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Red Internacional
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REPRESIÓN Y RACISMO. El mantero Sidil Moctar, primer preso social del gobierno de Colau

Un año después de que Barcelona en Comú llegara al Ayuntamiento, la violencia cotidiana contra los "manteros" se ha recrudecido. La semana pasada, un joven entraba a prisión a petición de la Guardia Urbana y la Fiscalía.

Marta Clar Barcelona | @MartaClar1

Martes 24 de mayo de 2016

Ya hace tiempo que el acoso, la persecución y la represión hacia el colectivo del top manta en Barcelona se viene recrudeciendo. Desde que Barcelona en Comú se puso a la cabeza del Ayuntamiento, el acoso y la violencia cotidiana no ha cesado ni por un momento, sino más bien al contrario.

De hecho, hasta la semana pasada, a las constantes redadas de la policía, en las que los abusos policiales y las requisas de material son más que habituales, había que añadirle el operativo conjunto que desde el mes de Abril se llevó a cabo entre los Mossos de Escuadra y la Guardia Urbana, en común con la seguirdad privada para echar a los manteros del metro de Barcelona.

Hasta la fecha, las pocas veces que Barcelona en Comú se ha pronunciado sobre estos acontecimientos ha sido para defender las actuaciones de la Guardia Urbana. Así ocurrió cuando a principios de Septiembre, Gala Pin, salió a defender el vergonzoso dispositivo policial desplegado después de un enfrentamiento en el que la represión dejó a varios heridos. Un mediático ejercicio de racismo institucional que provocó la indignación de muchos ante lo que sería el primer acto de criminalización de la pobreza que llevaría a cabo este "Ayuntamiento del Cambio".

No fue así, en cambio, para Ada Colau, que salió a defender la supuesta "profesionalidad" con la que habían actuado los agentes de la Guardia Urbana. Una defensa incondicional del cuerpo represivo que se volvió a repetir cuando la alcaldesa se pronunció públicamente para justificar la vulneración de derechos básicos, que ocurrió en un centro médico cuando un mantero denunciaba.

Lo que ocurrió el pasado miércoles no es para nada diferente a lo que viene sucediendo desde hace meses. Las zonas colindantes al Palau del Mar, en el barrio de la Barceloneta, son un espacio habitual de ventas para los manteros, donde frecuentemente se encuentran con una fuerte presencia policial , que entre provocaciones y amenazas les intenta confiscar el material.

Nada fue diferente, excepto que a Side Moctar se le ocurrió defenderse y con una rama apuntó, sin provocarle lesiones graves, a un agente de la Guardia Urbana conocido entre el colectivo como "el Gordo", famoso por sus provocaciones y comentarios racistas. El enfrentamiento, fue grabado como evidencia el vídeo de 20 segundos que se presentó como prueba de la acusación. Sin embargo, lo que no aparece en el vídeo son los instantes previos en los que los agentes golpeaban a los manteros. Poco después, el joven fue detenido en su domicilio acusado de un delito de lesiones.

"Llevamos varias semanas recibiendo golpes, nos han roto los pies, nos han roto los brazos y nadie cuestionaba" cuenta Aziz portavoz del Sindicato Popular de Manteros. en un video registrado por La Directa. El Sindicato, además, hizo público un comunicado en el que denuncian que "hace mucho tiempo que la violencia ejercida contra nosotros [los manteros] se ha aceptado como algo natural. Nunca le interesa a nadie. No sale en los medios. No hay políticos que lo denuncian indignados".

Finalmente, la jueza Carassol, a petición de la Fiscalía y la Guardia Urbana decretó prisión preventiva y sin fianza para el mantero alegando "alarma social" y "riego de fuga", pese a que el detenido no tiene antecedentes y lleva viviendo once años en Barcelona. Según la fiscal, el castigo "será ejemplerizante" para el resto de trabajadores del top manta. Un día después de los hechos, Ada Colau, compareció públicamente para denunciar la agresión y condenar "todo tipo de violencia", mientras anunciaba que el Ayuntamiento se personaría como acusación particular contra los manteros acusados de agredir a miembros de la policía.

Por su parte, el tercer teniente alcalde Jaume Asens, trató de intervenir llamando a la abogada del despacho Pina-Molins, para evitar que pidiera prisión para el detenido. Una posición que se aleja parcialmente de la que tomó la propia alcaldesa y que ha despertado fuertes críticas en la cúpula policial. Ahora cabe esperar, mientras se multiplican las acusaciones hacia el teniente alcande, a quién defenderá Ada Colau. Hasta la fecha, cuando ha tenido que elegir entre la población más precarizada y los cuerpos represivos lo ha tenido claro, y cuando a tenido que salir, ha salido en apoyo de los abusos y montajes policiales, al mejor "estilo Trias".

Sin duda, se trata de una nueva vuelta de tuerca en la represión y criminalización hacia este colectivo, alimentada por la posición complaciente con la que Barcelon en Comú a estado legitimando los abusos policiales de un cuerpo que cuenta con una larga lista de agresiones racistas a sus espaldas.