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Red Internacional
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Política. El tablero político hacia la elección del 11 de abril

En este contexto no es tanto el resultado electoral , sino el desagregado de la votación que obtenga cada lista, lo que tiene más preocupados a los partidos políticos cuyo drama transcurre en un carril diferente a la elección constituyente.

Martes 23 de marzo de 2021

Si la pandemia no dice lo contrario, y todo parece indicar que pese al alza de contagios los partidos políticos mantendrán la fecha de los comicios, entramos esta semana en la recta final de la campaña electoral.

La proximidad de las elecciones, sin embargo, no parece traer consigo muchas sorpresas que den un giro dramático al escenario político configurado tras el plebiscito de octubre del año pasado. Todo parece indicar, que ninguna fuerza política obtendrá resultados electorales que les permita imponer su programa en la Convención Constituyente.

En este contexto no es tanto el resultado electoral , sino el desagregado de la votación que obtenga cada lista, lo que tiene más preocupados a los partidos políticos cuyo drama transcurre en un carril diferente a la elección constituyente.

Desde que el plebiscito estuvo fijado en el calendario, la discusión política giró inmediatamente en torno a la proyección presidencial del escenario post-18 de octubre. El proceso constitucional se presidencializó en la medida que los partidos de la transición, con el apoyo del Frente Amplio, diseñaron un proceso constituyente destinado a ser completamente intrascendente e incapaz de afectar sustancialmente la estructura económica y política del país.

Las propuestas hacia la nueva constitución se convirtieron en los eslóganes de los potenciales candidatos al sillón presidencial. El proceso constituyente se enmarcó como un hito más del calendario electoral 2021, relegado al rol termómetro de la fuerza con la que cuenta cada partido para enfrentar el desafío presidencial.

La centro izquierda, bastante venida a menos por su intrascendencia en las últimas encuestas, encabeza los titulares políticos por el drama político que protagonizan los aspirantes al sillón presidencial.

La candidata designada por Bachelet, Paula Narváez (PS), ha sido incapaz de concitar los apoyos necesarios para consolidar su nominación. El objetivo de subordinar a la DC en el juego de poder al interior de la vieja concertación se a venido cuesta arriba.

La baja convocatoria de Narváez no le permite sumar al PPD en su apuesta por encabezar a la centroizquierda para ganar, pe la primaria a la DC. Heraldo Muñoz, competidor de Narváez , se aventura a toda clase de maniobras y jugarretas para dificultarle el camino a la socialista. Se resigna a desaparecer sin pena ni gloria, pese a que su campaña no produce ni rechazo, dado lo irrelevante que se ha convertido su propuesta política.

La irrupción de Boric volvió a revolver las aguas del sector. Jadue continua encabezando las encuestas, con Pamela Jiles pisándole los talones, seguidos de cerca por los candidatos de la derecha. EL votante de izquierda, crítico e incluso de centro izquierda parece preferir las opciones "outsiders" antes que los partidos de la vieja concertación.

Ante la incógnita aún de como se comportaran los electores, el Frente Amplio aparece como un puente natural entre el mundo concertacionista , la izquierda y el votante crítico (una masa aún difusa) que surgió con la rebelión.

Boric emprende una aventura sin ser dueño de si mismo ni de su candidatura. Jadue pretende usar a Boric para asustar aún más al PS y forzarlo a una alianza sin la DC, o reducir a la DC a la impotencia, formando una nueva alianza de retorica izquierdista pero con políticas neoliberales progresistas.

Narváez pretende usar a Boric, elogiándolo en la prensa, para restarle espacio a Jadue y disciplinar al PC, para ganar por izquierda la fuerza que necesita para enfrentar al centro. La operación para Narváez es más riesgosa. Corre el riesgo que Boric termine por cumplir el papel de ser un candidato de centro izquierda más competitivo que ella, y ahí es donde de seguro residen las ambiciones del abanderado frenteamplista.

El desenlace de este reality no se conocerá hasta noviembre del 2021, mientras que el coro de constituyentes, concejales, alcaldes y gobernadores deberán contentarse con ser actores secundarios en una teleserie en la cual solo serán parte de la estadística que permita determinar la fuerza con que cada partido contará para la batalla presidencial.

Toda esta intriga palaciega se desarrolla , sin embargo, mientras la pandemia cobra cientos de vidas a diario, la pobreza se sigue expandiendo entre la población. Ni el alza del cobre o las recuperaciones de las principales empresas, afecta en lo más mínimo las condiciones de vida del pueblo trabajador. Mientras buscamos sobrevivir entre la miseria, nos quieren reducir a ser meros espectadores impotentes de un drama que transcurre sin que podamos alterarlo en lo más mínimo.

Por lo mismo debemos dejar de limitarnos en pensar como mover las fichas y prepararnos para dar vuelta este tablero, una vez que concluya la jornada electoral del 11 de abril.


Ιωαχειν

Editor y columnista de la Izquierda Diario

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