EL DESTAPE. El periodista Navarro espera a Cristina sin mucho resultado

“Porque soy pobre, soy pobre como tú / sé luchar y triunfaré / sé que sólo así, luchando triunfaré”. Así rezaba la cumbia que eligieron desde la producción para dar comienzo al programa. Intentando generar cierto clímax de solidaridad, pasaban imágenes que le pegaban a la alianza Cambiemos: declaraciones de Macri (insólitas, como acostumbra); Michetti y su dinero; Sanz y preguntas incómodas; el imitador del presidente en Showmatch; el señor Burns y hasta Supercampeones.

El hashtag #ElFraude, propuesto por el programa del canal de Cristóbal López, estuvo a la cabeza en el ranking nacional y segundo en el mundial. “La gran estafa”, como titularon en su zócalo, fue el primer tema de la noche y el más importante en términos de formación de opinión pública.

La idea fue mostrar cómo las promesas de campaña de Mauricio Macri y Cambiemos fueron, una a una y en estos ocho meses de gobierno, quebradas. Así, mostraban spots y entrevistas donde candidatos de Cambiemos decían “no vamos a subir las tarifas” y acto seguido exhibían a esos mismos funcionarios diciendo y haciendo lo contrario; todo hilvanado con intervenciones de Navarro. “Ganaron mintiendo”, concluía el conductor en una de sus participaciones, al tiempo que aclaraba que se trata de un fraude “no legal, sino en la legitimidad”.

En este sentido, Navarro se preguntó si cuando no se cumplen las promesas que hizo un Gobierno en su campaña, “no debería haber una mecanismo para rever la legitimidad de ese Gobierno”. Más adelante, apostó: “quizás deberíamos tener un sistema revocatorio para estos casos”. Y remató: “si no se cumplen las promesas, se van”.

Insistiendo en la idea de estafa, enunció pedagógicamente: “el ajuste achica al Estado. Ese que te cuida. Sin Estado estamos en la selva. Y en la selva, el animal grande se come al chico. Y el chico es el laburante”. Pero Navarro arremetió sólo selectivamente contra esos “animales grandes”. Así, pasó por alto que lo mismo que hace Cambiemos a nivel nacional, con sus medidas de ajuste y represión, también lo realizan los gobiernos del Frente para la Victoria en Santa Cruz y Tierra del Fuego. Se ve que para el periodista no sólo hay “animalotes” malos; a algunos no hay que cazar. Extraña solidaridad para quien se intenta posicionar del lado de los “laburantes”, como él dice.

Tinelli y los trolls M

El segundo eje de la noche fue el enfrentamiento que se viene dando entre el empresario y conductor de ShowMatch, Marcelo Tinelli y el empresario y presidente, Mauricio Macri. Lo que comenzó como sátiras al Gobierno en el programa farandulero y se profundizó con picantes tweets de una y otra parte, terminó con una dura comprobación: efectivamente, se montó en Twitter una campaña “mecanizada” contra el hombre de ShowMatch.

Es decir, hubo un “ejército de trolls” –usuarios falsos- cuyo cometido fue denostar al conductor, a través del Hashtag #TinelliMercenarioK. La frase ocupó la cima del ranking local durante varios días y fue una consultora, contratada por el mismo Tinelli, quien demostró que se trató de una campaña armada en su contra. La producción accedió a la auditoría de la consultora y explicaron sus conclusiones. “Menos del 2% de los que hablaron sobre el tema fueron personas reales”, comentó uno de los periodistas en el piso.

Lanata, un periodista adinerado (pero no el único)

En una breve intervención, también fustigó a Jorge Lanata. Navarro acusó al conductor de Periodismo Para Todos de haber cobrado 10 millones de dólares, procedentes de Héctor Magnetto, en razón de su “aporte” periodístico contra los candidatos kirchneristas en el 2015. De todas maneras, aclaró que “esto no es una denuncia por corrupción. Se trata de un empleado recibiendo dinero de su patrón”. Un informe para contraponer a las denuncias de Lanata sobre los juicios millonarios que algunos periodistas de 678 iniciaron contra el Estado, por sus despidos.

El ajuste de la subejecución

El anteúltimo segmento lo dedicó a “mostrar el ajuste en números”. Así, señalaron los altos índices de subejecución presupuestaria en distintas ramas del Estado, como salud, trabajo y educación. Relevaron, para ello, el testimonio de Carlos Tomada, quien fuera ministro de Trabajo durante los doce años que gobernó el kirchnerismo. El exfuncionario señaló que “bajaron los cursos de capacitación, los cuales son fundamentales para capacitar a la gente y activar el proceso productivo”. Indicó también que cayeron, “con un sentido ideológico”, la cantidad de inspecciones en los lugares de trabajo.

Esta estrategia de ubicar al kirchnerismo como la “voz” de la sensatez y la buena gestión política es, por lo menos, impúdica. En el caso de Tomada, por ejemplo, los números socavan el lugar en que Navarro lo quiere ubicar. Luego de doce años, el exfuncionario se fue del Ministerio de Trabajo dejando a la mitad de los trabajadores argentinos con un sueldo que descendía a la mitad de la canasta básica; así como también un tercio del empleo era no registrado.

Cristina

Para finalizar el programa, y en un tono mucho más calmo, Navarro compartió unos minutos con Pedro Brieger. El reconocido sociólogo y periodista compartió algunos fragmentos de la entrevista que, junto a cinco reporteros de diferentes medios internacionales, le realizó a Cristina Fernández en el Calafate, hace tres días. “Le hicimos preguntas filosas, urticantes. No se enojó”, relató Brieger. Así, mostraron recortes donde la exmandataria se explayaba sobre asuntos de política internacional, regional, local, sobre historia y sobre persecución judicial.

El 3 de julio pasado, en la entrevista que le diera por teléfono a Navarro en su programa, la exmandataria, ante la pregunta del conductor de por qué no se quedaba en Buenos Aires para ejercer la conducción, había contestado que “nadie debe esperar mesías ni salvadores”. Y dejó el asunto en manos de la sociedad, la cual “debe empoderarse”.

Por la tarde de ayer, Navarro volvió a intentar posicionar a CFK en el centro de la escena política: en su página de Facebook publicaba “Cristina encabeza la lista de intención de voto para senadora en 2017”. De esta forma, Navarro presiona. Pero sabe que del otro lado no está encontrando mucha respuesta, o por lo menos no la que él predica. Pero Cristina le contesta (no sólo a él, sino a todo un sector de la sociedad y de la política) hasta geográficamente: “si me quieren entrevistar, vengan a El Calafate”; ello puede leerse de sus movimientos, los cuales son cautos.

Como dijeran Juana Galarraga y Eduardo Castilla en Contornos de un nuevo relato de la resistencia kirchnerista, “Cristina Fernández apunta a la auto-preservación para un eventual retorno en 2019”. Mientras tanto, su cautela sólo viene provocando la dispersión del sector que conducía hasta hace pocos meses.