Apple, la empresa fundada por Steve Jobs, se convirtió el pasado 2 de agosto, en la primera empresa norteamericana en superar el valor de 1 billón de dólares.
Leonardo Vázquez @Leo_Vazquez2000
Sábado 4 de agosto de 2018
Seguidas por Amazon, Google(Alphabet), Microsoft y Facebook, Apple se convirtió en la primer empresa norteamericana en superar el valor de 1 billón de dolares en la bolsa. La primera a nivel internacional había sido PetroChina que ya había alcanzado esa capitalización en la Bolsa de Shanghai en 2007, para desplomarse rápidamente estando hoy a una cuarta parte de ese valor.
Los productos de Apple son vistos como maravillas surgidas casi mágicamente que son también un símbolo de estatus. Se supone, que debemos agradecer todos estos productos que muchos desean tener pero pocos pueden comprar. Steve Jobs, fallecido en 2011, es visto como un empresario visionario e innovador, un artista de la tecnología que, se supone, ha revolucionado nuestras vidas. Pero... ¿es así?
El aumento de las capacidades de las computadoras ha convertido a la industria informática en distintas ramas de la economía que no existían previamente, con nuevas y múltiples aplicaciones. Este fenómeno de los últimos años, todavía tiene muchas transformaciones por desarrollar, a partir de la creciente masividad de Internet y de todo tipo de dispositivos digitales interconectados, estos cambios vienen teniendo alto impacto en el mundo de las comunicaciones. Este nuevo sector también es un nicho de ganancias extraordinarias para los capitalistas que explotan esta industria y de conflictos con sectores de la economía cuyos intereses se ven afectados. Al ser un sector de la economía sin existencia previa y en constante transformación, es lógico e inevitable que permanentemente se generen gran cantidad de nuevos desarrollos e innovaciones.
Para apropiarse por más tiempo de la ganancia extraordinaria que se genera con cada innovación, gran parte de las principales empresas patentan sus “creaciones”, intentando controlar la difusión de las mismas, cuestión que termina actuando como freno para otros nuevos potenciales desarrollos [1].
Este es el contexto en el que surgen "empresarios innovadores" como Jobs, que son presentados como personas que hacen grandes "aportes a la humanidad".
Sin embargo, lo que caracterizó a Steve Jobs no es tanto su contribución al desarrollo tecnológico en pos del bienestar de la sociedad sino, por el contrario, la apropiación de ganancias basada en el mecanismo de defensa de patentes que, mediante un ejército de abogados, defiende con uñas y dientes hasta la más pequeña e insólita de sus ideas intentando frenar la difusión de dicha innovación y actuando como mecanismo retractivo del desarrollo tecnológico.
Esta sed de ganancias es lo que guía la “innovación” en el capitalismo, generando necesidades muchas veces superfluas con el objetivo de vender a toda costa, en lugar de satisfacer el conjunto de las necesidades sociales. Por otra parte, este esquema de competencia capitalista genera constantemente una guerra de estándares, formatos y dependencias tecnológicas que provocan también importantes retrasos en los desarrollos. Esta es otra de las "obsesiones" de Apple, la empresa fundada por Steve Jobs.
Por todo esto Steve Jobs es fuertemente criticado por grupos defensores de la libertad de información, en contra de las patentes y la propiedad intelectual [2].
Estos sectores critican con justa razón el fuerte lobby de sectores capitalistas que, mediante leyes "antipiratería", constantemente buscan defender sus negocios [3].
El verdadero secreto de Apple
Pareciera que las riquezas generadas por Apple y sus productos como el IPhone brotaran mágicamente de la mente de Steve Jobs. Es así que tras la muerte del fundador de Apple, los grandes medios se ocuparon de esconder cuál es el secreto de la riqueza generada por Jobs. ¿Qué se esconde detrás de las últimas innovaciones tecnológicas? ¿De dónde surgen las "maravillas" patentadas por Jobs?
Gran parte de estos productos se fabrican en China, en una empresa llamada Foxconn. Dicha empresa tiene plantas en localidades como Shenzhen y Zhengzhou (llamada iPhone City), que emplean a cientos de miles de trabajadores en verdaderas ciudades obreras y se encargan de fabricar teléfonos móviles para Apple y otras compañías de primera línea.
Estas fábricas son conocidas por las cantidades de suicidios y las condiciones de superexplotación de sus empleados, muchas de ellas mujeres. Las trabajadoras y trabajadores, en su mayoría provenientes de poblaciones rurales, trabajan hasta 12 horas al día, seis días a la semana.
Ante la ola de sucidios que salió a la luz durante 2010 y 2011, Steve Jobs declaraba en una conferencia de prensa realizada en Estados Unidos que "Foxconn no es una fábrica donde se explota a los obreros". La empresa por su parte declaraba: "queremos que cada empleado esté feliz trabajando aquí (...) Hemos llevado a cabo un gran trabajo, tenemos 70 psiquiatras para prevenir suicidios". La compañía obligó a los trabajadores a firmar acuerdos declarando que no se van a suicidar (para evitar pagar a sus familiares) y se han instalado redes alrededor del edificio para amortiguar la caída en futuras tentativas. Después de esto Apple decidió abrir otra de sus fábricas en Zhengzhou donde hoy se fabrican la mitad de los iPhones del mundo.
De esta manera el capitalismo desarrolla lo más avanzado de la tecnología. Generando productos que cada vez más desean tener, pero menos pueden comprar, mientras hunde a millones en la miseria. El reparto de las horas de trabajo, liberando a millones de trabajadores de extensas jornadas en condiciones infrahumanas, dedicando tiempo al ocio y la investigación, permitiría liberar un potencial creativo enorme. Pero para eso es necesario abolir este sistema decadente y construir una organización que se lo proponga.
[1] Estas patentes, en general son propiedad de los grandes monopolios y no de los trabajadores o científicos trabajan a sueldo para el capital. El caso de Steve Jobs, como de otros empresarios "innovadores" como Bill Gates o Mark Zuckerberg, es utilizado para mostrar como se puede llegar a ser rico empezando con muy poco. Sin embargo, esto sólo es posible al existir una rama completamente nueva de la economía sin existencia previa que rápidamente tiende al monopolio u oligopolio bloqueando la competencia de nuevos capitalistas. Intente en su casa competir con la Ford desde un taller mecánico, por ejemplo.
[2] Richard Stallman, considerado el padre del software libre declaró sobre la muerte de Steve Jobs “no me alegra que esté muerto, pero me alegra que se haya ido”.
[3] Hay que mencionar también a empresas como Google, que fomentan el código abierto porque sus ganancias y su apuesta capitalista no proviene de la venta de estos "productos" sino de la publicidad en Internet, tendencia que viene creciendo a medida que cada vez más la web gana terreno como medio de comunicación masivo (de forma similar a como obtiene ingresos la televisión).