El oficialismo sancionó en soledad el nuevo Código Civil y Comercial. Reclamos reglamentarios de la oposición. Los argumentos de la izquierda contra el reaccionario proyecto.
Jueves 2 de octubre de 2014
En soledad, el Frente para la Victoria sancionó anoche el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación bendecido por el Vaticano. Con el voto de 134 diputados, entre propios y aliados, el oficialismo finalmente aprobó el proyecto que ya tenía media sanción del Senado y que llegó a Diputados con un gran debate por el trámite expres que eligió el Gobierno para dar por cerrado este capítulo.
Una sesión que también llegó precedida por el acuerdo sellado en Roma entre la presidenta Cristina Fernández y el Papa Francisco para que no se toque ni una coma del proyecto clerical y reaccionario que votaron los senadores en noviembre de 2013. La orden de Cristina fue cumplida a rajatabla, en tiempo récord y con un enorme costo político para el oficialismo por sancionar el nuevo código en la más absoluta soledad.
La sesión comenzó a las 12:15 del mediodía de ayer con la presencia de 131 diputados.
El quórum lo obtuvo el Frente para la Victoria con sus aliados tradicionales del Movimiento Popular Neuquino, el Frente Cívico por Santiago, el PJ La Pampa, el Movimiento Solidario Popular de Oscar Martínez, el Movimiento Popular Fueguino de Graciela Buyadjián y Ramona Pucheta. Lapolémica previa con la mayoría de los bloques opositores por el trámite de tratamiento impuesto por el oficialismo se volvió a expresar al inicio de la reunión cuando los presidentes de los bloques de la oposición hicieron uno de la palabra para denunciar el carácter de la sesión.
En la cuestión procedimental y reglamentaria se centraron las intervenciones y los argumentos de Mario Negri (UCR), Graciela Camaño (FR), Federico Pinedo (PRO), Margarita Stolbizer (GEN), y Elisa Carrió (CC), entre otros. También el Frente de Izquierda a través de Néstor Pitrola y Nicolás del Caño rechazó el trámite expres, pero centró su denuncia en el carácter profundamente reaccionario del nuevo código pactado entre el Gobierno y la Iglesia Católica.
Luego del fuerte debate entre oficialismo y la oposición -que finalmente se retiró para no convalidar la sesión aunque con distintos fundamentos- el Frente para la Victoria avanzó en el cumplimiento de la orden de la Casa Rosada y sancionó cerca de las 20 hs el nuevo Código. A pedido de Julián Domínguez (FPV), presidente de la Cámara, los diputados kirchneristas se quedaron sentados en sus bancas y pronunciaron sus discursos. La disciplina del bloque no se rompió ni siquiera para las diputadas que dicen apoyar el derecho al aborto pero que ni una palabra dijeron para cuestionar el artículo 19 impuesto por el Iglesia Católica que impide la conquista de este derecho.
El colmo del cinismo fue el de la diputada Diana Conti, quien reconoció durante su intervención que “a todos nos queda alguna pregunta”. La confesión de Conti merece una respuesta que sólo pueden darla las altas jerarquías de la iglesia católica que sellaron en Roma junto a la Presidenta la votación del ultra clerical artículo 19 para cerrar toda posibilidad del derecho al aborto, que la misma Conti dice defender.
Incluso hubo diputados como Adriana Puigross, Jorge Rivas, Ramona Pucheta y Alicia Comelli que hablaron contra el artículo 19 y anunciaron que lo iban a votar en contra cuando se votara en particular. Sin embargo llegado el momento de la votación Diana Conti mocionó que en un solo acto se votara en general y en particular, lo que así sucedió por lo que estos diputados que denostaron el artículo 19 terminaron votándolo afirmativamente y ni siquiera se animaron a contramocionar que se votara en particular.
Así, el Frente para la Victoria cumplió sin fisuras la orden papal. No hubiera sido el caso de los bloques mayoritarios de la oposición, que seguramente hubieran sufrido discusiones y fracturas, ya que gran parte de los diputado radicales, del PRO y del Frente Renovador con enorme entusiasmo hubieran votado junto al FPV un Código bendecido por el Vaticano y que favorece a los empresarios. Un favor involuntario que el Frente para la Victoria le hizo a la oposición al cerrar toda posibilidad de debate.
Fue el único en denunciarlo en su intervención el mendocino Nicolás del Caño (PTS-FIT), que destacó que ninguno de los bloques mayoritarios mencionó siquiera el pacto entre el Gobierno y el Papa para votar el Código, porque “en lo que hace a la injerencia de la Iglesia en el Código Civil están de acuerdo y porque gustosos levantarían las dos manos para votar una profundización de la legislación a favor de los empresarios”.
La posición de la izquierda
Además Del Caño puntualizó que “el oficialismo pretende esconder detrás de algunos derechos que apoyamos como la agilización del divorcio o la posibilidad de que parejas de un mismo sexo o personas sin pareja puedan adoptar, cientos de artículos en contra de los derechos de las mujeres, los pueblos originarios y los trabajadores, que vienen a reafirmar la legislación laboral de los 90”.
“El apuro del Gobierno tiene que ver con su acuerdo con el Vaticano y hay aquí sectores del oficialismo que reivindican el proyecto por el derecho al aborto y hoy votan el artículo 19 que es una nueva traba a la posibilidad de conquistar el derecho al aborto. Una nueva hipocresía.”
Por último Del Caño denunció que el Gobierno “habla contra los buitres y los Griesa y en este proyecto de Código Civil afianza las prorrogas de jurisdicción, como también lo van a hacer en la nueva ley petrolera, dándole más poder a los buitres y a las empresas”. También Del Caño puntualizó que en el proyecto en discusión se contemplaron todos los viejos reclamos de los empresarios que ahora van a poder mejor evadir su patrimonio frente a demandas laborales y que limitan los derechos de los trabajadores frente a las empresas, profundizando el fraude laboral.
Por su parte, Néstor Pitrola (PO/FIT) denunció también el origen del tratamiento expres en el acuerdo entre el Vaticano y el Gobierno nacional y la privación del debate a los diputados del Frente de Izquierda. Pitrola cuestionó “el bloqueo al derecho al aborto y a la fertilidad asistida y que se le otorga jerarquía de orden público a la iglesia católica”.
Además, el diputado de izquierda señaló que “nosotros defendemos los intereses de la clase trabajadora y hoy se impulsa un código inspirado en los preceptos de la reforma menemista, con numerosos articulados de carácter antilaboral que significan un retroceso a conquistas de la clase trabajadora”.
“Queremos discutir el proyecto con el debido tiempo y que los votantes del Frente de Izquierda no pierdan la representación en este debate. Se nos priva de defender nuestro mandato y nuestro programa en un tratamiento sumario e ilegal. Este Código es retrogrado y reaccionario y, además, será ilegitimo”, finalizó Pitrola.