×
×
Red Internacional
lid bot

Nacional. El “protocolo” no pasó el primer test, la unidad en las calles puede derrotarlo junto al DNU

La marcha del miércoles de organizaciones sociales y la izquierda abrió el camino. Los cacerolazos de esa noche y las siguientes contra el DNU demostraron (una vez más) que Bullrich sólo sabe de fracasos. Como siempre la lucha en las calles, sumando cada vez más trabajadoras y trabajadores, es clave para defender derechos y conquistas.

Rosa D'Alesio

Rosa D’Alesio @rosaquiara

Sábado 23 de diciembre de 2023 16:37

Fotos: @carlosbroun

Fotos: @carlosbroun

Dos semanas intensas. El gobierno de la Libertad Avanza se propone arrasar aún más con derechos conquistados, como el de protestar. Previo a la movilización del 20 de diciembre desde el Ministerio de Seguridad de la Nación presentaron un protocolo autoritario y anticonstitucional, que entre otros puntos plantea que las manifestaciones populares no deben cortar calles, rutas y puentes. Además, Bullrich se encargó de anunciar todo tipo de amenaza para desalentar la concurrencia. “Va a haber cámaras en toda la ciudad de Buenos Aires, en los ferrocarriles, en distintos lugares donde se pueden llegar a hacer un piquete. Va a haber fuerzas policiales con cámaras filmando, para luego generar un sistema de identificación. La Policía Federal tiene un sistema de identificación”, sostuvo la ministra de Seguridad días previos a la movilización.

En tanto la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, amenazó con quitar el plan social a quienes se movilicen. Luego continuaron. El miércoles 20 de diciembre, a 22 años del 2001, en las principales estaciones de trenes y micros, pasaban audios en altoparlantes con amenazas contra quienes se dirigían a la protesta: “El que corta no cobra” y otra serie de “aprietes”. Tampoco se privaron de realizar requisas en los colectivos de líneas que iban en dirección al centro porteño. Hasta bajaron de los colectivos a trabajadores, impidiéndoles llegar a sus destinos.

Te puede interesar: ¿Bullrich quiere el estado de sitio? Insólitas requisas en colectivos para buscar

Sin embargo, el plan de los manifestantes de llegar a la Plaza de Mayo triunfó. Fueron miles los que marcharon por el centro porteño desafiando las amenazas represivas. Fueron, también, lo que demostraron que había -y que se podía- enfrentar los planes del Gobierno. Incluso dieron el primer paso contra la idea de que hay que darle tiempo al Gobierno. El DNU que anunció Javier Milei horas más tarde, le dió la razón a los convocantes de la marcha.

A diferencia de la movilización de la tarde, en la noche del miércoles se produjo una reacción no planificada ni organizada de miles y miles de laburantes que salieron a las calles a cacerolear para demostrar su bronca ante el decretazo de Milei. Primero se juntaron en las veredas de las esquinas de los barrios. Después cortaron las calles mientras automovilistas acompañaban con bocinazos. Y en muchos casos decidieron marchar por avenidas hacia puntos de encuentro más masivos.

Los cacerolazos del miércoles a la noche demostraron el valor político que tuvo la movilización previa a Plaza de Mayo. Estás manifestaciones volvieron a desafiar el protocolo de Bullrich, cortando las calles en las principales esquinas porteñas y de otros puntos del país. El anuncio del DNU en cadena nacional demostró que quienes nos movilizamos a Plaza de Mayo -por impulso de la izquierda, el sindicalismo combativo, organizaciones sociales y populares-, teníamos razón cuando sostuvimos que había que movilizarse contra el gobierno que asumió atacando a las grandes mayorías populares, incluyendo a sectores medios.

Te puede interesar: Córdoba. Vilches: “Llaryora mandó a reprimir el cacerolazo, quiere gobernar con ajuste y autoritarismo como Milei”

En su editorial del jueves, Fernando Rosso sostuvo que la movilización a Plaza de Mayo enfrentó a “aquellos que decían que había que esperar a que se hiciera ‘la experiencia’ con el Gobierno en un tiempo indeterminado contra quienes considerábamos que correspondía salir a enfrentarlo porque, ya con el ‘caputazo’ estaba infringiendo un daño mayúsculo a las mayorías populares y había dejado tanto el rumbo como los métodos”. Agregó, además, que la movilización a Plaza de Mayo “logró quebrar el protocolo de Patricia Bullrich” y que ésta fue un aporte a que se pierda el miedo que se expresó desde el miércoles a la noche en los cacerolazos que cortaron el tránsito.

“Milei quiere cobrarles $ 60 millones a desocupados que protestan contra su política de hambre”, título Daniel Satur un artículo publicado en este diariodonde denuncia las medidas desesperadas del gobierno para mostrar “fuerza” ante las decenas de miles de personas que vienen protagonizando cortes y cacerolazos y organización en los lugares de trabajo.

Plan de guerra del gobierno: las calles son nuestras

El “caputazo”, que solo con la devaluación del peso del 118 % pulverizó aún más los ingresos de las grandes mayorías, más los anuncios de ajustes en el presupuesto nacional que incluye despidos en las dependencias estatales y un largo etcétera, impulsó a trabajadores de distintos lugares a debatir cómo enfrentar la “libertad de la casta” a quitarnos derechos. Luego de que el “monarca” Milei anunciara, junto a su casta, el contenido de algunas de las reformas de las 300 que contiene el DNU, se extendió el repudio entre los trabajadores contra este decretazo.

Tanto en estatales, como docentes, obreros del neumático y en otros sectores laborales, comenzaron a discutir las medidas del nuevo gobierno. En Neuquén se movilizaron trabajadores y trabajadoras de los gremios Aten, Sejun, Anel, Sitramune, Soecn, Unavap, Adunc, Apun y Siprosapune, quienes marcharon junto a organizaciones sociales como Ctep, Fol, Libres del Sur y Teresa Vive. Allí la izquierda, seccionales opositoras de Aten y el sindicalismo combativo, exigieron un paro activo, asambleas y un plan de lucha nacional hasta derrotar el DNU y el plan de guerra contra el pueblo trabajador.

O que este viernes por la tarde, un sector de delegados y trabajadores de la línea Roca realizó un "ruidazo" en el hall de Plaza Constitución. Con cantitos contra Milei y su anuncio de privatizar los ferrocarriles se fueron sumando decenas de pasajeros que apoyaban el reclamo.

También se movilizaron trabajadores del Banco Nación en el centro porteño. Los estatales volvieron a reunirse luego que fueran convocada una asamblea de ATE. Allí la Policía se hizo presente para amedrentar, al igual que lo hizo en la Jefatura de Gabinete. Aunque en este último fue aún más escandaloso: ingresó directamente al edificio donde se encontraban reunidos los trabajadores del lugar. Sin embargo, los aprietes represivo no lograron dispersar las asambleas.

Ajustadores y bonapartes

El que venía con la motosierra a refundar la República atacando a la casta, no respetó ni uno de los elementales derechos de la democracia burguesa. Aun cuando desde la Reforma Constitucional de 1994 los presidentes argentinos tienen la facultad excepcional de firmar Decretos de Necesidad y Urgencia, esta no deja de ser una atribución bonapartista. Aún más cuando se trata de contrareformas que van contra los derechos adquiridos de las grandes mayorías. La franja del pueblo que votó a Milei, ha sido estafado. En tanto la casta impone el programa económico con los métodos de la dictadura del capital. De conjunto, el “Caputazo” es una enorme transferencia de ingresos de la clase trabajadora y sectores populares al gran capital nacional y extranjero.

A este grito de guerra contra el pueblo trabajador de la casta que nos gobierna se le contrapusieron asambleas en distintos lugares de trabajo. Es solo un primer paso pero muy importante, porque allí se debate cómo enfrentar al Gobierno. Incluso, sectores de laburantes reclaman a sus conducciones sindicales coordinar con todas las seccionales que son atacados. También reclaman que la CGT llame a un paro nacional. “Exigido por miles de gargantas, en decenas de esquinas a lo largo de todo el país, ese paro general aparece como necesidad concreta en la situación política. Como primera medida defensiva del movimiento obrero organizado frente a un ataque global del poder capitalista. La pelea, sin embargo, obliga a incluir al conjunto de la clase trabajadora. Impone tomar como propias las demandas de millones de trabajadoras y trabajadores informales y desocupados, marginados de los sindicatos y del mundo de los convenios colectivos”, plantea Eduardo Castilla en su editorial de este sábado.

En tanto Fernando Scolnik escribió, poco después de concluida la movilización a Plaza de Mayo, que éste fue “el primer paso para que en pocos meses seamos millones. Es necesario apostar a la coordinación, exigir a los sindicatos paro nacional y plan de lucha, en la perspectiva de la huelga general contra este nuevo saqueo”. Esta es la perspectiva contra el grito de guerra del Gobierno y sus aliados. El combate es de clase contra clase. La Izquierda Diario estará presente en cada uno de estos combates para ayudar a la organización de quienes enfrenten a los saqueadores y pelee, no solo por defender los derechos adquiridos -que cada vez eran más limitados por el ajuste de peronistas y macristas- sino ir por nuevas conquistas para que las grandes mayorías tengan derechos al trabajo y el acceso a la vivienda, a la salud y educación. Derechos mínimos y elementales de los que están privados un sector importante de la población.


Rosa D’Alesio

Militante del PTS, columnista de la sección Libertades Democráticas de La Izquierda Diario; se especializa en temas de narcotráfico y Fuerzas Armadas.

X