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Red Internacional
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Crisis Energética. El precio de la luz en máximos históricos en plena ola de calor: ¡Nacionalización sin pago de las eléctricas!

La cotización de la luz se dispara, alcanzando tres récords diarios consecutivos en los mercados mayoristas. La previsión a corto y medio plazo es que las eléctricas continúen maximizando sus beneficios a costa de subir los precios a niveles históricos. El gobierno “progre” mira para otro lado.

Miércoles 11 de agosto de 2021

El precio de la electricidad en el mercado mayorista ibérico superó su récord histórico este lunes, alcanzando la friolera cifra de 106, 74 euros el megavatio. Lejos de reducirse su tendencia ascendente continuó creciente y volvió a batir este nuevo récord el martes con un alza de 111, 88 euros el megavatio. Este miércoles está previsto que alcance los 113, 99 euros, otro máximo sin precedentes. Esto no es todo, otras fuentes, como el Operador del Mercado Ibérico de Electricidad (OMIE), prevén que el precio marginal supere con creces los 125 euros de nueve a once de la noche a lo largo de este miércoles.

Hay que recordar que los precios de la energía eléctrica a finales de 2020, según datos del Banco de España, cerraron con una cotización de 42. Los datos son esclarecedores: los precios de la energía eléctrica al por mayor se triplican, y la tasación de esa electricidad se encarece dos veces y media, y llega a quintuplicarse, en el paso de las centrales a los hogares. Un nuevo récord “olímpico” en el deterioro del nivel de consumo de la clase trabajadora.

Si bien el incremento de la luz se explica por diversos factores, el determinante es el sistema tarifario implantado en el Estado español, que permite a las compañías eléctricas incrementar los precios de forma artificial, aumentando el coste de la vida en plena crisis económica. Otros factores de primer nivel son las tendencias alcistas ante la previsión de las empresas de futuros encarecimientos de los combustibles, como el gas natural, y de los bonos que gravan el uso de dichos combustibles debido a su carácter fósil.

Soledad Montero, representante de Ecologistas en Acción declara que el problema del aumento del precio de la energía “no está en el precio del gas ni en el del CO2, sino en la voluntad de las grandes empresas". Y es que el aumento del precio de los combustibles fósiles lejos está de ser la causa del aumento de la factura de la luz. Este hecho, que sirve de pretexto a compañías y economistas, se da al mismo tiempo que las eléctricas obtienen los resultados más holgados en años, con ingresos históricos. Son las mismas compañías que se oponen a toda “transición ecológica”, ya que va en contra de sus intereses empresariales.

La energía al por mayor es la que compran las eléctricas para complementar su propia producción y abastecer a sus clientes en el mercado minorista. Sin embargo, la peculiaridad del sistema de tarifas español, el cual es regulado por el Gobierno, reside en que el “precio marginal” del tipo de energía más caro que entra en el sistema es el que determina el precio del resto, arrastrándolas a nivel similar al suyo.

Tanto las producciones basadas en la quema de gas natural, como la circulación del agua han experimentado incrementos, alternándose durante varias semanas, incrementando así el conjunto del precio de la energía al por mayor. Por escaso que sea el volumen de estas energías que se incorpora a la red, éstas marcan el precio.
Al ser esta energía (la energía al por mayor) la que emplean las eléctricas para complementar su producción y vendérsela a los clientes en el mercado minorista, ni qué decir tiene que esto afecta al precio de recibo de la luz en los hogares. Las empresas se valen de esta “artimaña” del sistema tarifario para incrementar los márgenes de beneficio que obtienen con el resto de las energías. Es decir: compran más caro la energía con la que complementan su propia producción, pero de conjunto ganan más.

Según el informe del Banco de España “el encarecimiento de los precios de la electricidad en el mercado mayorista habría explicado cerca de una tercera parte del aumento” en los recibos de la luz, pero no todo. Y afirma "las discrepancias en los sistemas de fijación de precios minoristas de la electricidad podrían estar detrás de las diferencias". Esto ha permitido que las principales compañías eléctricas del mercado español estén mejorando sus márgenes de beneficio pese al incremento de precios de la energía en el “pool”. Rubén Sánchez, portavoz de Facua, critica "la especulación que se produce en las subastas diarias" y "la facilidad que tienen las compañías para hacer que paguemos la electricidad más barata al precio de la más cara".

A lo largo de este año cada día las eléctricas han ganado un millón de euros más que el año pasado, incrementando hasta 750.000 euros por hora el ritmo de los beneficios. Las tres principales compañías (Endesa, Iberdrola y Naturgy), controlan el 85% del mercado y han incrementado sus ganancias por encima del 6% en la primera mitad de año, según datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Los beneficios conjuntos son de 3.233 millones de euros entre el 1 de enero y el 30 de junio, 195 millones más respecto al mismo periodo del año anterior.

Huelga decir que mientras estas compañías obtienen beneficios sin precedentes crece la precariedad y se reducen los salarios reales. La pobreza energética acompaña a la crisis pandémica. El gasto de los hogares españoles en lo que a la energía se refiere se incrementa más de 505 euros anuales, según las estimaciones de la OCU. De este incremento 311 euros se deberán a la gasolina de los automóviles (250 si usan diésel), 55 por el gas y 139 por la electricidad.

No son “prácticas ajenas al mercado” como plantean algunos analistas sobre la especulación con las tarifas que realizan las eléctricas. Sino prácticas genuinamente capitalistas, guiadas por los intereses de las compañías eléctricas de incrementar sus beneficios mientras precarizan a sus propios trabajadores. Baste con recordar que Endesa, una de las principales compañías eléctricas, ha realizado un brutal recorte de plantilla aprovechando la crisis del coronavirus mientras obtiene beneficios históricos.

Y a todo, esto la pregunta que queda es: ¿qué hace el gobierno “progre” ante semejante ataque a las condiciones de vida del pueblo trabajador? ¿Qué hace para frenar la especulación de estas grandes empresas en medio de una ola de calor y una pandemia? Pues nada, nada y nada. Eso sí, estas son las mismas empresas que se benefician de multimillonarias ayudas, y ahora de los fondos europeos. Todo a costa de mayor endeudamiento del Estado.

Es hora de poner punto final a este saqueo. La nacionalización bajo control de trabajadores y usuarios de todas las eléctricas es una medida urgente, la única forma realista de frenar estos tarifazos que pagamos todos.