El Gobierno español ha aprobado este martes el Proyecto de Presupuestos Generales que llevará al Parlamento. Se aumenta el gasto militar un 20% mientras consolida la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, al establecer una subida para las y los empleados públicos muy por debajo de la inflación.
Juan Carlos Arias @as_juancarlos
Martes 4 de octubre de 2022 21:36
El Gobierno aprueba los Presupuestos tras un acuerdo de última hora entre PSOE y Podemos. / EFE
Tras algunos tiras y aflojes a los que ya nos tienen acostumbrados, más fruto de la necesaria representación mediática que de diferencias reales, Unidas Podemos cedió a la presión de su socio mayoritario en el gobierno, el PSOE. Se aprobó el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2023 en la reunión del Consejo de Ministros del pasado martes.
De hecho, parecía que UP le arrancaría al presidente Pedro Sánchez algunos de los compromisos venía exigiendo en asuntos tan destacados como una la ley de la vivienda o la derogación de la ley mordaza. Todo un espejismo y algo que no ha sucedido y de nuevo ha visualizado la impotencia política neorreformista de UP. Esto sucede cuando, paradójicamente, nos encontramos en un claro momento de debilidad del Gobierno golpeado por las encuestas y ante la necesidad de sacar unos presupuestos que impulsen sus posibilidades electorales el próximo año.
El propio portavoz de UP en el Congreso, Pablo Echenique, tras la aprobación del proyecto de presupuestos ha declarado con enorme resignación: “hemos intentado pactar un desbloqueo de la ley de vivienda y el socio mayoritario no ha querido”. Y respecto a la ley mordaza señaló: “no hay acuerdo porque el PSOE no ha querido”. Para terminar, diciendo que van a pelear ambas leyes “de todas formas”.
Un nuevo sapo que traga UP, como durante toda la legislatura, en la que ha ido dejando de lado la mayoría de su programa de compromisos legislativos en materia de protección social y derechos laborales que supuestamente iba a lograr imponer al PSOE de Sánchez, tras su entrada al Gobierno de coalición.
Ni pararon los desahucios, ni derogaron la reforma laboral, ni la ley mordaza. Ni siquiera lograron una reforma fiscal digna de tal nombre que tapone las enormes desgravaciones y agujeros fiscales que hacen que las grandes fortunas y las empresas prácticamente no paguen impuestos directos.
Pero el mayor sapo que deberán tragarse en sede parlamentaria tanto los miembros de UP, como el resto de los socios que sostienen al Gobierno en el Congreso si acaban aprobando los Presupuestos presentados, será aprobar las partidas presupuestarias de los gastos militares que experimentarán un crecimiento cercano al 20% durante 2023, pasando de los 13.310 millones de 2022, a 15.810 millones que con el incremento de los 2.500 millones se alcanzarán el próximo año.
Un crecimiento histórico, que con toda probabilidad se superará con creces, tal y como suele suceder ejercicio tras ejercicio presupuestario. Sin ir más lejos este año con los 1.000 millones de euros extra que se aprobaron vía créditos extraordinarios. Y con otro montón de partidas que aparecen escondidas en otras cuentas difíciles de detectar y que acaban engrosando el presupuesto militar, y que se utilizan para dotar de más medios e infraestructuras al aparato militar del Estado español y, como consecuencia de ello, para implementar las políticas imperialistas opresivas sobre los países semicoloniales y fortalecer los intereses militaristas de la OTAN.
Atajando las críticas, en otro tuit completamente patético, Echenique ha dicho “no vamos a romper el gobierno por una deslealtad del PSOE, porque sería muy irresponsable cuando tenemos a Feijóo y Abascal [del derechista Partido Popular y el Ultra derechista Vos respectivamente] afilando los cuchillos. Pero quiero decir claramente que nos han ocultado el aumento unilateral en el gasto en defensa y que es una vergüenza.” ¡Nos han ocultado! Y lo dice sin sonrojarse.
Pero la realidad es que el discurso oficial de Unidas Podemos para justificar la aprobación del desorbitado crecimiento del gasto militar en 2023, con la ministra comunista Yolanda Díaz a la cabeza, es que es un coste que no ha formado parte del techo de gasto consensuado con el PSOE de Pedro Sánchez, como si eso implicara que ese gasto no fuera a retraer recursos del resto de partidas, incluidas las de carácter social. En todo caso, contribuye de manera directa a incrementar los gastos públicos y por lo tanto la deuda pública, que posteriormente será causa de futuros recortes en pensiones, sanidad o educación. Una ceremonia de auténtico camuflaje político perpetrado por los que dicen que quieren hacer políticas “en favor de la gente”, pero terminan favoreciendo las políticas militaristas y militaristas del Gobierno de la OTAN, que es “su” gobierno.
Devaluación salarial y gasto social con partidas por debajo de la inflación
Por si el enorme aumento del gasto militar fuera poco, el Proyecto de Presupuestos consolida también una fuerte devaluación salarial para los empleados públicos. La partida destinada a tal fin condena a casi 3 millones de trabajadores y trabajadoras a perder en torno a un 7% de poder adquisitivo este año, puesto que la subida salarial será de tan solo un 3,5% en total para 2022.
Frente a una inflación del 9% -pero que ha estado por encima del 10%-, aumentos del 15% en alimentos y más del 60% en el gas y la electricidad, las subidas salariales del Gobierno “progresista” son idénticas a las propuestas por la patronal. Y la burocracia sindical de CCOO y UGT lo aceptan diciendo a que es una subida “razonablemente realista”. Hay que ser canallas.
El Gobierno, y muy especialmente Yolanda Díaz, se han lanzado a vender los presupuestos como “el mayor gasto social de la historia”. Pero en la mayoría de las partidas de gastos sociales esenciales ni siquiera se iguala. Por lo tanto, no es que crezca, es que ni siquiera se mantiene el nivel de gasto preexistente.
Por poner algunos ejemplos, se pretende destinar a Sanidad un 6,7% más de los recursos en relación a los Presupuestos del año pasado. Claramente por debajo de los precios actuales y del nivel que los expertos esperan hacia finales de año (entorno al 8%), al que habría que añadir la inflación del año 2023.
Si hablamos de la Educación nos encontramos con la misma situación: un crecimiento de un 6,6% en la partida. Y qué decir del IPREM, el índice con el que se calculan las ayudas sociales, que sube a 600 euros, una auténtica miseria que muchas veces ni siquiera se pagan íntegramente.
Toda esta “política social” no pasa de ser migajas para justificar un Presupuesto que esconde una subida histórica y muy por encima de la inflación del gasto militar, que ya viene creciendo desorbitadamente desde hace años.
¡Abajo los presupuestos militaristas, arriba los salarios!
Lejos de ser “los Presupuestos con mayor inversión social de la historia”, como titula la prensa “progresista”, el Proyecto acordado por el PSOE y UP son unos Presupuestos reaccionarios emponzoñados por el militarismo imperante en el Gobierno, que trata de justificar con la excusa de la guerra en Ucrania, pero que va mucho más lejos: apuntalar el estado imperialista español y las políticas expansivas de la OTAN. Y también son unos Presupuestos que van directamente contra los salarios, al provocar otra devaluación salarial que sufrirán millones de empleados públicos y que servirá de modelo a la patronal, que se niega a aceptar cláusulas de revisión salarial automáticas según el coste de la vida.
Ceder desde la izquierda a las políticas de derecha del gobierno tiene sus consecuencias. Solo enfrentando al militarismo y la inflación se puede preservar el nivel de vida de las grandes mayorías trabajadoras.
Que no nos engañen: el Gobierno PSOE-UP aprueba los presupuestos con mayor gasto militar de los últimos 40 años🤬
¡Abajo los presupuestos militaristas,🔥arriba los salarios! ✊🏽 pic.twitter.com/wFyGC8PAeL— CRT (@CRTorg) October 4, 2022
Juan Carlos Arias
Nació en Madrid en 1960. Es trabajador público desde hace más de 30 años y delegado sindical por UGT de la Consejería de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid. Es columnista habitual de Izquierda Diario en las secciones de Política y Economía. milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.