grecia del euro que un nuevo acuerdo productivo.” Así el think tank de presión anglosajón vuelve a la carga exigiendo más medidas de ajuste cuyo resultado final ya lo conocemos, un deterioro en las condiciones de vida de la clase trabajadora y aumentar los ritmos de explotación, como menda de cambio de una mejora en la rentabilidad capitalista, como analizamos acá.

Pagarás y negociarás

Para Wolf el tiempo apremia aunque existen márgenes para una negociación de la deuda griega y un plan de reestructuración. Por un lado, hay un problema de tiempos en cuanto al vencimiento de los compromisos del país heleno con el BCE y el FMI sus principales acreedores. “Lo más importante es si Grecia se quedará pronto sin dinero. La mayoría de los analistas creen que encontrará los 1400 millones de euros que necesita para pagar al FMI el mes que viene. El peligro más plausible es que los bancos griegos vulnerables a corridas de depositantes nerviosos se vean privados del acceso a los fondos del BCE. Si eso sucediera el gobierno deberá elegir entre un corralito y crear una nueva moneda.” O sea, significaría la salida del euro una medida que afectaría al salario y las condiciones de vida de los trabajadores y sectores populares al implicar una devaluación de la moneda entre otras variables.

Por otro lado, existe una negociación entre el BCE y los bancos griegos. Resulta según Wolf que “los bonos emitidos por los bancos están garantizados por el gobierno griego. El BCE ya planteó que no va a aceptar más estos bonos después del fin de febrero, fecha en que expira el programa de la UE. Si el BCE se mantiene en esto sería una presión para que el gobierno griego firme un nuevo acuerdo, lo que el gobierno puede no hacer. En este caso, el BCE le quitaría el financiamiento a los bancos griegos. Esto podría llevar a la eurozona a una crisis innecesaria y a Grecia a la bancarrota antes de que se consideren alternativas.” Su conclusión, es que si bien la situación es delicada aún existe tiempo para la negociación. Una recomendación acorde a su estrategia de alentar una negociación de Grecia con la UE, mientras meten presión a Alemania para que acepte un plan más acorde a los intereses de Estados Unidos como explicamos acá.

Es así que afirma, “el gobierno merece un tiempo para presentar sus ideas de lo que llama un nuevo "contrato" con sus socios. Estos socios seguro tienen temor de las posiciones de Tsipras pero la UE se supone que es una unión de democracias, no un imperio.” En clara alusión a Alemania quien ordena al conjunto de la UE, aunque esto lo haga con algunas fisuras y resistencias como la de Grecia y eventualmente un triunfo de Podemos en el Estado Español.

Una nueva reestructuración capitalista en puerta

Para Wolf, además de la negociación de la deuda, “quedan dos cuestiones cruciales: la primera es el tamaño del superávit fiscal primario, que se supone sea 4,5% del PBI. El gobierno propone 1 o 1,5% lo que en la situación de depresión de Grecia parece razonable. La segunda es la reforma estructural. El FMI señala que el gobierno saliente fracasó en llevar adelante 13 de las 14 reformas a las que se había comprometido.

Para esto recomienda a Grecia y a la UE (leáse a Alemania) tomarse tiempo y preparar una reforma que “tiene que lograr una modernidad gobernada por la ley.

El acuerdo debe ser una reforma profunda y radical a cambio de escapar de la esclavitud de la deuda.” Y concluye su carta de recomendaciones con una extorsión, “si los griegos quieren algo diferente están en su derecho pero tienen que irse. El daño sería considerable y el resultado indeseable pero una llaga abierta sería peor.

Entre las estrategias de los anglosajones, la de Alemania (austeridad) y la de Syriza (negociar para aliviar el peso de la deuda pero sin dejar de pagar), aun está pendiente la emergencia de una cuarta posición independiente de los bandos imperialistas y a favor de los trabajadores. Por suerte, el tiempo aún corre a nuestro favor.