×
×
Red Internacional
lid bot

Editorial. El ocaso de los prudentes

Chile pateó el tablero de las discusiones políticas en el continente. Enfrentarse a la derecha o amoldarse a sus coordenadas. Editorial de “El Círculo Rojo”, programa de La Izquierda Diario que se emite los jueves de 22 a 24 h por Radio Con Vos, 89.9.

Fernando Rosso

Fernando Rosso @RossoFer

Jueves 20 de mayo de 2021 23:25

  •  Los acontecimientos chilenos, en cierta medida, patearon el tablero en nuestro continente en relación a cuáles son las vías para los cambios y las transformaciones políticas. Y cuando hablo de los acontecimientos chilenos, no hablo sólo del terremoto político electoral que sacudió al país hermano el fin de semana pasado (a lo que se referirá Diego Sacchi más en detalle), sino a todo el proceso comenzó con la rebelión de octubre de 2019 y este cambio copernicano con el hundimiento de los partidos tradicionales y de todo un régimen político.

  •  Quería aprovechar este espacio para dialogar un poco con aquellos y aquellas que compartieron, comentaron o criticaron, tanto el último newsletter Del Otro Lado que salió ayer (miércoles) como la nota que publiqué el domingo pasado en Tiempo Argentino. Desde diferentes ángulos, en esos textos intentaba pensar la dinámica más global y a media distancia aprovechando la luz con la que alumbró Chile a toda la región en general, y a nuestro país en particular. Porque existe un riesgo de perderse en el debate sobre cada hecho o situación particular.
  •  En la nota de Tiempo decía que va casi un año y medio de gobierno del Frente de Todos y ya se podía (y se debía) hacer un balance sobre cuál era el mandato electoral por el que fue elegido y cuáles fueron los hechos. Muy sintéticamente: el mandato electoral era dejar atrás el ajuste permanente de Mauricio Macri, dejar de favorecer a quienes había favorecido ampliamente Juntos por el Cambio y recuperar derechos para las amplias mayorías.
  •  Sin embargo, enumeraba en el artículo una serie de hechos que no iban en ese sentido: la expropiación que no fue de la empresa Vicentín, recordarán la cerealera que llevó adelante un desfalco a cielo abierto contra los bancos público estafó a medio mundo y al final quedó en manos privadas; recordaba que se mantenía el poder de los monopolios mediáticos en general, para no centrarlo en un solo grupo que todos sabemos cuál es; que se había reconocido —sin una mínima investigación— a la estafa de la deuda externa; que se mantenían los monopolios de las empresas de servicios privatizadas; se había consolidado e incluso ampliado la caída salarial que ya lleva tres o cuatro años.
  •  Pero hay más hechos que no nombraba en esa nota, por ejemplo, la Hidrovía que es la concesión de los trabajos de dragado y señalización del río Paraná y del Río de la Plata a cambio de un peaje que pagan los barcos que transitan por allí. A fines de agosto del año pasado, el presidente Alberto Fernández anunció la creación de la Administradora Federal Hidrovía Sociedad del Estado, integrada por el Estado nacional y las siete provincias ribereñas. Parecía que el Gobierno se encaminaba hacia la estatización, pero finalmente emitió el decreto 949/20 que ordenó una nueva privatización y finalmente se prorrogó la concesión. Por ahí pasan el 80 % de las exportaciones nacionales. La triangulación de exportaciones y los números “contradictorios” que en su momento presentó Vicentin sobre las cantidades de granos compradas a Paraguay, pasan por ahí. Se ve que hubo siempre ojos generosos para hacer la vista gorda y así quedará.
  •  En todos estos casos, el argumento es que no se puede, no se quiere o no se sabe. Pero, los beneficiados del monopolio privado del comercio exterior, del conglomerado de medios con posición dominante, del oligopolio de las privatizadas en los servicios públicos, del pago de deuda o de la caída salarial, son los mismos de siempre. No es que “perdemos todos”: si unos pierden es condición para que otros ganen.
  •  Algunos dicen que hay que entender que vino la pandemia. Perfecto, pero ¿por qué no se puede pensar que precisamente porque sufrimos una pandemia, una catástrofe que algunos compararon con una guerra, no es un momento —quizá una oportunidad única— para medidas excepcionales?
  •  Ahora, dejemos al Gobierno un poco de lado, sus promesas o su mandato electoral y vayamos a las organizaciones sindicales o “sociales”.
  •  Desde diciembre de 2017 —recuerdan las movilizaciones contra la reforma previsional de Macri que significaron el principio del fin de su Gobierno— vienen militando la prudencia. Primero: luego ese diciembre había que ser prudente porque “había 2019”, entonces había que esperar que la cosa se solucionaba por la vía electoral; después porque había asumido recientemente el Gobierno (y así dejaron pasar una ley que ajustaba a los jubilados y jubiladas) y después había que ser prudentes porque vino la pandemia. Entonces, nunca se presentaba la oportunidad de luchar, ni bajo Macri ni bajo Fernández por distintas razones.
  •  Voy a tratar de ser más gráfico con un ejemplo: a los dueños de los grandes frigoríficos exportadores se le suspendieron por treinta días las exportaciones de carne y llamaron a un paro de una semana; a los trabajadores y trabajadoras le vienen recortando el salario hace tres años y la CGT no llamó ni un paro de quince minutos.
  •  Uno de los argumentos ya en la última trinchera es: “Bueno, pero Macri hubiese gestionado la pandemia de una manera que nos hubiera matado a todos, pero Macri hubiese hecho un ajuste mayor, Macri haría esto o lo otro”. Entonces, Macri sigue siendo el horizonte de lo posible o de lo imposible, la vara con la que se miden todas las cosas. Quienes razonan así, pese a que lo critiquen o bardeen, tienen una alta consideración de Macri.
  •  Bueno, contra esto vinieron a patear el tablero dos hechos: uno grande como un país: Chile; y el otro importante como siempre lo fue en términos de tradición de lucha esa provincia: Neuquén.

    Más allá de lo que pase de acá en más (todavía quedan muchas discusiones o peleas por dar) ya está en el haber de los chilenos y chilenas que para dinamitar un régimen de democracia tutelada, pinochetista y dónde los más dañados fueron los representantes de los “macristas” chilenos (Sebastián Piñera) hay que luchar. Y los trabajadores y trabajadoras de la salud de Neuquén, a quienes les decían que no había más posibilidades que ese aumento miserable, demostraron que no era así. Porque la famosa relación de fuerzas no es un dato como clima o el pronóstico del tiempo, es justamente una relación que, en general, la cambian quienes pelean y no quienes viven paralizados por la prudencia.


  • Fernando Rosso

    Periodista. Editor y columnista político en La Izquierda Diario. Colabora en revistas y publicaciones nacionales con artículos sobre la realidad política y social. Conduce el programa radial “El Círculo Rojo” que se emite todos los jueves de 22 a 24 hs. por Radio Con Vos 89.9.

    X