Un plan acorde incluso para la derecha, como el ex ministro de economía de Piñera, Juan Andres Fontaine, que sigue sin tocar los grandes intereses de las grandes fortunas, que solo esperan que esto se acabe para incluso poder explotarnos en mejores condiciones

Ricardo Rebolledo La Izquierda Diario
Jueves 28 de mayo de 2020
El gobierno hizo el llamado a un "Gran Acuerdo Nacional", y la oposición parlamentaria respondió afirmativamente, pero con un plan bajo el brazo. Aprovechando la alta validación publica del Colegio Médico, y en especial de su presidenta Izkia Siches, la oposición se plegó rápidamente al plan presentado por el equipo de economistas que reunió el Colmed.
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Senadores del PPD como de la Democracia Cristiana, Lagos Weber y Goic, corrieron a presentar el proyecto hoy, como piso mínimo para sentarse con el gobierno. Y de pasada un cercano, no solo al gobierno, sino que al mismo Piñera salió a avalarlo, como el ex ministro de economía Juan Andrés Fontaine.
El proyecto, firmado por conocidos economistas, algunos relacionados al mundo de la Concertación y de la Nueva Mayoría, como el expresidente del Banco Central José De Gregorio, y el ex ministro de Hacienda de Bachelet Rodrigo Valdés, junto a otras académicas ligadas a universidades del mundo conservador, como Claudia Martínez de la Pontificia Universidad Católica, Andrea Repetto de la U. Adolfo Ibañez, y Claudia Sanhueza de la Universidad Mayor, que acompañadas por Sebastián Edwards ligado al Partido Republicano estadounidense, a través de sus asesorías al gobernador de California [1] hace algunos años, presentaron una serie de medidas para afrontar la crisis económica.
El plan consiste en el uso del Fondo de Estabilización Económico y Social (FEES) de USD$ 12 mil millones o 5% del PIB como referencia de gastos adicionales para los próximos 18 meses, o sea lo que se podría gastar. Esto basado en la capacidad de tomar deuda del Estado chileno en comparación al resto de países de la región.
Donde el cálculo realizado por los economistas es que hasta en un plazo de 18 meses se pueda ir utilizando ese fondo para el financiamiento de las políticas publicas.
¿Pero esta es la salida?
La propuesta parte de las preocupaciones por el nivel de deuda que pueda alcanzar Chile, las mismas estimaciones de los economistas llamados por el ColMed acá presentados, indican que el nivel de deuda del país, podría fácilmente alcanzar en esta década un 60%, y otros menos catastróficos indican un 48% [2], por lo cual ir a este FEES seria una oportunidad para reducir o para de mínima no acrecentar esa deuda pública, utilizando platas que ya hay.
Ya Bachelet hizo lo mismo en el 2008, utilizando estos recursos para paliar la crisis subprime, y las condiciones de vida de miles de chilenos no cambiaron, incluso años después la rabia exploto el 2011.
Esto porque la salida en Chile debe ser estructural, no montar solamente plata sobre mas plata, hoy por ejemplo no se esta discutiendo como detener los despidos y las suspensiones, permitidos y avalados por el gobierno, que ya solo en la región metropolitana esta en una tasa histórica de un 15,6%.
Y de los grandes recursos con los que cuenta el país, ni hablar, como el cobre, y que decir del litio, que estos últimos años genera utilidades tales que a su principal empresario, Julio Ponce Lerou, lo encumbró como la segunda persona más rica del país, el rey del litio [3], solo detras del grupo Luksic, dueños de minas de cobre y de otros minerales.
Todas concesiones entregadas a manos de privados para dejar una miseria de impuestos y/o royalties en el país, y con empresarios que llenan sus negocios de subcontrato para quitarle aun mas a quienes le extraen la riqueza de sus minas.
¿Entonces cual es la gran panacea de la utilización de este fondo? Salvar lo que se pueda hoy para que nada cambie mañana. Buscar mantener el status quo lo mas intacto posible mientras pase este momento.
El gobierno ya ha mostrado hasta la saciedad donde están sus intereses, cuando enviaba a trabajar a millones, con su nueva normalidad y su retorno seguro, en una linea claramente marcada por la Cámara de Comercio y la CPC, pero política que resulto catastrófica, y por la que a pesar de eso la oposición ahora quiere sentarse con el gobierno, en vez de estarle pidiendo su salida, su renuncia, por poner en riesgo literalmente la vida de ciento de miles de habitantes del territorio nacional.
El país vive una pandemia, ademas una revuelta que no fue derrotada, con un gobierno maniobra a duras penas y que hoy se ve obligado a recurrir a la oposición parlamentaria, que ya le venia votando sus leyes, para que le cubran las espaldas tras sus políticas criminales, al que corren a proteger, algunos con más o menos excusas, mientras las y los trabajadores y el pueblo pobre carga con lo peor de la crisis, con despidos y suspensiones, con un sistema sanitario que antes de la pandemia ya no daba a basto, y donde en algunos sectores comienza a aparecer el hambre.
Por más millones que se dispongan si no están enfocados en cambios estructurales, que apunten a un cambio económico de raíz que tenga al centro a los trabajadores y sectores populares, cualquier cambio siempre estará diseñado para quienes viven de ellos, y de su trabajo.
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Puedes revisar acá la propuesta de les economistas del ColMed