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Red Internacional
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OPINIÓN. El tablero político tucumano, entre los tarifazos y el regreso al FMI

Cano y sus aliados vuelven a defender una medida antipopular. El peronismo esboza una retórica opositora pero sin cuestionar el lucro capitalista. La izquierda propone un programa para una salida obrera a la crisis.

Maximiliano Olivera @maxiolivera77

Martes 15 de mayo de 2018

Mucho se ha escrito en las últimas semanas en torno a la crisis del plan económico de Cambiemos. El golpe al gradualismo, incubado por una sumatoria de elementos externos e internos, se cristalizó en el “mensaje de los mercados” a través de una corrida bancaria para devaluar el peso y terminó con un llamado al Fondo Monetario Internacional (FMI). En estos días vertiginosos que conmovieron al gradualismo se combinaron con un descontento político creciente con el gobierno de Macri y también tuvieron, como era de esperarse, un correlato en los movimientos del tablero político tucumano.

Como una postal de los peores días del macrismo, del rostro adusto de José Cano salía el estudiado speech cambiemita para justificar los tarifazos. Esta justificación antipopular, que ayuda a su ya desgastada imagen, venía incluída de una amenaza: si el Congreso aprobaba un freno a las tarifas, se frenaban las obras en las provincias. Una afirmación irónica si se tiene en cuenta que parte del desgaste de Cano viene del fracaso del Plan Belgrano, con escasez de obras.

A la defensa de Cano en la sesión de Diputados del miércoles se sumaron Beatriz Ávila y Facundo Garretón. La férrea defensa de la suba de tarifas que realizó la diputada deja poco espacio para el perfil autónomo que pretendía mostrar su esposo, el intendente Germán Alfaro. El peso de defender medidas antipopulares como la reforma previsional o el tarifazo se combinan con una disputa interna por el liderazgo de la coalición a nivel local. Un combo que los ubica entre el desgaste y la falta de iniciativa.

Para el peronismo circundante a la gobernación de Juan Manzur fue creciente la ambivalencia opositora en la que suele moverse desde diciembre de 2015. En Diputados, hubo una votación unificada del peronismo tucumano —incluyendo a oficialistas como Pablo Yedlin y Gladys Medina, “independientes” como José Orellana y kirchneristas como Marcelo Santillán— para retrotraer el aumento de las tarifas. Algunos, quizás entusiasmados por los discursos encendidos de quienes vienen de aprobar el saqueo a los jubilados, se ilusionan con esta unidad, dispuestos a dejar atrás los años de votaciones a favor del macrismo.

Pero en esta semana la confluencia también se dio en torno a los silencios. La propuesta realizada por el diputado del PTS-FIT Nicolás del Caño para rechazar el acuerdo con el FMI fue desestimada por el voto negativo que aportó el peronismo en sus variantes. Los tucumanos votaron distinto pero parecido. Yedlin, Medina, Orellana, Alicia Soraire y Teresita Villavicencio (esta última integrante del bloque de Martín Losteau) se abstuvieron; Santillán estaba ausente; Cano, Ávila y Garretón votaron en contra. Este silencio ante la antesala de un nuevo saqueo que se está gestando es sugestivo a la luz del día después, con la visita de Manzur a la Casa Rosada.

Buscando respaldo político tras anunciar las negociaciones con el FMI, Macri convocó a un grupo de gobernadores peronistas. La comitiva de mandatarios de la que participó Manzur fue central para la gobernabilidad de Cambiemos, apoyando en votaciones centrales o directamente aplicando las políticas de ajuste. El mandatario tucumano evitó posicionarse en torno al FMI y aunque aseguró que él “no será el gobernador del ajuste” señaló que tiene “hecho los deberes” por si hay una revisión por parte del Fondo. Como incógnita también queda la posición que asumirán los senadores José Alperovich y Beatriz Mirkin cuando el proyecto contra los tarifazos se vote en el Senado y si serán parte del bloque de parlamentarios que le prometen “responsabilidad” a Macri.

En el laconismo de Manzur puede inferirse un reforzamiento de la ambivalencia entre un discurso opositor a medida de las necesidades electorales y un acompañamiento a las grandes medidas propuestas por el macrismo y exigidas por los sectores de la gran burguesía. Se trata, con cintura política, de ser parte de esa “oposición de diseño” que no niega sus pretensiones electorales pero que tampoco se sale del libreto de lo que demanda el “círculo rojo”. Acuerdo con los holdouts, blanqueo de capitales, pacto fiscal y reforma previsional, entre otras, fueron las grandes medidas de ajuste en donde Manzur y el peronismo aportaron lo suyo.

Además, Manzur no es ajeno a la aplicación de los tarifazos, como se puede ver en el papel jugado por el Ersept, quien autoriza los aumentos a Edet y la SAT. ”Entonces, la empresa (en referencia a Edet) está perdiendo dinero”, decía sobre los aumentos en la electricidad de principios de año el vocal del organismo, aunque parecía vocero de la empresa. Además, el Estado provincial le dio la concesión a Edet para la distribución de la energía eléctrica hasta 2088. Otro tanto se ve en los aumentos en el agua, en medio de una disputa por la caja de la SAT y un servicio harto deficiente.

En el transporte público se ven puntos de contactos en los tarifazos votados por todos los bloques del Concejo Deliberante y autorizados por el intendente Alfaro en la capital, y el traslado de esos porcentajes a las tarifas interurbanas por parte del gobierno provincial. Este martes, por iniciativa del gobierno provincial, la Legislatura sancionará una “emergencia en transporte” para autorizar un subsidio de hasta $20 millones por mes durante dos años, con posibilidad de prórroga, para la asociación de empresarios del transporte. En los primeros cuatro meses de 2018, el pequeño grupo de empresarios del transporte recibió más de $478 millones en subsidios. Durante 2017, los subsidios ascendieron a más de $1032 millones.

Es aquí, en la defensa del lucro capitalista con los servicios, es en donde se unen por el vértice oficialismo y oposición. Salvo el Frente de Izquierda, ningún bloque político planteó una verdadera salida de fondo a los tarifazos. El planteo de la anulación de los tarifazos llevado al Congreso por el PTS-FIT incluye un programa con el que se puede dar una respuesta obrera.

Ante un desmembramiento del sistema energético en función de ganancias privadas, es necesaria la estatización del sistema energético nacional, en todas las etapas productivas (desde la extracción de los recursos, la generación eléctrica, el transporte y la distribución). Este sistema energético nacional tiene que estar bajo gestión y control de los trabajadores y técnicos, con la perspectiva que todo el pueblo trabajador pueda acceder a tarifas bajas, en una ruta hacia el abaratamiento permanente de los costos energéticos en base al desarrollo productivo. Además es fundamental una auditoría en la que se abran los libros contables de las empresas que recibieron un festival de subsidios pero son las responsables del vaciamiento energético.

En el escenario actual también es fundamental plantear un rechazo a cualquier acuerdo con el FMI, donde las condiciones que se impongan siempre serán en contra del pueblo trabajador. Al contrario de sectores políticos como el kirchnerismo que reivindican haber sido “pagadores seriales” (pagaron U$S 200 mil millones), señalamos el carácter fraudulento y usurario de la deuda externa —desde la dictadura hasta hoy se pagaron U$S 546,3 mil millones pero la deuda pública siempre creció y hoy es U$S 320 mil millones— y planteamos su no pago.

Ante las corridas cambiarias y fuga de capitales es necesario nacionalizar la banca y crear un banco estatal único, junto al monopolio estatal del comercio exterior para evitar que un puñado de grandes exportadores presione para una mayor devaluación. Estas medidas elementales deben ser parte de un plan económico dirigido por los trabajadores para que la economía esté puesta al interés de las grandes mayorías y no para sostener el lucro y las ganancias de unos pocos. Es la única manera en que realmente se pueda dar una salida obrera para que a la crisis la paguen quienes la generaron. Las medidas aisladas no van a frenar ningún plan de ajuste, por eso también exigimos a las centrales sindicales un plan de lucha y un paro activo. Con este programa alternativo a los tarifazos y al acuerdo con el FMI, desde el PTS-FIT estamos realizando una campaña en los lugares de trabajo y estudio para organizar la respuesta obrera y popular a los grandes ataques que preparan los capitalistas y sus partidos.