En esta columna el periodista de la Agencia Para la Libertad responde a la reacción que provocó su llamado a votar en blanco en el pasado balotaje.
Sábado 28 de noviembre de 2015
El haber llamado al voto en blanco o a la abstención, en una entrevista que me hicieron los compañeros de La Izquierda Diario, me sigue generando insultos, retiro de saludos, agravios y otras agresiones. (Aunque también reconocimientos que agradezco) Descartado el recalcitrante Macri, ¿por qué no voté a Scioli? Porque es el representante de la facción de la burguesía que más hijos del pueblo vulnerable asesinó en los barrios y en los sitios de encierro en la etapa constitucional (Vean el Informe de CORREPI, por favor), entre otras razones. No podía votarlo porque abracé a sus madres y escribí con dolor y rabia durante toda la década. Sin embargo, como es mi costumbre, igual respeté a todos mis amigos que opinaron distinto. No les insulté, no les acusé de ser cómplices de la masacre silenciada, porque de verdad creo que por alguna causa, o muchas, no la pueden dimensionar ahora.
Soy respetuoso, pero: No votaré al mal menor. Y además, las elecciones, tal como están, son una herramienta para el dominio y control social de la clase hegemónica con alternancia de facciones o sin ellas.
Por otra parte, Scioli no perdió por el 1 y pico por ciento que votó en blanco. Creo que el neoliberal Macri ganó las elecciones porque Scioli fue boicoteado por la presidenta que no nombró a su candidato en 5 discursos en plena campaña y lo maltrató a lo largo de mucho tiempo. Por Randazzo que dijo que era el representante del “establishment y de Magneto”. Por los “intelectuales a la carta” que lo burlaron, por Feinman que lo ninguneó, por Foster que lo denigró, por Aníbal que lo bastardeó y por Horacio González que se desgarró. Con un poquito de esfuerzo de estos, y otros referentes kirchneristas, Scioli asumiría el próximo 10 de diciembre. Macri no ganó las elecciones, las perdió el kirchnerismo, claramente.
Por lo tanto, en lugar de perder energías agraviando a militantes populares, muchxs deberían estar organizando la rebeldía contra lo que se nos viene.
Por mi parte, no me moveré de la vereda izquierda de la vida y soy libre de elegir mi rumbo. Creo que siguen existiendo las ideologías y respeto al/la que piensa distinto y es buena madera. Creo que hay que unirse para luchar por otra sociedad justa y digna por la que pelearon Marx, Lenin, Guevara, Trotsky, Rosa, Mariátegui y tantos otros.
Y además, creo con Gramsci que: "...todo mal resulta menor en comparación con otro que se anuncia mayor y así hasta el infinito. La fórmula del mal menor, del menos peor, no es sino la forma que asume el proceso de adaptación a un movimiento históricamente regresivo, movimiento cuyo desarrollo es guiado por una fuerza audazmente eficaz, mientras que las fuerzas antagónicas (o mejor los jefes de las mismas) están decididas a capitular progresivamente, por pequeñas etapas y no de un solo golpe (lo que tendría un efecto psicológico condensado y podría hacer nacer una fuerza competidora activa contraria a la que pasivamente se adapta a la “fatalidad” o reforzarla si ya existe).”
* Oscar Castelnovo es periodista de la Agencia Para la Libertad, militante antirrepresivo y dicta talleres en la Cárcel de Mujeres de Ezeiza. [email protected]