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Red Internacional
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Salud. El proceso constituyente y el necesario debate sobre el sistema de salud que queremos

Hasta ahora, se han realizado charlas y conversatorios, pero ningún proceso deliberativo que permita realmente dotarnos de una perspectiva de cambio en torno al problema de la salud pública, como lo podría ser un encuentro nacional de trabajadores de la salud y usuarios, que responda a la pregunta ¿Qué sistema de salud queremos?

Álvaro Pérez Jorquera

Álvaro Pérez Jorquera Profesor de Historia y Geografía, historiador y músico

Agrupación "Abran Paso" Agrupación de trabajadoras y trabajadores de la salud

Miércoles 2 de diciembre de 2020

Actualmente nos encontramos iniciando un proceso constituyente, que es uno de los hitos históricos más importantes del presente siglo, siendo el resultado del deterioro sostenido de la institucionalidad impuesta por la dictadura militar y luego mantenida por el consenso entre los partidos de la Derecha y la ex Concertación.

Los pilares de este consenso fueron por una parte un régimen democrático sumamente restringido y autoritario, que le dio poderes cuasi monárquicos al presidente, la existencia de cerrojos como el Tribunal Constitucional, capaz de anular cualquier ley discutida en los tortuosos procesos parlamentarios y la exclusión de nuevos actores y organizaciones políticas que posicionaran por fuera de la Alianza y la Concertación. Por otra parte, la privatización sostenida de los principales recursos del país y la mercantilización de derechos como las pensiones, la educación y la salud, entre otros, que generó ganancias empresariales extraordinarias y exacerbó las diferencias sociales.

Ese es el Chile de los 30 años, que al menos desde el 2011 mostró sus primeras fisuras y que la rebelión popular de octubre, con movilizaciones masivas exigiendo que se vaya Piñera y una Asamblea Constituyente libre y soberana, terminó de colocar en cuestionamiento obligando a los partidos del régimen a ceder y abrir un proceso constituyente, lleno de trampas y limitaciones, con tal de evitar la caída de todo la institucionalidad producto de las movilizaciones.

El problema de la salud pública, con largas listas de espera, falta de presupuesto y equipos, hacinamiento en hospitales y centros de atención primaria en contraste con la atención privada fue parte importante de las demandas de la rebelión y esto se vio reforzado luego por la pandemia del Covid 19 donde quedó en evidencia que el sistema de salud actual es completamente insuficiente para atender las necesidades del conjunto de la población y que la responsabilidad de esa situación es completamente política.

Sin ir más lejos, en plena pandemia, nuevamente el gobierno muestra que sus prioridades están en salvaguardar sus propios intereses y privilegios, manteniendo salarios de gerente para el parlamento y sus ministros, otorgando gratificaciones y equipo nuevo a las fuerzas policiales, mientras que se les niega el Bono Covid a los trabajadores de la salud, cuyas condiciones de vida, de salud y mentales han sido muy afectadas, y hacen un reajuste del presupuesto de Atención Primaria de apenas 200 pesos per cápita como si eso fuera suficiente para enfrentar un posible rebrote que ya en Europa fue desastroso. Y mientras tanto, las principales organizaciones de trabajadores de la salud reciben estas migajas sin cuestionar más allá y sin generar ninguna unidad ni en la lucha ni en las demandas, y finalmente evitando con ello que se genere el necesario debate en la perspectiva de que los trabajadores de la salud generen una propuesta para cambiar profundamente el sistema público.

En este contexto los trabajadores de la salud no podemos quedarnos por fuera. Si bien el proceso constituyente y sus trabas hacen difícil realizar cambios profundos que no sean por la vía de la movilización, sí es clave instalar el debate en torno a un sistema de salud que responda a las necesidades de los trabajadores y los usuarios y no a las del gobierno y los empresarios que solo buscan amasar millones. Hasta ahora, se han realizado charlas y conversatorios, pero ningún proceso deliberativo que nos permita realmente dotarnos de una perspectiva de cambio, como lo podría ser un encuentro nacional de trabajadores de la salud y usuarios.

Creemos que es necesario pasar de los debates alrededor del presupuesto y de la mejora de tal o cual aspecto de sus condiciones laborales y de atención para pensar y debatir una solución de conjunto como un sistema único y nacional que termine con la división entre el sistema público y el privado, además de las instituciones privilegiadas como los exclusivos hospitales de Carabineros y Fuerzas Armadas, traspasando estas instituciones y otras como las Isapres a la red pública bajo gestión de los propios trabajadores de la salud y los usuarios, acabando de esta forma con las jerarquías al interior de los establecimientos, financiado íntegramente por el Estado para garantizar tanto el acceso para todos los sectores de la población, como mejores condiciones laborales para los trabajadores y de atención para los usuarios.

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Estas son algunas de las propuestas desde Abran Paso, como agrupación de trabajadores de la Salud que queremos debatir de manera democrática hacia el proceso constituyente y en la perspectiva de un nuevo sistema de salud pública que responda a las necesidades de la mayoría.