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Juventud. El rol de la burocracia estudiantil en la USACH: Una federación independiente pero igual a las anteriores

Analizamos el rol de la burocracia estudiantil frente al movimiento estudiantil y el estado actual de despolitización y desarticulación que estas han promovido y permitido con su estrategia y método que confía más en la institucionalidad vigente que en las bases estudiantiles que sostienen el movimiento. Buscaremos enfocarnos en lo que sucede en la universidad de Santiago de Chile pero analizaremos aspectos de la generalidad del movimiento estudiantil. Además queremos proponer una perspectiva de contra presión a la burocracia en la USACH.

Vencer Usach

Vencer Usach Universidad de Santiago de Chile

Jueves 21 de julio de 2022

Historia y aspectos generales de la burocracia estudiantil chilena

La burocracia estudiantil, no solo en Chile, ha jugado un rol político histórico, despolitizante y desmoralizante, para el movimiento estudiantil, controlando los cargos de dirigencias, al cooptar los organismos de autoorganización. Su estrategia gira hacia la institucionalidad y busca la negociación y pacto con las rectorías y gobiernos de turno, incluso yendo en contra de las reivindicaciones de la base del movimiento estudiantil.

En pro de esta estrategia, limitan el desarrollo de la organización del estudiantado a formar su base de maniobra, con la que convocan marchas o paros con el objetivo de validar sus petitorios y comenzar las negociaciones con los petitorios realizados por ellxs, esta es la salida institucional. Se sientan con las autoridades y pactan reformas parciales que no tocan los pilares fundamentales de la educación que se está cuestionando.

Por eso, al ir en contra de las exigencias, de las necesidades y de los cuestionamientos fundamentales de la base. Sucede que en los momentos más álgidos, la organización estudiantil, con o sin participación de corrientes con otras estrategias, sea localizada o expansiva, puede sobrepasar a sus burocracias, haciendo girar al movimiento estudiantil y fortificando su autoorganización e incluso la organización popular y obrera, su carácter revulsivo y acelerar la experiencia de las masas. Así ha sido a lo largo esta última década, expresandose, entre otras cosas, debido a lo heterogéneo del movimiento estudiantil y en su capacidad de permear a otros sectores de los que es parte.

Como hicieron con demandas históricas con la de gratuidad universal, la base se le suele ir de las manos actuando de forma más revulsiva, politizándose y en consiguiente haciéndole contrapresión. Otras estrategias y tácticas políticas, efectuadas por otras corrientes y como buscamos hacer desde Vencer con una estrategia anticapitalista, también logran hacer contrapresión a la burocracia y a la despolitización que promueven.

La permanencia de esta burocracia en la última década, bajo la dirección de lo que es ahora es Apruebo Dignidad, ha permitido al régimen desarticular al movimiento, con sus métodos que han permitido la cooptación de los proyectos de reforma a la educación por parte de los gobiernos neoliberales y los grandes empresarios. Sus estrategias marcan una desconfianza enorme hacia las bases estudiantiles sobre su potencial revolucionario y una confianza en la institucionalidad que permite y promueve.

Las demandas por educación gratuita, democrática, laica y no sexista que gritaba el movimiento estudiantil del 2011 en Chile, llevaban incluso a cuestionamientos fundamentales del modelo neoliberal impuesto por la dictadura. Estas, al ser negociadas tras cuatro paredes entre las direcciones políticas y los gobiernos, se pactan medidas que, dando concesiones al estudiantado, profundizan el neoliberalismo y no logran suplir ninguna de las demandas en su totalidad. La gratuidad universal aún no es una realidad en Chile y los estudios de la población y, tanto la de aquellos hijos de obreros como los de procedencia pequeño burguesa, son en su mayoría pagados a crédito, cuyo dinero es destinado a financiar a los grandes empresarios de la educación de mercado. Esto es en gran parte responsabilidad de las dirigencias a cargo.

La ubicación que han tenido la mayoría de las direcciones estudiantiles en la última década, no solo denotan una total desconfianza en las fuerzas del movimiento estudiantil, sino que en última instancia en las fuerzas del movimiento obrero, que se vio impulsado y permeado por sectores de la revuelta estudiantil de 2011. No sólo no creían en la posibilidad de ganar una educación gratuita para la totalidad del estudiantado, sino que incluso acordando de palabra con estas reivindicaciones que quebraban con el sistema educativo y también con los problemas que se mantenían a nivel nacional en la educación, los organismos como la CONFECH y las federaciones, han pactado con los gobiernos universitarios y nacionales sin que estos satisficiera las necesidades y demandas del estudiantado en su totalidad.

Si bien, para estos partidos y corrientes políticas, la beca de gratuidad es una enorme victoria, para Chile, es solo más migajas, en especial si pensamos que en 2012 la lucha por la educación gratuita era de masas y que las fuerzas de esta lucha desequilibraron el régimen político en ese tiempo dirigido por el gobierno de Sebastián Piñera, con estas migajas lograron pasivizar parcialmente el movimiento y la autoorganización estudiantil y popular. Las burocracias han jugado un rol clave en la pasivación y el debilitamiento del movimiento estudiantil

Así, los partidos de la burocracia reformista y socialdemócrata, que se jactaban de sus “victoria” expresadas en reformas parciales, mantuvieron sus dirigencias en los organismos estudiantiles por ya 10 años desde entonces, educando con sus prácticas gremiales y burocráticas con las que administraban los centros de estudiantes y federaciones y que menospreciaban a las bases estudiantiles y sus métodos de autoorganización que, en su momento, sobrepasan a las mismas dirigencias, como con la experiencia reciente de movilización y organización obrero estudiantil en el campus Juan Gómez Millas de la universidad de Chile

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Hipótesis actual y el estado del ME en la USACH

La USACH no ha sido una excepción en estos aspectos, la misma también ha sido dirigida por partidos del Frente Amplio y por las juventudes comunistas. Sin embargo, en la actualidad la hipótesis es diferente, las direcciones partidarias del FA y PC han sido desprestigiadas a lo largo de estos años por sus métodos y estrategia dentro del movimiento estudiantil y a pesar de ahora ser gobierno, la desconfianza en el frente amplio cada vez más moderado y en clara defensa de la salida institucional que sigue lógicas similares, pero aún más a derecha, que en su periodo más fuerte en el ME. Sumando la desconfianza general en los partidos del régimen, se ha llegado a que cada vez los puestos de dirección de los organismos estudiantiles, sean llenados por gente independiente que no pertenecen a partidos políticos ni corrientes políticas definidas.

Así, las últimas federaciones estudiantiles en la universidad de Santiago de Chile, durante la pandemia y hasta ahora, y también los organismos de organización estudiantil de otras universidades y establecimientos de educación secundaria, han estado dirigidas por gente “independiente”, como la ex presidenta de la FEUSACH Noemí Quintana, ex vocera del CONFECH y también los actuales miembros de FEUSACH bajo la presidencia de Fabian Tapia, quienes llevan trabajando juntos desde el 2020 y que sin militancia política replican y mantienen los métodos y estrategia reformista y burocrática de las direcciones pasadas, al haber sido educados por las mismas.

Por lo mismo, no se cambia el hecho de que las nuevas direcciones sean de los principales abanderados de la salida institucional, el apruebo a la nueva constitución, y que estos se plieguen al programa educacional del gobierno de apruebo dignidad o de que devalúen los métodos de organización en asambleas y de democracia directa tan característicos de la organización estudiantil. Esto se da, en un contexto de pasivación de la movilización y los cuestionamientos al régimen en Chile, gracias a la restauración post estallido con la salida institucional y el gobierno reformista, más la ofensiva de la derecha.

A pesar de esta pasivación, el movimiento estudiantil sigue siendo una vanguardia política que cuestiona y analiza estos procesos, además de organizarse por sus necesidades como el aumento de la BAES o por mejoras a las condiciones de trabajo de los funcionarios y de la infraestructura de sus universidades y liceos.

Esta similitud a los métodos de dirigencias del frente amplio es marcada por ejemplo, cuando la CONFECH se sienta a negociar con el gobierno de Gabriel Boric la demanda por aumento de la beca de alimentación BAES mientras en las calles reprimían, balearon a un secundario y tomaron detenidos mientras Noemí Quintana apareció en una conferencia de prensa con el gobierno anunciando el mísero aumento acordado de menos de 5000 pesos y justificaba el actuar policial al no condenar el ataque a un compañero.

Es verdad que durante la jornada en que se realizó la movilización por el aumento de esta beca se presentó un sector del estudiantado a nivel nacional en la forma de miles de estudiantes en la calle, pero lo hizo de forma desarticulada, ante esto la dirección del confech aprovecha para sentarse con el gobierno. Pero es injustificable la negociación y el acuerdo por una medida insuficiente y específica, aún en desprecio de la exigencia del grupo amplio que se movilizaba en ese momento por el aumento del saldo de esta beca y por otras demandas históricas del ME como la lucha por la educación gratuita y la condonación al CAE, por una educación sexual integral para terminar con el machismo en los liceos y universidades o demandas coyunturales como la libertad a los presxs políticos, que eran gritadas fuertemente durante la jornada de movilización.

Vimos a la burocracia de la USACH sentarse con el gobierno como la hemos visto sentarse con rectoría y prorrectoría de nuestra universidad. Lo que no vimos (por que no pasó) fue a la FEUSACH y a la CONFECH, llamando a discutir en asambleas el monto necesario de aumento del saldo de la beca para suplir las necesidades de los estudiantes, ni el método que se utilizaría para conseguir esta demanda, esto lo discutieron ellxs separados de las bases y luego se sentaron a negociar, y siguieron haciéndolo con otras necesidades coyunturales como la de seguridad ante el acoso en Santiago centro. El que las direcciones, aun independientes no llamaran a las bases a discutir políticamente que hacer, el que no se pronunciaran sobre los fenómenos de movilización en la universidad de Chile y en secundarios, aun teniendo necesidades similares dentro de la mayoría de establecimientos educativos y que expresan la grave crisis que aún persiste en la educación pública, es factor importante en que se mantenga el estado de desarticulación del movimiento estudiantil. O sea que estas direcciones están jugando el mismo rol que las burocracias del frente amplio y el PC han jugado durante la última década.

Si nos centramos en la universidad, la cosa no cambia mucho, sea que esté Noemí a la Cabeza, Fabian o el frente amplio y con una desarticulación política evidente en la USACH, la federación, a pesar de planteárselo como parte de sus objetivos, no le ha hecho contra peso al nivel de desorganización que hay. Esto pasa justamente por que han mantenido las prácticas fundamentales de la burocracia reformista que ha dirigido al movimiento estudiantil, porque no llevan adelante cuestionamientos críticos a la educación de mercado o al modelo neoliberal y no toman las necesidades internas de la universidad para armar una gran movilización para mejorar la infraestructura, por un protocolo de salud mental integral y acorde a las necesidades del estudiantado, por mejoras en las condiciones laborales de los funcionarios y por un cogobierno triestamental universitario que permita a les estudiantes, funcionarios y académicos dirigir el propio destino de la universidad. Al contrario, el paro reflexivo de un día al que convocaron, el petitorio que escribieron, la mesa de trabajo que conformaron, fue todo simbólico.

Si bien la FEUSACH tomó varias de estas demandas en un petitorio unificado que armaron ellos mismos, luego del día de paro reflexivo en el que no convocaron a casi nadie de la base, fueron ellos mismos quienes se pusieron a negociar este petitorio con la rectoría intransigente de Zolezzi, que además atacaba a los estudiantes para impedir la autoorganización y que ahora tanto esa FEUSACH, como Zolezzi dejaron sus cargo. Es decir, que el petitorio queda en nada y el nuevo rector no tiene ninguno de los puntos del petitorio en su programa para la universidad, que además esta lleno de generalidades.

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El que estas direcciones se plieguen al apruebo de la nueva constitución, bajo el mismo discurso del presidente de “aprobar para reformar” y en que su rol político bajo este periodo transicional por el que pasa Chile sea meramente informativo, antes que deliberativo, es la máxima expresión de la herencia del neo reformismo con el que educó el FA en su periodo de dirigencias estudiantiles.

Perspectivas de rearme en la universidad

Lxs estudiantes y corrientes políticas al interior de la universidad, debemos fortalecer la deliberación política en asambleas al interior de nuestro establecimiento, buscando la unidad entre las distintas carreras, facultades y estamentos, para promover el cuestionamiento profundo a la institucionalidad universitaria, educacional y estatal, en pro de una mejor educación y condiciones de trabajo y docencia.

Esto se puede lograr peleando por que la universidad se organice y administre de forma triestamental y sin autoridades unipersonales como es la figura del rector y permitiendo la incidencia de todos los integrantes de la comunidad universitaria sobre las políticas que lleva adelante la universidad e incluso en las políticas educacionales del país, además de poder hacerlos partícipes e impulsores de los movimientos sociales como es el movimiento obrero y el ambiental e incluso lograr algunas de las perspectivas de ciudad universitaria que propone la nueva rectoría en su programa, que lamentablemente tiene todas las trabas de la institucionalidad y su reglamentación.

Es necesario que el movimiento estudiantil lleve una política independiente a la del gobierno de apruebo dignidad y que no baje los brazos ante el gobierno y sus partidos que mantiene los pilares fundamentales de la educación de Pinochet.

Es necesario que la base organizada dispute los cargos de dirección en los organismos estudiantiles a la burocracia, permitiéndole al movimiento estudiantil unificarse en sus distintos sectores como universitarios y secundarios, para tener una política independiente a la del gobierno y el reformismo. Manteniendo así el legado del movimiento estudiantil chileno que llevó adelante un cuestionamiento al sistema que llegó a bocas de masas gracias a la revulsividad y organización de lxs estudiantes secundarios y universitarios y su inserción en la diversidad de sectores sociales.

Debemos exigir a la FEUSACH un alto a las decisiones por arriba y que se llame a asambleas de facultad, con una pauta de discusión sobre los debates fundamentales al régimen y la salida institucional que busca su restauración, que tenga también entre sus puntos claves la lucha contra la precarización laboral en la universidad, que ya vimos cómo pega a lxs funcionarios y donde podemos tomar el ejemplo reciente de la Universidad de Chile.