Hoy en día nos acercamos al candombe y las llamadas a través de espectáculos de verano, pero su origen se remonta al siglo XVIII con la llegada de africanos esclavizados a las costas del Río de la Plata.
Lunes 17 de enero de 2022 21:08
Si bien la mayoría de nosotros probablemente conocemos el candombe y las llamadas de forma turística, en los barrios porteños de san Telmo y la boca o en las vecinas calles de Uruguay, el origen de esta expresión cultural se remonta al siglo XVIII, cuando los africanos esclavizados llegaban a las costas del Río de la Plata que se encontraba bajo dominio colonial.
Las llamadas y el candombe tienen un origen ritual, donde la música y la danza forman parte de las festividades religiosas en el continente africano, y que a partir del siglo XVIII dejaron de ser secretas en este lado del mundo, y se fueron incorporando a las tradiciones de la Iglesia Católica, que tiene una habilidad especial para apropiarse de culturas ancestrales y adaptarlas a la propia, buscando así llegar espiritualmente a sus miembros y acercarlos al catolicismo.
Sin embargo, esta asimilación y apropiación no se dio de la noche a la mañana. En Buenos Aires el gobierno del virrey prohibió las reuniones de los africanos sin supervisión en 1766, 1770 y 1790, aun así, en 1775 se les permitió realizar sus bailes en días domingos y feriados.
En esa época, la posibilidad de vivir la música y la danza de sus lugares de origen les permitía escapar por un día del arduo y muchas veces inhumano trabajo diario, era una forma de sentirse vivos y de vivir una forma de rebeldía ante las condiciones que debían soportar a diario, además de vincularlos de forma comunitaria.
La prohibición continuó hasta después de la independencia, y recién en el gobierno de Rosas se permitió a los afroargentinos realizar sus festividades sin inconvenientes.
En las costas vecinas de Uruguay también existían las llamadas, desde 1760 los amos permitían a los esclavos que fueran a las proximidades de las murallas que cerraban la ciudad de Montevideo, donde se reunían de acuerdo a su nación, y cada grupo llamaba a sus compañeros a medida que iban llegando cada domingo. Cada uno en su espacio (o canchita) realizaban sus cantos y bailes. A su vez, a fines del siglo XIX los miembros de una comparsa visitaban los de otros barrios, siendo el origen de las llamadas afro uruguayas.
En Uruguay, alrededor del año 1880 existían las “Salas de Naciones” donde se realizaba el culto a las entidades religiosas que sobrevivían a los años de represión e intento de ocultarlas. Cada una de ellas tenía sus reglas, figuras de autoridad como rey y reina, y los tambores, repiques, bombos y otros instrumentos se acompañaban de cantos y palmas.
En 2009 el Dia Nacional del Candombe que se celebra en Uruguay cada 3 de diciembre, fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, aunque algunos especialistas consideran que a través de los años esta tradición se encuentra cada vez mas mercantilizada, como explica Andrea Añón Monteserín en su estudio: “El Candombe en Uruguay : un patrimonio resignificado y expandido” [1]. Siguiendo a varios autores, Monteserín muestra como el candombe va perdiendo ante el público su origen histórico y las tradiciones que representa, para ser tomado como un simple espectáculo artístico para el turismo y la venta de entradas, esponsoreado por el estado y donde el protagonismo se pone en la competencia, dejando de lado la expresividad y el contenido cultural.
Con esto en mente, podemos acercarnos a las llamadas porteñas o uruguayas con una perspectiva un poco más amplia, y recordando que el candombe y las llamadas no son solo “alegría y carnaval” sino que tienen sus raíces en el continente africano y en el día de celebración que tenían semanalmente los y las afrodescendientes esclavizadas en nuestro continente y que lograron transmitir su herencia y cultura para que sobreviva hasta nuestros días.