El martes 7 de junio se realizaron elecciones y se reafirmó el clasismo. La Izquierda Diario entrevistó a Damián Peñiñori, quien fue reelecto delegado de base.
Viernes 10 de junio de 2016
¿En qué marco se dieron estas elecciones en Papelera Sanovo?
Bueno mirá, Sanovo junto con Molarsa, son las empresas papeleras más grandes que hay en la región y pertenecen al mismo grupo multinacional. Es una fábrica en donde dirige la misma conducción hace muchísimos años, sin hacer asambleas y con arreglos a espaldas de los trabajadores. Desde que fui elegido delegado en las elecciones pasadas, empezamos a plantear que los trabajadores debemos decidir en asambleas democráticamente las cosas, es así que las empezamos a impulsar, primero en el turno que yo estaba y luego yendo a otros turnos ya que el resto de los delegados y el sindicato dicen abiertamente que ellos no hacen asambleas ni las van a hacer nunca. Hemos propuesto también que se realicen reuniones de Comisión Interna abiertas a todos los compañero que quieran participar, que a las reuniones con la empresa puedan asistir veedores elegidos por los compañeros para un mayor control y transparencia. Todas estas propuestas fueron rechazadas por el Sindicato Papelero y el resto de los delegados. También empezamos a plantear la necesidad de la unidad con el resto de los trabajadores, y en particular con los compañeros de Molarsa y su comisión interna. En el 2014 armamos la lista Marrón con compañeros de ambas fábricas para enfrentar a esta burocracia y logramos, a pesar de las miles de maniobras que nos hicieron, llegar al 40% de los votos. De esta manera nuevos compañeros empezaron a tomar en sus manos las ideas de no arrodillarse ante la empresa y la necesidad de discutir en asambleas los temas que verdaderamente nos interesa a los trabajadores como lo son la inflación, el ajuste brutal del gobierno y los despidos.
Esta campaña fue distinta ya que nosotros apoyamos abiertamente la lucha de los compañeros de Molarsa por la reincorporación de Maxi Poblete y planteamos que debemos realizar acciones concretas de solidaridad ya que el plan de la empresa es avanzar, como lo están haciendo todas las patronales en el país, sobre nuestras conquistas. Sabemos que la multinacional construyó una fábrica en otra provincia para abaratar costos y rumorean la reducción a tres turnos, lo que implicaría suspensiones o despidos. Mientras los compañeros de Molarsa no podían lograr una reunión con el gerente de la empresa, llamativamente el sindicato y el resto de los delegados de Sanovo, dejándome afuera a mi, se reúnen a escondidas y sacan la actualización de un ítem al valor de la hora de convenio para todos los trabajadores de Sanovo, a una semana de las elecciones. Esta maniobra fue vista claramente por muchos como un intento de frenar la simpatía por el conflicto de Molarsa que existe entre los compañeros y la legitimación de delgados que nunca consultan nada con la base o directamente no van a trabajar.
Por todas estas cosas la patronal, a través de jefes de turno, y miembros del sindicato hicieron una campaña fuerte contra mi, diciendo que “no había que votar al zurdo”, que “van a echar a los que están con él” y cosas por el estilo para meter miedo. Como dijo un compañero “una verdadera campaña del miedo” contra nosotros. También jugaron con algo que es conocido por la totalidad de mis compañeros, que es mi pertenencia como trabajador militante del PTS y de haber sido candidato en las últimas elecciones en las listas del Frente de Izquierda junto a Nicolás Del Caño, Myriam Bregman y Raul Godoy. A pesar de todo ello, quedamos terceros a dos votos del segundo, demostrando así, que los compañeros no comen vidrio y que realmente los trabajadores estamos cansados que nos vivan usando para que se enriquezcan a costa de nuestro trabajo, tanto empresarios como sindicalistas; mientra a nosotros nuestros salarios cada vez nos alcanza menos para pagar el alquiler, los impuestos y los alimentos que suben semana a semana.
Para cerrar, ¿cómo piensan seguir?
Desde ya que seguiremos pregonando y llevando a la practica la idea de asambleas para decidir entre todos. Pero en estos tiempos que corren, con el ajuste brutal del gobierno de Macri en donde los empresarios están envalentonados y hasta incluso ahora quieren restringir derechos, como lo hizo la Corte Suprema de Justicia, limitando el derecho a huelga solo a los sindicatos, que justamente son los que nunca llaman o preparan medidas de lucha para enfrentar el ataque al salario y nuestras condiciones de vida, queremos empezar a plantear que el sindicato llame a asamblea general porque el mísero 20% que arreglaron en paritarias ya no alcanza para nada, además de impulsar la solidaridad con la lucha por la reincorporación de Maxi y por la unidad del conjunto de la clase trabajadora para ponerle un freno a todas las medidas de ajuste, insistiendo que la salida es un paro nacional con un plan de lucha serio y que los dirigentes rompan la tregua que tienen con el gobierno; porque la bronca está pero hay que organizarla.