Natalia Paez, delegada congresal de Cicop y referente de la Corriente de Izquierda por la Salud Pública, quien se desempeña como jefa de residentes del área de Salud Mental del Hospital San Martín de La Plata, fue entrevistada en un medio radial. Conversaron sobre salud mental en tiempos de pandemia y la estrecha relación existente entre los padecimientos psíquicos y las condiciones de vida de las grandes mayorías
Jueves 27 de mayo de 2021 18:25
Natalia Paez, jefa de residentes del área de salud mental del Hospital San Martin fue entrevistada por el medio local 0221 para dar su opinión a partir del reciente informe de la Defensoría del Pueblo, que advierte sobre un importante aumento de fármacos en general y psicofármacos en particular en el contexto de pandemia.
A raíz de la publicación de dicho informe, Natalia está siendo convocada por distintos medios locales para hablar sobre el tema, entre ellos se encuentra esta nota de la cual extraemos algunos de los principales aspectos que desarrolla.
Brindó datos en relación al aumento del uso de psicofármacos. “El clonazepam aumentó un 3,93% con respecto al 2019, y el alprazolam un 6,31%. Pero el problema es que esto viene en aumento en los últimos 10 años. Y hay un informe del sindicato del sindicato de farmacéuticos y bioquímicos que menciona que en el 2019 el aumento del consumo de psicofármacos fue de un 10% y en el 2020 el aumento fue de un 20%, es altísimo considerando que son fármacos que en realidad se utilizan en un momento crítico”. Natalia planteó claramente que “el problema es cómo se canaliza todo hacia el aumento de la medicalización de la vida”, este fenómeno lleva a preguntarse cuáles son sus causas.
Detrás de las manifestaciones singulares de sufrimiento psíquico, de malestar, angustia y ansiedad, que se expresa principalmente entre jóvenes de 20 a 40 años que asisten a las guardias de los hospitales, existen realidades muy complejas que tienen que ver con causas económicas, sociales, familiares, subjetivas, que han empeorado en el último año. “La situación en la pandemia ha profundizado el tema de las condiciones sociales, porque uno piensa en las personas no desde una reducción biologicista, si no en qué otros componentes hacen que una persona pueda sostenerse.”, afirmó Paez.
Entre esas realidades, se puede mencionar que en el país, el 42% de las personas se encuentran bajo la línea de pobreza, y el 10.4%, bajo la línea de indigencia, es decir, que 4 millones de personas al día de hoy pasan hambre. Según el informe “Distribución del Ingreso” publicado por el Indec en abril de este año, los ingresos de la población se hundieron un 18% en el año 2020 debido a la inflación y el desempleo. A su vez, el 57,7 % de los niños y niñas (de 0 a 14 años) viven en condiciones de miseria. Se trata de 6,3 millones de menores que se encuentran por debajo de la línea de pobreza, como el 49,2 % de los jóvenes de entre 15 a 29.
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Todas estas cifras se encarnan en distintas historias de vida y tienen impactos no solo en el aumento de padecimientos, sino en las dificultades para acceder al sistema de salud. Así lo planteó la interina: “Los que concurren en sí tienen sus propios relatos de vida cotidiana y lo que se enfrentan en esa realidad que viven. A veces me dicen por ejemplo, ´no llego al hospital porque no tengo para cargar la sube´".
Paez agregó que “lo que sucede es que las presentaciones de angustia son muy diversas, son según las diferentes configuraciones subjetivas. Pueden ser síntomas corporales, de un cuerpo atravesado por el lenguaje así como también más síntomas psíquicos. El tema es que uno tiene que ir también a cuál es la causa de esa angustia y ahí es donde encontramos mucho impacto de la situación más general de la pandemia y el encierro, de las restricciones que no se acompañan de medidas económicas correspondientes para que las personas no tengan que elegir entre contagiarse o pasar hambre. Ya no sólo no saber si llegas a fin de mes, ahora es no saber si vas a comer mañana, la incertidumbre. Entonces, el tema de la angustia tiene diferentes determinantes, que pueden estar asociados a las condiciones sociales. Por eso creemos que ha aumentado la demanda por guardia.”
El sistema de salud y sus trabajadores
En relación con esta realidad, Natalia también expresó la situación de colapso sanitario por la pandemia en el área de salud mental de los hospitales: las consultas en los servicios de guardia han aumentado sustancialmente en la pandemia.
“Es muy importante que el sistema de salud cuente con los recursos correspondientes para que esas personas no encuentren esa solución momentánea mediante la auto medicación. Realmente es muy difícil porque no hay cantidad de recursos humanos para atender. Termina impactando todo en la guardia de salud mental, porque incluso por como está planteado el sistema de salud no hay psiquiatras y psicólogos suficientes en los lugares de atención primaria”.
Por lo que afirmó que “Es necesaria la articulación del municipio con provincia para que primer nivel, segundo y tercero cuenten con los recursos necesarios. Pero la realidad es que esto se enmarca en la falta de presupuesto en salud en general. Hay un recorte en el presupuesto 2021. Entonces nosotros contamos con pocos recursos no solo para enfrentar la pandemia sino con otros problemas que hacen a la salud. El problema se resuelve con presupuesto para los diferentes niveles de atención”
Respecto a las condiciones laborales, Natalia también expresó la situación en la que se encuentran. En cuanto al personal señaló la necesidad de nombramientos, en planta permanente y un salario acorde a canasta básica familiar." Tuvimos un aumento, que cómo siempre, corre por detrás de la inflación y la mayoría tenemos salarios por debajo de la canasta familiar"
La necesidad de medidas urgentes para afrontar la pandemia
Pero lejos de ser una situación que sólo afecta al campo de la salud mental, esto repercute en las demás áreas de salud y se relaciona con las medidas sanitarias de conjunto que no se han tomado y que afectan la vida de millones. Entre ellas, Natalia denunció el negocio que han hecho los grandes laboratorios y empresas farmacéuticas al lucrar con la salud de la población.
“Lo que pensamos con respecto a las vacunas es el tema, por ejemplo, de la vacunación a gran escala, que sea masiva. Es necesario que se tomen medidas al respecto. Por qué, por ejemplo, en el laboratorio de Hugo Sigman en Garin, se produjo 60 millones de principio activo de la vacuna Astrazeneca que fueron exportados hacia México y todavía nosotros compramos, ya pagamos un 60%. Y estaban comprometidos a darnos 22 millones de vacunas que aún no hemos tenido. Esas vacunas y ese tiempo en que estos laboratorios han roto sus compromisos llevan al colapso sanitario. Nosotros podíamos haber estado vacunando a las personas mucho tiempo antes. Eso sí nos da bronca. Incluso cuando analizaba el tema de los psicofármacos, Hugo Sigman ha aumentado sus ganancias no solo por el tema de las vacunas sino también por la venta de psicofármacos. Ha sido de los grandes ganadores en esta pandemia”, manifestó Paez.
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Además, respecto a las decisiones del gobierno planteó que “las medidas que se han tomado han sido escasas y no han sido acompañadas con lo necesario para que haya tranquilidad en las condiciones de vida de la población y pueda garantizarse poder hacer el aislamiento”.
“Y mientras tanto, a la población se le plantea una dicotomía imposible: es contagiarse o pasar hambre y eso genera impotencia, que genera angustia. O ser responsable por que tuviste que viajar en colectivo o viajar en tren que están totalmente atestados. Uno ve las imágenes de las estaciones de trenes y no lo puede creer siendo trabajador de la salud. Y tienen que ir a trabajar porque están en negro. Entonces medidas de acompañamiento, como el IFE de $40.000, sería de gran ayuda para que la persona pueda quedarse en su casa, reduciéndose la circulación. Esa es una de las cuestiones”.
Sobre la situación de los trabajadores de la salud manifestó que arrastran un desgaste importante: “Los trabajadores de la salud están angustiados porque también a veces se enfrentan a ese imposible, porque el hospital está colapsado. También tenemos miedo de no saber si vamos a tener los recursos correspondientes para atender a una persona en estado crítico. Todos los días nos enfrentamos a eso. Entonces de los dos lados de las puertas del hospital está la angustia circulando. Y el tema de resolverlo desde la medicalización y eso es lo que se expresa en esos datos que hablábamos al comienzo. No va a estar la resolución ahí. Si bien nos puede servir en un momento de crisis, sabemos que la resolución va con medidas más de fondo para que baje la demanda en salud mental.”
Finalmente, se refirió a algunas de las medidas más necesarias y urgentes para mejorar la situación de los hospitales y del acceso a la salud.
“Lo que sí me gustaría que se escuche también es que es necesario que haya más recursos, más presupuesto, para el sector de salud mental, que incluso dentro de lo que es presupuesto para salud, que ya es escaso, es aún menor. Que el gobierno haga un presupuesto de emergencia para el sistema de salud público y que contemos con los fondos suficientes para que todas las personas puedan atenderse de la manera en que corresponde: que tengan derecho a una atención digna, que no tengan que esperar para sacar un turno para consultorios externos como sucede ahora, que hay demoras en diferentes lugares de hasta tres meses. Ahí ya se llega tarde. Cualquier padecimiento es importante y por lo tanto es importante que haya recursos necesarios para atender a todxs”.
“Es necesaria la producción pública de medicamentos, la centralización del sistema de salud. Hoy es una medida fundamental centralizar el sistema de salud y que el estado cuente con los recursos tanto de privados como de públicos. Yo creo que eso sería fundamental. E impactaría no solo para poder controlar la pandemia sino también impactaría en el sentido de terminar con esa incertidumbre que genera y, tal vez, también abrir un alivio en términos generales a lo que es la salud mental, concluyó.