Las producciones cinematográficas después los bombardeos atómicos produjeron superhéroes, aludiendo radiaciones y mutaciones, pero silenció la más grande masacre nuclear de la historia.
Martes 9 de agosto de 2016
Hiroshima y Nagasaki, las dos ciudades afectadas por la bomba atómica, son una de las expresiones más cruentas del capitalismo y de la “democracia” imperialista, ninguna acción de guerra ha provocado jamás tantas víctimas de una manera tan rápida.
Te puede interesar: Hiroshima y Nagasaki: el mayor crimen de la “democracia” imperialista
Los supervivientes, los testimonios gráficos del momento, las evidencias materiales de la destrucción hablan de la desaparición de referencias culturales, sin embargo, llama la atención la carencia de películas que tienen como tema el ataque nuclear, ya que existe abundante filmografía sobre cualquier otro aspecto de la Segunda Guerra Mundial.
Cabe destacar que el país autor de este crimen –Estados Unidos–, es el mismo que ostenta la supremacía económica y política del mundo y la más poderosa industria cinematográfica.
El potente instrumento de propaganda e información que es el cine, sólo ha dado oportunidad para algunas películas que se han atrevido a relatar este hecho, todas las producciones están por fuera de la industria hollywoodense.
Algunas de ellas, han conseguido trascender el cordón que los grandes monopolios de la distribución cinematográfica, ya que mostraron el rol del imperialismo norteamericano como perpetradores del mayor crimen de guerra en la historia.
Los filmes Hiroshima mon amour, de Alain Resnais; Lluvia negra de Shohei Imamura, y Rapsodia en agosto de Akira Kurosawa , son obras esenciales de testimonio social y de denuncia. Cada una de ellas ofrece una perspectiva distinta sobre los ataques del 6 y del 9 de agosto de 1945, pero todas con un objetivo común: luchar contra el silencio y el olvido.
Creación de superhéroes después de la Bomba atómica
El clima de temor con respecto a la radiación y las mutaciones entraron en el imaginario colectivo. En Los Estados Unidos de América, en los tiempos de la Guerra Fría, la radiación producía en la ficción superhéroes como el Increíble Hulk, un científico expuesto accidentalmente a rayos gamma durante un ensayo, o Spiderman, mordido por una araña radioactiva (ambos personajes creados en 1962).
Fantastic Four ("Los cuatro fantásticos", creados en 1961) mostraron la exposición a una tormenta de rayos cósmicos cuando participaban en una misión que tenía por objetivo derrotar a los rusos en la carrera espacial, mientras que X-Men (1963) celebra el concepto de la mutación como una especie de movimiento de “liberación juvenil.”
Película sobre el futuro distópico
Durante los años 70s y 80
s, el optimismo de los 50 se había evaporado. Autores como H. G. Wells en su libro y la película Things to Come ("Lo que vendrá" o "La vida futura") establecieron formas de estética futurista. Mientras otros se centraron en la supervivencia, como en "Mad Max".
Sin embargo, el miedo de producir un “accidente nuclear” seguía latente y fue plasmado en el thriller post-Watergate "The China Syndrome" ("El síndrome de China", 1979), estrenada 12 días antes del “accidente” de Three Mile Island, en Estados Unidos y con el alejamiento entre la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) y la Organización del Tratado del Atlántico de Norte (OTAN), surgían películas como When The Wind Blows ("Cuando el viento sopla") que trataba de una pareja de ancianos que pierden sus dientes y cabello tras el lanzamiento de la bomba atómica.
Otro ejemplo es el video musical “Atomic” de Blondie en 1979, donde mostraba un mundo de mutantes irradiados que bailaban tras una guerra nuclear.
Otro aniversario del crimen de guerra
Los crímenes cometidos por las potencias capitalistas en la Segunda Guerra Mundial, demostraron que son capaces de cometer las peores atrocidades para defender sus intereses y demostrar su fuerza hegemónica e imponer su democracia “atómica” basadas en millones de asesinatos.