El futuro secretario de Hacienda bajo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, Carlos Urzúa, ha declarado como prioritario el análisis del sistema de pensiones, y su subsecuente reforma.
Raúl Dosta @raul_dosta
Miércoles 4 de julio de 2018
Esto ocurrió en una conferencia telefónica con agentes financieros, en la que también les anunció que la nueva administración -que asumirá el 1 de diciembre- tendrá una política macroeconómica, fiscal y monetaria responsable y buscará mantener un superávit primario.
Sin embargo el sector financiero dedicado a las Afores (Administradoras de Fondos para el Retiro) está muy preocupado porque su negocio amenazaría colapsar en la década siguiente si es que no hay una intervención del Estado.
Por ello, Leopoldo Somohano, del Principal Financial Group, dijo que “el actual gasto en pensiones crecerá a un ritmo mayor, pues se sumará un requerimiento adicional para solventar las demandas por servicios de salud de esta población cuyas pensiones serán muy bajas, presionando más el presupuesto público destinado a este segmento de adultos mayores”.
Esto va más allá de los ofrecimientos que ha hecho López Obrador de mejorar las condiciones de vida de jóvenes y adultos mediante pensiones o ayudas estatales. Urzúa dijo que tratarán de mejorar el sistema de pensiones, que se ha convertido en una cuestión explosiva porque el Estado aumenta su endeudamiento para costearlo a medida que la expectativa de vida sube y la base de pensionados crece.
Según datos de la Consar, 2 mil 159 mexicanos cumplirán 65 años diariamente en 2020, pero esa cifra se elevará a 3 mil en 2030. Este corrimiento en la estructura demográfica, en combinación con cada vez más bajos ingresos, será una presión social que recibirán esta administración y las subsecuentes, porque a mayor número de cuentahabientes que exijan su pensión habrá menor volumen de dinero para pagarles.
Sistema de ahorro ¿para los patrones?
Se trata de un problema estructural creado con la aparición del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) y luego transformado en el negocio de las Afores que fue convertido en una fuente de ayuda a las grandes empresas con el dinero de los trabajadores, capitales que navegan hoy penosamente en el mundo de la lotería bursátil, (donde la máxima ganadora, Tarjeta XXI Banorte, reporta apenas un plusvalor de 9.7% en 2017) a donde han llevado los ahorros de los trabajadores las empresas recaudadoras del sistema Afore.
El negocio que consiste en jinetearse el ahorro de los trabajadores está llegando a un momento crítico pues en un par de años miles de trabajadores estarán en condiciones de exigir su pensión. Esto porque se habrán llegado a mil 250 semanas desde que inició este sistema, periodo que la Ley del IMSS de 1997 establece como plazo mínimo para exigir una jubilación. Es decir que en tres años se harán las primeras reclamaciones de pensiones con este sistema.
Y resulta que es poco probable que el sistema Afore esté en condiciones de cumplir. “Es un tema que se debe atender pronto, dado el envejecimiento poblacional que vive el país. El reto es fortalecer el ahorro de los trabajadores que están en una Afore”, según declaró, Carlos Ramírez, presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).
Mientras que la expectación creada ante las masas trabajadoras que se sienten triunfadoras en esta elección no le permitiría a Carlos Urzúa hablar de medidas concretas que pudieran desencantar a quienes recién llevaron al poder confiando en que se mejorarán las condiciones de vida. En tanto, los ejecutivos financieros tiene el ojo puesto en un ataque más, en perjuicio de los que verdaderamente trabajan, los de abajo.
Mayor recaudación con menos salario
El principal pretexto es que las bajas pensiones en el país son resultado de las bajas aportaciones. En México, la contribución combinada entre el trabajador y el patrón para la cuenta de retiro equivale a 6.5% del salario del asegurado, frente al 18.4% promedio en la OCDE.
Por eso, Mauricio Alarcón, director general de Afore Coppel, asegura que “El incremento de los recursos de los trabajadores en México debe ser uno de los principales temas que tiene que estar en cualquier agenda del presidente que llegue” y que “debe ser prioritario el tema del incremento de la aportación obligatoria, para generar una mayor pensión”.
El nuevo gobierno tendrá que lidiar con el tema de favorecer a este tipo de parásitos de la economía que roban a las masas trabajadoras, a través de especular con los fondos de pensión apostando en la ruleta de las bolsas de valores, obteniendo ganancias millonarias a costa de la seguridad y estabilidad de quienes se retiran a vivir su vejez.
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Con ese pretexto las Afores convertidas en crueles aves de rapiña, ya cabildean para pedir al Estado que les amplíe sus márgenes de ganancia. No nos extrañe que incluso pidan que el incremento a descontar no sea paritario, es decir, que los patrones sigan cotizando igual y los trabajadores absorban el nuevo incremento.
¿Se atreverá el nuevo gobierno a contradecir los intereses de las Afores y aseguradoras?
Los trabajadores deben estar alertas y dispuestos a organizarse para que, así como su voto masivo obligó a un enorme cambio de actores en el tinglado gubernamental, su masividad en las calles impida que los nuevos administradores de la economía de la nación prioricen los intereses de los especuladores financieros por encima de los intereses de las mayorías. ¿Que las Afores “no pueden con el paquete”? Que se hagan públicos sus libros de contabilidad, antes de cualquier intento de reforma a la ley de pensiones.
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Con información de El Financiero y Expansión