Inició la carrera hacia las elecciones, en medio de una crisis sanitaria y económica que ha golpeado duramente al pueblo trabajador.
Miércoles 17 de febrero de 2021
Los partidos de la coalición Va por México (PRI, PAN y PRD) buscan salir de su crisis, a partir de una alianza oportunista que los exhibe como defensores del neoliberalismo. El Morena busca consolidar su hegemonía política, junto a sus aliados, para continuar con la 4T, que ha significado mucha retórica contra el “antiguo régimen” pero nulos cambios sustanciales y nuevos planes de “ajuste” contra las y los trabajadores.
En ese marco, los dirigentes de las organizaciones que dicen representar al magisterio se vienen posicionando, en su mayoría, del lado del gobierno federal, renunciando a la necesaria independencia política que debemos tener las y los trabajadores ante las instituciones y partidos del régimen.
Desvío electoral
Con su promesa de “cancelar” la reforma educativa neoliberal, el actual presidente logró ganarse el apoyo de buena parte del magisterio. A lo que contribuyó el respaldo del charrismo sindical y la negativa de la dirigencia de la CNTE a asumir una postura, claramente, independiente de AMLO y el Morena ante las elecciones, permitiendo el desvío y la pasivización del descontento que había contra Peña Nieto.
Si bien el gobierno de la 4T promovió una nueva reforma educativa que eliminó la evaluación de permanencia, la mayoría del contenido de la reforma neoliberal se mantuvo con otros nombres y se profundizó. Peor aún, con la pandemia y la educación a distancia, la precariedad laboral del magisterio se ha agravado: no se respetan nuestros horarios de trabajo, aumentó nuestra carga laboral y solventamos los gastos de las clases en línea.
En algunos estados, como Michoacán, muchxs docentes siguen sin ser basificados y los egresados de las escuelas normales sin ser contratados. Ni qué decir de lxs de escuelas privadas, que han sido despedidxs masivamente o les recortaron su salario. El rezago educativo se profundiza, al ser excluídxs miles de alumnxs sin acceso a la tecnología.
Esto es consecuencia de abandonar la movilización en las calles por confiar en las instituciones y la falsa salida electoral, que es a donde lamentablemente han llevado al movimiento magisterial incluso los dirigentes de la CNTE.
¿Quién es quién?
Luego de declararse “ejército ideológico” de la 4T, los charros del SNTE que siguen vinculados al partido Nueva Alianza, aunque éste perdió su registro a nivel nacional, ya establecieron una “nueva alianza” con el MORENA hacia las próximas elecciones, para sumarse a la coalición oficialista en los estados donde conservan su sello electoral y, en donde no, hacerlo como Fuerza Turquesa.
Cuando se anunció este acuerdo, el líder del MORENA, Mario Delgado, afirmó que:
«En el 2018, las y los maestros confiaron en nuestro partido para terminar con la mal llamada reforma educativa y cumplimos.»
Lo que no mencionó es que Nueva Alianza y los charros del SNTE avalaron dicha reforma, traicionando al magisterio y que ésta no se terminó, sino que profundiza con la 4T.
Por su parte, las Redes Sociales Progresistas –vinculadas a Elba Esther Gordillo y su familia–, lograron su registro como partido político, luego de haber impulsado a través de su brazo sindical, Maestros por México, la campaña de AMLO por la presidencia, en medio de su disputa con la actual dirigencia del SNTE por el control del sindicato. A inicios de febrero, las RSP realizaron una consulta virtual para elegir a sus candidatos, que serán aliados del Morena.
Lejos de cualquier proyecto progresista, su principal referente, Elba Esther Gordillo, fue siempre enemiga acérrima del magisterio democrático y del normalismo y avaló como líder sindical los planes neoliberales para la educación.
Nada bueno podemos esperar las y los trabajadores de la educación de estos “nuevos” y no tan nuevos proyectos que buscan utilizarnos como clientela política, para enriquecerse y obtener poder a costa de vender nuestros derechos y demandas al mejor postor.
¿De la oposición al oficialismo?
Entre los sectores antes opositores a los gobiernos neoliberales que hoy respaldan a la 4T, destaca el Comité Ejecutivo Nacional Democrático (CEND) del SNTE, que hace tiempo rompió con la CNTE. Su propósito declarado es conquistar poder popular, a partir de convertir las demandas sociales en programas de gobierno.
Lo que soslayan estos compañeros –cuya dirigencia ha tenido reuniones con el gobierno federal– es que, lejos de conquistar poder, al renunciar a una política independiente y combativa que se delimite del gobierno y se apueste a la movilización, contribuyen a llevar nuevamente la creciente inconformidad del magisterio a la impotente salida institucional y electoral, que poco ha servido para defender nuestros derechos y resolver nuestras demandas.
En el caso de la CNTE, cuya dirigencia ha sido recibida en varias ocasiones en Palacio Nacional, seguramente mantendrá su supuesto “apartidismo”, mientras deja que se expanda entre sus filas la lógica del “mal menor” hacia las elecciones y se niega a movilizarse unitariamente para enfrentar los ataques del gobierno actual contra la educación y contra el conjunto de las y los trabajadores.
Por una política independiente ante las elecciones
En las próximas elecciones, las y los trabajadores de la educación no contamos con una alternativa política que realmente represente nuestros intereses. Apoyar a alguno de los partidos del régimen, ya sea a los que respaldan al gobierno o, peor aún, a la oposición de derecha, sólo puede llevarnos a nuevas derrotas y frustraciones.
Esto no significa abstenernos y limitarnos sólo a luchar por demandas particulares, mientras los políticos al servicio de los empresarios deciden sobre el rumbo del país. La experiencia de las candidaturas independientes de la maestra Sulem Estrada en el 2018 y la de Flora Aco actualmente en la CDMX, muestran que es posible intervenir en los procesos electorales con una política independiente, de clase, para difundir nuestras luchas, exigir nuestros derechos y enfrentar a los partidos de los empresarios, sin olvidar que nuestras demandas sólo las conquistaremos con la lucha y movilización en las calles. Necesitamos construir nuestra propia organización política, anticapitalista.