Los empresarios y la derecha se encuentran en plena campaña del terror, ante la posibilidad de que se materialice el derecho a retirar de parte de los afiliados a las AFP el 10% de sus fondos de pensiones. Temen que sea el principio del fin del sistema de AFP aunque eso implique condenar al pueblo al hambre y la miseria. Ante esta situación es urgente levantar un programa que no permita que la crisis la sigamos pagando los trabajadores.
¿Como harían las AFP para entregar dinero en efectivo a los trabajadores de aprobarse el proyecto que habilita al retiro del 10% de los fondos, que este miércoles pasó su primer trámite constitucional en el congreso? ¿Dé dónde sacarían la plata?
Esta pregunta , que se ha apoderado de las redes sociales tras la aprobación de la idea de legislar una reforma constitucional en la cámara de diputados, que habilita a los afiliados a las AFP al retiro del 10% de los fondos de pensiones, puede inducirnos a una contradicción lógica
¿No son las AFP las encargadas de administrar millones de pesos que mes a mes se descuentan por planilla a millones de trabajadores para colocarlos en un fondo destinados a sus ahorros previsionales?
Si la repuesta es afirmativa , entonces, ¿en qué consisten esos fondos y por que su administración en manos de las AFP suscita una defensa férrea del régimen político y de los empresarios pesé al sentimiento mayoritario que se opone al actual sistema de pensiones?
La razón de la histeria empresarial: Una explicación desde la teoría valor-trabajo
Si miramos el rol que cumple el ahorro en lo albores del capitalismo, durante el siglo XlX, vemos que los ahorros de cada trabajador eran utilizados fundamentalmente para sostener las condiciones mínimas de vida cuando el obrero es arrojado al desempleo (ejército industrial de reserva), generalmente cuando el capitalismo entraba en crisis económica (muy recurrentes por lo demás), dejando desempleados a millones de trabajadores.
Pero esto tenía una contradicción: si todos los obreros pudieran ahorrar, y decidir cuándo transformar ese dinero en bienes, esto disminuiría las tasas e inversión en el presente lo que limita la expansión del capital. En otras palabras, esa plata estaría bajo el colchón y no en un banco-, así el sistema financiero entró a jugar un rol fundamental, tomando los ahorros para transformarlos en nuevo capital, para comprar maquinarias, insumos, trabajo, etc. y poder continuar con su expansión continua. En otros momentos del capitalismo se incentivaba al obrero a qué ahorrará en el banco o en cajas, pero esto tenía límites dado la lógica de expansión constante del capital, dado que el trabajador podía no hacerlo.
La clave es observar la naturaleza de este fenómeno en la fase actual del capitalismo, iniciada en los años 80 (lo que se conoce como el neoliberalismo),fase de desarrollo que se caracteriza por iniciar un nuevo proceso de acumulación para darle salida a la crisis económica de ese momento.
En los marcos de débiles tasas de inversión y crisis económica mundial (1982), el ahorro en su conjunto debía estar al servicio de los grandes capitales, y con ello aumentar sus tasas de inversión. En palabras simples : disminuir las condiciones mínimas de subsistencia de los trabajadores y traspasarla a las manos de los grandes capitales, para hacer frente a la crisis -por eso se torna obligatorio cotizar en las AFP-
Importante es remarcar que no solo se crearon las AFP , como forma de expropiar el ahorro, si no que también un conjunto de medidas contra el trabajo: código laboral, subcontrato, destrucción de la organización sindical, entre otras. En ese marco, es que surgen las AFP, como una verdadera obra de arte del capital para superar las débiles tasas de inversión en Chile. No es casualidad que el capitalismo se haya modernizado en Chile desde esa época, y que Chile haya profundizado su rol de exportador de materias primas, por medio de las grandes transnacionales.
La modernización capitalista - que tanto gusta a columnistas como Carlos Peña elogiar-fue posible dada la riqueza generada a partir del trabajo de millones de trabajadoras y trabajadores, transformado en dinero y luego en inversión para los empresarios. Cuestión que fue posible sin duda, por la vía de la fuerza por medio de la dictadura cívico-militar que tuvo que destruir toda resistencia obrera y popular previamente, para imponer este nuevo marco de acumulación y su pieza clave, las AFP.
En concreto, el dinero que administran las AFP, es trabajo o bienes extraídos del salario del trabajador y que van a parar a una “caja grande” de los empresarios . Este dinero se termina materializado como maquinarias, insumos y mano de obra.
En otras palabras, el dinero que todos los meses ahorramos las AFP los valoriza en el mercado vendiéndolos como acciones, es decir adquiriendo deuda con otras empresas que invierten sobre la base de los fondos previsionales para valorizar su propio capital.
Todo esto quiere decir que las AFP no disponen de un monto “líquido” de dinero, sino un conjunto de títulos jurídicos que simbolizan inversiones en el extranjero y en el país respaldados por un valor nominal que podríamos decir que se traduce en dinero. Ninguna imagen es más simbólica de la naturaleza anárquica del capitalismo que la abstracción que este sistema implica.
Coloquémonos en el escenario que el proyecto aprobado el miércoles en la cámara de diputados sortea todos sus obstáculos legislativos (la aprobación en particular, la votación en el senado, un eventual veto presidencial y el control de constitucionalidad del tribunal constitucional) y en un plazo de un mes pudiésemos sacar nuestro 10% . ¿Qué implicaría esto?
La AFP tendría que liquidar esa deuda. Esas acciones corresponden a dinero circulante de empresas que hacen inversiones en las AFP y que en total implicaría sacar del sector financiero al menos 15 mil millones de dólares , según las estimaciones de diversos analistas para que la gente pudiese retirar una parte de sus ahorros previsionales. Eso en el escenario que los dueños de esa deuda, los accionistas, efectivamente renunciasen pacíficamente a sus títulos sobre las inversiones en la AFP por el simple hecho de que la ley se los impone.
Tampoco es tan sencillo que las AFP pudiesen hacer eso como una simple operación bursátil, difícil creer que los inversionistas entregarían sin más el dinero, por lo que la opción más viable para no tocar los intereses de sus accionistas sería colocar nuevas acciones en el mercado lo que bajaría el valor de las mismas, inundando el mercado de acciones y como consecuencia de ello podría generarse una desvalorización de los fondos de pensiones e incluso del dinero mismo que fuesen, eventualmente, a recibir los trabajadores.
Este argumento utilizado para desplegar toda una campaña del terror encabezada por Marcela Cubillos en sus polémicos vídeos de “140 segundos”, las AFP mediante agresivas apariciones en la prensa y cartas a sus afiliados (abiertamente ilegales incluso a juicio de la superintendencia de pensiones que las oficio el día viernes), y Juan Sutil presidente de la CPC quien ha sostenido que este proyecto atenta contra el derecho sagrado de la inviolabilidad de los fondos de pensiones.
Ahora si calculamos en frío el monto final en que terminarían reduciéndose las pensiones de aprobarse un retiro del 10% , pese a que no hay una claridad certera, se estima que no sería más de 20 mil pesos de las actuales pensiones [1].
Sin embargo, como escribimos más arriba, el impacto que tendría el retiro de una enorme masa de dólares, que debería liquidarse y convertirse en pesos, es bastante incierto. Tanto por el valor real que terminaría teniendo el dinero potencialmente retirado, como por el impacto que esto tendría en la cadena productiva de conjunto. Si bien, el proyecto presentado en la cámara de diputados propone un pilar “solidario” para restaurar el fondo retirado, es utópico pensar que los empresarios dueños de las acciones se abran a una fórmula de retiro que perjudique sus intereses y el valor de su inversión, por lo que probablemente optarán por la opción de inundar el mercado de acciones para que así sean los trabajadores los que terminen pagando el costos del retiro.
Por ahora las bolsas de comercio, institución que expresa el estado de ánimo de la burguesía, pese a ciertos vaivenes se ha mantenido estable, sin duda por que un sector de los empresarios confía en que el proyecto no pasará las innumerables trabas que coloca la constitución y que el “descuelgue” de los diputados de la derecha y el apoyo de la DC al proyecto tiene más un objetivo pirotécnico de mejorar la “negociación con el gobierno”, que de realmente aprobar la iniciativa.
Pero si el impacto de la medida que los agitadores de la derecha remarcan en todos los matinales será efectivamente el de generar una catástrofe económica, que ya estamos atravesando producto de la crisis sanitaria , ¿ Acaso en diciembre ya no se perdieron 20% de los fondos producto de los vaivenes del mercado internacional? Lo que les preocupa a los empresarios no es la catástrofe económica en el conjunto de las pensiones y la vida para los trabajadores, si no la catástrofe económica para sus ganancias, de ahí proviene el terror empresarial, es el miedo a perder su gallina de los huevos de oro.
Lo de fondo se explica por la crisis capitalista, estas hacen patente las contradicciones del capital, en una crisis donde el desempleo escala al 20% (considerando los suspendidos) y que millones de trabajadores ven un horizonte oscuro con respecto a sus condiciones de vida. La ganancia en forma de ahorro que se apropia el capitalista entra en contradicción con el desarrollo pacífico del capital, el trabajador requiere de esos recursos hoy para comer, mientras los empresarios requieren estos recursos para darle continuidad a sus negocios y ganancias.
La burguesía ( los empresarios y sus políticos) intentarán evitar cualquier mínimo cambio, hoy es terror empresarial, cartas, y mañana será boicotear la economía , despidiendo y generando caos y anarquía en torno al futuro de las pensiones de los trabajadores. Por eso es necesario que desde ya los trabajadores puedan abrir instancias de organización para repensar un nuevo sistema de pensiones solidario.
Para los trabajadores las AFP “huelen a muerte”, pareciera que esta votación trae consigo el comienzo de su extinción, pero ¿Será por la vía parlamentaria que se extinguirá? ¿ Podemos confiar en ese parlamento que mantuvo las AFP durante 30 años? Recordemos que son los mismo que votaron la ley anti barricadas y la ley de (des)protección al empleo.
Este olor a muerte de las AFP que se siente por estos días en el país puede llevarnos a una impresión equívoca y triunfalista de que el trabajo en gran parte está realizado, pero como mostramos en este artículo, es todavía el inicio de un enfrentamiento mayor
¿Qué ocurrió en la Cámara de diputados?
El día miércoles 93 diputados, ⅗ de la cámara baja del congreso, aprobaron la reforma transitoria a la constitución que permite a los afiliados el retiro del 10% de sus fondos de pensiones en casos de catástrofe y calamidad pública.
La votación que desarrolló luego de extensas discusiones, acalorados y polémicos discursos de la oposición, y un despliegue mediático y político de negociaciones encabezadas por el Gobierno y los lobistas empresariales, fue posible debido a una profunda fractura que se abrió en la coalición gobernante de cuyos diputados solo 21 rechazaron, 31 se abstuvieron y 13 se sumaron a la iniciativa de la oposición. ¿Cómo ocurrió esto?
El aire triunfalista de la oposición de sortear el primer trámite en la cámara contrasta con una imagen que muestra lo decorativa que es la instancia parlamentaria para la toma de decisiones de la burguesía de conjunto. Una imagen es muy expresiva de esto: mientras el debate se desarrollaba en la cámara este era básicamente un ejercicio retórico ante el silencio del oficialismo. En el mismo edificio pero en una sala de conferencias estaba reunido el verdadero parlamento donde se toman las decisiones.
Mientras se desarrollaba el debate en la cámara , en una sala de conferencias aledaña, donde se reunía el verdadero parlamento, el ministro Briones trataba de convencer a los diputados de la derecha , en medio de una asamblea improvisada de operadores políticos, asesores económicos, y lobistas que representan los intereses de las AFP y de los empresarios se trataba de cuadrar filas para enfrentar de conjunto la iniciativa de la oposición. La oposición a esta medida no era dado que esta medida saliera de la lógica subsidiaria del modelo. El proyecto al igual que la ley de protección del empleo implica que los trabajadores financien con sus propios ahorros la crisis que generaron los capitalistas. La oposición al retiro del 10% se explica por que esta abre la puerta que la burguesía no quiere cruzar: exponer el olor a muerte de las AFP.
Los representantes de la burguesía no les importa cuadrarse a espaldas de la "república" por mucho que la DC reclamase lastimeramente , con show mediático incluido, que esa situación implicase saltarse las normas legales. De todas maneras la instancia tampoco sirvió al gobierno para dirigir las huestes empresariales las que terminaron dividiéndose frente a la votación en la sala.
Esto por que el pueblo ya votó en las calles querer acabar con las AFP . Para quienes la historia reciente no es argumento suficiente pueden revisar las cifras de las encuestas en la materia. Esa correlación de fuerzas fue la que se expresó en el parlamento y terminó fracturando a la coalición opositora, algunos dicen que de muerte, ante el temor de terminar en el paredón.
El gobierno fracasó en su proyecto de dirigir a la burguesía, hace rato que se resignaron a no dirigir al país de conjunto, en esta crisis económica y sanitaria con el fantasma de la revuelta y la “crisis social” que atraviesa el país de conjunto, enfrentamiento que iba a darse de cara al debate constituyente. El temor a la revuelta (y habrá que ver si a un sector de la burguesía y pequeña burguesía gana algo con esta “maniobra suicida”) y de ser puestos en el paredón, por mucho que sea una posibilidad hipotética aún, bastó para que el Ministro de Hacienda no pudiese ejercer un liderazgo efectivo sobre sus tropas y estas terminaron claudicando antes de entrar en combate.
En esta pasada la DC logró cohesionarse como nunca , tras años de guerrillas internas, fracasos electorales, desprendimientos y dispersión de sus filas, apostando todo su capital hacia la “izquierda” con un proyecto redactado en el más fiel lenguaje concertacionista: Una medida subsidiaria con un titular polémico atacando a un actor particular del concierto empresarial del país hablándole directamente a los “sectores medios” , al trabajador contratado con temor a perder su casa por no tener para pagar las cuentas , que ha visto reducido su salario en un 20%. A los que son demasiado “ricos” calificar para los “bonos de los pobres” (la focalizada ayuda estatal) , pero que además son demasiado pobres para calificar a los bonos de los ricos ( los jugosos repartos de excedentes de los directorios que se aplican en tiempos de crisis)
El proyecto así es capaz de dialogar a una mayoría “popular” de diferentes sectores y clases sociales ahogadas por la concentración del capital financiero, que los expolia constantemente mediante la banca. Esta mayoría se compone además de un sector convulsivo quién además ha logrado imponer la agenda y re-ordenar el mapa político chileno La gran mayoría de trabajadores, desempleados, jóvenes estudiantes el movimiento de mujeres que en octubre golpeo con todas sus fuerzas exigiendo las demandas que hace tiempo hacen insostenible vivir en el Chile Neoliberal. y por esto es que la DC logró silenciar y cohesionar a su ala derecha apostando por dialogar con la decisión mayoritaria de querer arrebatar al capital financiero el control de las pensiones.
Por su puesto la ilusión de la vieja Concertación consiste en que es viable “distribuir” las riquezas que pertenecen a unos pocos empresarios en un sector “mayor de empresarios.” En su momento cuando Bachelet en su primer gobierno presentó un proyecto de ley de reforma de pensiones incluía la posibilidad de que los Bancos pudiesen administrar pensiones ( reformando la ley que le otorga titularidad exclusiva a las administradoras de pensiones). Sobre esta idea reposa la creencia de que es factible que un “sector de los empresarios y la derecha” entre en razón e incluso vea la oportunidad de pensar en un buen negocio logrando además apaciguar el hambre que mantiene encendidas las conciencias de la mayoría del país. Lo que para nosotros, si analizamos la estructura concreta que asume el capitalismo en Chile, es la misma ilusión de creer que la burguesía nacional no esta profundamente ligada y subordinada a los intereses trasnacionales del Capital Financiero.
Así la DC, orgullosa de su iniciativa, no tiene reparos en agitar vehementemente su programa e incluso chillar lastimeramente en el congreso al enterarse que la verdadera asamblea se desarrollaba sin ellos en otra sala del congreso aludiendo al incumplimiento vago de “la distancia social” , con el auxilio de nuestros amigos defensores de la moral política y lo políticamente correcto del Frente Amplio, para llevar las cámaras televisivas y exigir al Ministro de Hacienda respetar “la instancia legal de la república para dar este debate”. Parecen desconcertados que haya sectores de los empresarios que no consideren que la suya es una buena idea.
El Frente Amplio y el PC juega de esta manera el rol de tomar palco y aplaudir los llantos de la DC de no ser incluida en la asamblea de la burguesía. Parece insólito que sea la agitadora reaccionaria Marcela Cubillos quien tenga que salir a recordar el rol cómplice de la Concertación con el negocio de las AFP y el saqueo neoliberal y precarización de nuestras vidas que esa coalición administró por 30 años. Cómodos con aplaudir desde sus tribunas, omitiendo el hecho de que le han aprobado todas las leyes represivas y de precarización del empleo de Piñera, se contentan con agitar consignas grandilocuentes por las que no se han jugado absolutamente nada manteniendo en cuarentena absoluta el más esencial de los medios con los que cuentan los trabajadores para defenderse de esta crisis: sus organizaciones sindicales, estudiantiles y populares.
Pero por estos días, la CUT parece incapaz de parar una olla común o de repartir cajas de mercadería, ni hablar de movilizarse contra los empresarios que continúan exponiendo a sus trabajadores al contagio , como vimos en la empresa de alimentos Fruna. El socialismo para ellos es solo para los días de fiesta. Por mucho que esa fiesta parezca aterrorizar a la derecha, no deja de ser eso: palabrerías parlamentarias.
Los discurso de pánico empresarial merecen poca atención en vista de que prácticamente son una letanía repetitiva e impotente con la que marean a la población todos los días como para ser olvidadas. Basta decir que sobre el argumento de que los trabajadores “no saben administrar sus recursos” que aplicaron primero para oponerse a un “subsidio de emergencia elevado” “para que no se acostumbren a vivir del estado” - mejor démosles cajas- dicen los empresarios, y que ahora agitan para gritar asustados que los fondos previsionales se van a perder en manos de los trabajadores que los usarán para comprar plasmas, es la idea retrógrada del patrón de fundo que si pudiese aún pagarían con fichas a los trabajadores.
Aprovechamos de recordarle a la derecha que el salario es un derecho democrático precisamente porque entrega al trabajador la posibilidad de decidir cómo emplear sus recursos. La injusticia es que estos nunca son suficientes para ahorrar o invertir en mejorar sus condiciones de reproducción precisamente los los altos costos de la vida, el endeudamiento que los ahogan.
El trámite aún debe sortear una serie de obstáculos constitucionales, por mucho que la derrota ha desbancado a las huestes del gobierno lo que puede dar una sensación triunfalista , antes de convertirse en una realidad. La UDI, la CPC y las AFP, ha lanzado todas las amenazas que pretenden hacer reales , incluso si el proyecto se convirtiese en ley moverían todos los engranajes empresariales para castigar al pueblo por la osadía de morder la mano que les da de comer.
La crisis económica y como combatir la catástrofe que se nos avecina...
La crisis económica continua despedazando las vidas de millones de trabajadores al punto de volver casi irrelevante la cuarentena. La expansión agresiva de una Pandemia del Covid19 ,que no logra ser controlada, en un mundo dirigido precisamente por esos capitalistas que se ufanan de administrar los recursos de manera eficiente mientras observan como masas de capital son pulverizadas ante la impavidez y el terror de los políticos del mundo.
Por lo mismo es que las amenazas del empresariado de que los trabajadores pagaran las penas del infierno no parece cambiar sustancialmente la opinión mayoritaria de querer retirar los fondos de pensiones . La catástrofe esta desatada y se requiere enfrentarla en el presente.
La pregunta que nos salta,entonces, es ¿Si el escenario por aprobar una medida tan parcial es tan costoso que equivale , si tomamos la escala de medición de Marcela Cubillos , al mismo costo si Chile decidiera estatizar las AFP y se convirtiese en "Venezuela", entonces, porque no estamos demandando un programa de fondo que permita abordar no solo la crisis actual sino que reordenar la economía de modo tal de acabar con el Chile neoliberal?
Las millonarias ganancias que le genera a las AFP la administración de los fondos de pensiones provienen de que estos a su vez le reporta una inyección fresca de dinero a los Capitales donde se invierten esos fondos. Perder el control de los mismos significaría dejar de acceder a esas millonarias ganancias, lo que claramente generaría un "impacto económico". Como se dijo alguna vez: La burguesía prefiere hacer saltar el mundo en pedazos antes de desaparecer de la escena de la historia.
En ese marco es que la medida del retiro efectivamente traerá costos inciertos para la economía , no solo del país, de las familias trabajadoras y es una exigencia de emergencia precisamente por que los mismos empresarios se han negado a pagar los costos de esta crisis que ellos mismos generaron con la precarización de la salud pública , negándose a un salario de emergencia, a la prohibición de despidos , al posnatal de emergencia , al cese de pago de los servicios básicos y tantas otras medidas que hubiesen aliviado la situación del pueblo trabajador.
De aprobarse el retiro del 10% de los ahorros para la jubilación, sin duda que los empresarios buscarán castigar con todas sus fuerzas a los trabajadores , buscando boicotear la medida con sus instrumentos financieros y políticos. Esto es posible precisamente por que seguirán controlando los resortes de la economía.
Todas las medidas de ayuda a la clase trabajadora que han sido boicoteadas por el empresariado y la derecha no han sido posibles precisamente por esta institucionalidad heredada de la dictadura que las bloquea y les entrega el resorte de las decisiones a esos empresarios. Mientras esto continúe así , toda medida que se apruebe solo será parcial y estará constantemente amenazada de ser boicoteada por los que se benefician de este sistema que nos condena al hambre y la miseria.
Por lo mismo , no podemos creer que el 10% será suficiente si es que esta medida del retiro de emergencia para palear la crisis no implica que los trabajadores les arrebatemos a los empresarios la administración de los fondos de pensiones, para que dejen de usarlos de chantaje y como arma en nuestra contra, es decir estatizar las AFP bajo control de los trabajadores para que seamos nosotros quienes nos beneficiemos de nuestras pensiones y no los empresarios.
Para que una perspectiva como esta sea posible es necesario activar la organización de los trabajadores y que todas las acciones de solidaridad que se han desplegado para enfrentar la pandemia y el hambre se reconviertan a pensar formas concretas de luchar por esta perspectiva e imponer una Asamblea Constituyente Libre y Soberana que liquide la herencia pinochetista y le arrebate a los empresarios los resortes económicos que utilizan para asegurar sus ganancias y condenarnos al hambre.
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