El director realiza su segundo proyecto cinematográfico como lo hizo con el primero, Tangerine, usando espacios poco conocidos de una ciudad turística y con personajes que viven en los márgenes de la sociedad.
Miércoles 4 de abril de 2018
El Proyecto Florida (The Florida Project, Estados Unidos, 2017.) película de Sean Beker, nos llevará a conocer de la mano de una pequeña de 6 años las cercanías del Walt Disney World donde miles de estadounidenses viven hacinados en moteles porque no pueden pagarse una casa.
Moonee (Brooklynn Prince) es una niña que vive su verano en unos de los moteles que se encuentran al lado de la autopista 192 una de las arterías que te lleva al Walt Disney World, en Orlando, Florida “el lugar más feliz de la tierra” como reza su lema.
Ella con sus amigos Scooty (Christopher Rivera) y Dicky (Aiden Malik) pasan el día haciendo travesuras, cuando llega un nuevo huésped que será víctima de la pandilla. El trío intenta esconderse pero Halley (Bria Vinaite) mamá de Moonee los hace pedir disculpas y los hará cumplir un castigo.
De esta travesura conocen a Jancey (Valeria Cotto) otra niña de su edad que servirá de sustituto perfecto cuando uno de sus amigos sea castigado. El motel es administrado por el veterano Bobby (Willem Dafoe) quien a pesar de su aparente dureza convive y protege a los traviesos infantes, no así los adultos los cuales trata con dureza.
Moonee recorre con sus amigos los alrededores de los moteles donde abundan las tiendas de recuerdos de Disney, las casas abandonadas, los descampados, los locales de comida rápida. La niña también recorrerá de mano de su madre las cercanías de los grandes hoteles en búsqueda de clientes para sus perfumes.
El proyecto Florida es una película que se puede disfrutar poco ya que pone el dedo en la llaga de las clases menos privilegiadas en los Estados Unidos, como en su anterior trabajo Tangerine (Estados Unidos, 2015.) donde se recorren las periferias de las ciudades turísticas.
Destaca dentro del equipo de filmación el mexicano Alexis Zabé director de fotografía quien ha incursionando en el ambiente del séptimo arte en Estados Unidos. Para Beker el cine es un arma de denuncia de los menos favorecidos, aunque no se propone ofrecer una salida.
Aún así, la última escena del filme plasma una entrada al mágico mundo del Walt Disney World muy amarga, como un recordatorio del arte como crítica de la sociedad.