Lemuel Gamali es el nombre del comunero mapuche, el cual habría sido asesinado por un latifundista de Tirúa, en la Región del BíoBío. Ante esta situación desde la fiscalía hasta la PDI han respaldado el asesinato.
Sábado 20 de julio de 2019
Durante la madrugada de este viernes fue asesinado el comunero mapuche Lemuel Gamali (25), dándole muerte un latifundista de una casa patronal de la localidad de Tirúa, nombre el cual la prensa se ha empeñado en mantener en el anonimato.
Pero esta situación no termina aquí. Por su parte el jefe (s) de la Brigada de Homicidios, Oscar Alvarado, afirmó que la situación se trató de un “fuego cruzado, y a raíz de esta situación tenemos una víctima”. Declaraciones completamente contradictorias con las del fiscal de la Provincia de Arauco, Juan Yáñez, quien además es encargado exclusivo para causas de violencia rural quien aseveró que: "no hubo intercambio de disparos. Aquí hubo una defensa por parte de la víctima que surge a posterior de los primeros disparos".
Independiente de las incoherencias una cosa es clara: La defensa por parte de la prensa, la PDI e incluso por parte de la fiscalía, la cual incluso cuenta con un encargado exclusivo para la represión judicial hacia el pueblo mapuche, favoreciendo completamente a la policía y a empresarios y latifundistas.
No conformes con esto, Carabineros reprimió a los familiares que realizaron una velatón por Gamali, incluso reprimiendo las movilizaciones posteriores en rechazo al asesinato del comunero mapuche a manos del latifundista.
Balas, vallas, represión y asesinatos: La receta para defender las fortunas y el saqueo
Uno podría preguntarse cuál es la raíz de este conflicto. Con bombardeos en la prensa de contenido criminalizador hacia el pueblo mapuche podría creerse que sólo se trata de terroristas, como incluso el mismo gobierno los ha llamado. Sin embargo, la realidad va mucho más allá.
Con casos como la “Operación Huracán” Carabineros, el Ministerio del Interior con Chadwick a la cabeza y el mismo gobierno de Piñera se encargaron se realizar uno de los mayores montajes hacia el pueblo mapuche desde el retorno pactado a la democracia, demostrando así una de sus intenciones por deslegitimar, criminalizar y situar al pueblo mapuche en sus demandas como un enemigo interno de la población, buscando evitar que el pueblo trabajador, pobre, las y los estudiantes, se unan con estas causas en la más plena lógica del “divide y vencerás”.
Podríamos enumerar una serie de otros casos, como la bulleada consulta “indígena” -llamando a los pueblos originarios de la misma forma en la que los llamó la corona española con su genocidio colonial-, la cual contó con militares infiltrados para hacer de palos blancos en pleno proceso, además de utilizarlo como una pantalla para lavar su imagen después de haber respaldado, justificado y encubierto el asesinato cobarde de Camilo Catrillanca a manos del Comando Jungla de Carabineros de Chile.
Sin embargo, estas medidas son parte de un pacto mucho mayor y anterior. La militarización de la Araucanía abarca desde el periodo de colonización española hasta el día de hoy. Y es que históricamente mientras latifundistas aumentaban sus riquezas por medio se asesinatos, violaciones, robos, raptos y torturas, se iba formando en sus entrañas lo que sería la herencia de las riquezas empresariales, forestales, hidroeléctricas, ganaderas y de la gran agricultura. Históricamente el Wallmapu ha sido un territorio rico en la acumulación de riquezas, y el gobierno dispone de su fuerza policial para resguardar estos intereses, incluso aunque esto conlleve asesinatos y persecución al pueblo mapuche.
Por Catrillanca, Catrileo, José Huenante, Gamali y tantos más: A repletar las calles contra este Estado genocida y empresarial
Nuevamente la alianza latifundista, empresarios, policía y gobierno cobra una muerte más de un comunero mapuche. No podemos permitir que esta situación siga pasando y que el gobierno y sus policías sigan en la más plena impunidad.
Pero para esto no podemos conformarnos en interpelaciones parlamentarias infructíferas e infértiles como lo ha hecho el Frente Amplio y el conjunto de la “oposición parlamentaria”, que lo único que abren es espacios a que la derecha se recomponga. No. Debemos transformar la rabia y la impotencia en movilización y organización contra este gobierno y sus amigos, a través de un pliego único de demandas, en donde trabajadores, estudiantes, mapuche, mujeres, migrantes, luchemos unidos en las calles, paralizando en nuestros centros de estudio y de trabajo, repletando las calles por la desmilitarización inmediata del Wallmapu, la disolución inmediata de las Fuerzas Especiales de Carabineros, la derogación de la ley anti-terrorista y por el derecho a la autodeterminación del pueblo mapuche, poniendo en pie una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, basada en nuestra propia movilización.
Porque el mejor legado y homenaje a las y los caídos es seguir luchando.