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Red Internacional
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Universidad. "El otro CCH": a 50 años del Colegio de Ciencias y Humanidades Naucalpan

En el marco del 50 aniversario de la fundación del Colegio de Ciencias y Humanidades planteles Vallejo, Azcapotzalco y Naucalpan, entrevistamos a Mario Rojas, docente de uno de estos planteles y quien nos habla del “Otro CCH”, el que no muestran las autoridades en su jornada de festejos.

Martes 13 de abril de 2021

El Colegio de Ciencias y Humanidades planteles Azcapotzalco, Naucalpan y Vallejo cumplen 50 años de su fundación. Actualmente cuenta con 58,641 estudiantes y 3,612 profesores de acuerdo con la Agenda Estadística UNAM 2019.

Lo que pocos saben es que el CCH tenía un modelo de 4 turnos así como un plan de estudios más crítico pensado para la juventud trabajadora, por su parte Mario Rojas, docente del CCH Naucalpan y quien imparte la asignatura de “Taller de lectura, redacción e iniciación a la investigación documental” nos cuenta un poco de esto:

“Los 4 turnos permitían a los estudiantes disponer de mayor tiempo, ya sea para complementar sus estudios en las bibliotecas, pero también brindaba la oportunidad de que muchos de ellos trabajaran. Esto permitió que ingresaran al Colegio muchos trabajadores que querían concluir o querían realizar su bachillerato. Además recordemos que el proyecto original se regía por 3 principios “aprender a aprender, aprender a hacer y aprender a ser”, es decir este proyecto buscaba de alguna manera fomentar la autonomía por parte de los estudiantes para llevar a cabo sus estudios.”

Los años no pasan de largo y hemos visto que en las últimas décadas el Plan Original de los CCHs ha pasado por diversos ataques, como reformas y cambios en los planes de estudio, y donde el profesor Rojas nos comenta que “en realidad los embates al modelo original comenzaron casi desde sus inicios. A un año de iniciado el proyecto; Guillermo Soberón Acevedo (Rector de la UNAM en el periodo 1973-1981) de inmediato canceló el proyecto original que era crear 10 planteles, quedando 5 que son los que existen.

Desde sus inicios, el Colegio comenzó a formar a estudiantes libres, autónomos y críticos, lo que supuso para las autoridades un riesgo y desde entonces comenzaron los embates con la conformación de grupos de porros para amedrentar a los estudiantes activistas hasta las reformas al Plan Original.

En los 90 ’s el colegio se ve presionado por la rectoría que buscaba privatizar parte de sus servicios para que lograra una “mayor eficiencia en su egreso”. La “solución más fácil” fue proponer un cambio al Plan de Estudios para que los estudiantes estuvieran más tiempo en las aulas y tuvieran programas con más contenidos temáticos. Este proceso inició en 1992 y en 1996 se aprobó el nuevo Plan de Estudios. Esto trajo como consecuencia la reducción de turnos y de la matrícula, situación que las autoridades han negado.

Entre otros ataques que ha habido hacia el proyecto del CCH tenemos que en 1995 estalló un paro por parte de estudiantes y profesores con el fin de evitar la imposición del nuevo plan, sin embargo no tuvo resultados satisfactorios. También en 1997 el Consejo Universitario aprobó la modificación de ingreso estancia y permanencia de los estudiantes dando con esto fin al “Pase Automático” y estableciendo en su lugar el “Pase Reglamentado”. Todas estas medidas han afectado la posibilidad de acceso a muchos jóvenes de la clase trabajadora al colegio.”

Todos estos ataques generaron procesos organizativos, pero una característica que ha tenido el CCH desde sus inicios ha sido la organización de sus profesores y estudiantes, formas de organización que siempre las autoridades han tratado de combatir, incluso en algún momento en CCH Oriente se llegó a constituir un Autogobierno que fue una experiencia importante por parte de la organización de los profesores.

“Poco a poco las autoridades tomaron medidas para frenar y dividir a los profesores, siendo que entre estas medidas fueron estratificar a la planta docente por categorías e impusieron el modelo neoliberal con el Programa de Estímulos a la Productividad, condicionando a los profesores a rendir cuentas a las autoridades.

A pesar de todos estos intentos de dividir a los profesores y confrontarlos con los estudiantes, los profesores hemos tenido espacios y luchas conjuntas como en las huelgas de 1986, 1995 y la huelga de 1999-2000 para impedir el cambio al Reglamento General de Pagos, siendo esta última, uno de los mayores ataques, no sólo en contra de Colegio, sino de toda la educación pública y gratuita que imparte la UNAM, que obedecía a una serie de presiones por parte de instancias internacionales como el FMI y el BM para que la UNAM tuviera una “mayor productividad”, así como la idea de que la UNAM no debería mantener un bachillerato, sino que este debía separarse la UNAM y pasar a manos de la SEP.

La huelga de 1999-2000, fue una huelga en defensa de todas estas cuestiones, a pesar de que la huelga es considerada por muchos como un fracaso, es que gracias a ella la UNAM se ha podido mantenerse sin cuotas, con una educación pública y gratuita y gracias a ello el bachillerato se ha podido mantener unido a la universidad.”

“Algo de esto es por lo que creo que hoy en día no hay mucho que festejar. Sí, el Colegio cumple 50 años, pero ya no es el Colegio que muchos quisiéramos que fuera.”

Los ataques no terminan aquí, desde hace unas semanas, profesores de diversas instancias de la UNAM denunciaron la falta de pagos y han instalado la consigna #UNAMNoPaga, además de la exigencia de basificación y derechos laborales, situación que no es nueva como nos comenta el profesor Rojas: “El problema de la falta de pagos e irregularidades no es nuevo en la UNAM, ya que esto lo hemos padecido por años, lo mismo que los obstáculos por parte de las autoridades para lograr una verdadera estabilidad laboral en sus docentes a pesar de que esto está estipulado en el Estatuto del Personal Académico.

Hoy en día existen varios casos de profesores que no han sido pagados correctamente y que tienen irregularidades en sus pagos y las autoridades lo han querido minimizar.

Si bien la falta de ingresos es una situación difícil en cualquier circunstancia, con la pandemia se acrecientan los problemas, ya que los docentes tenemos que aportar parte de nuestro ingresos a adquirir equipos e internet para poder continuar con nuestra labor docente. Incluso muchos docentes tuvieron que adquirir equipos para sus hijos para que estos pudieran tomar las clases en línea.”

Frente a esto es necesaria la unidad de trabajadores, estudiantes y docentes dentro y fuera de la Universidad para la defensa de la educación pública y gratuita y como nos comenta el profesor Rojas “la unidad de trabajadores, estudiantes y docentes es necesaria en todo momento, en una lucha conjunta para el acceso y defensa de la educación pública y gratuita. En estos momentos es muy importante la solidaridad de los estudiantes, pero también de muchos sectores externos a la Universidad para lograr que se pague a los profesores, que tengan un salario justo, que se les dé estabilidad laboral y finalmente con ello puedan continuar con su labor docente, por que esto es una parte vital para la educación pública y gratuita.”