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Red Internacional
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Deuda Chubut. El talón de Aquiles del país semi-colonial

Hay un trasfondo general que condiciona la actual situación provincial y que explica la crisis de los últimos años que no hace sino profundizarse, la deuda. Al compás de la cadenciosa melodía electoral, parece no haber “grieta” en torno a la salida megaminera para continuar pagándola.

Miércoles 23 de junio de 2021 01:29

Marcelo García dio a conocer en El Extremo Sur un informe del ministerio de economía provincial respecto al incremento en un 34% de la deuda provincial en el último año. Los ítems que destacan este aumento hasta los actuales $78 337 millones son, en primer lugar, el Bono de Cancelación de Deuda (BOCADE) 2016-2026, un bono que representa el 73% de la deuda, unos $57 668 millones del total, y que fue renegociado a fines del año pasado. Un 20% por ciento de este aumento está representado por la devaluación, al tratarse de una deuda por U$S 650 millones.

En segundo lugar, figura el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial (FFDP) que tuvo un incremento del 136%, hasta alcanzar los actuales $9259 millones, refinanciada hasta octubre de 2023, una fecha sugerente.

El tercer aspecto es la emisión de Letras del Tesoro, el Ministerio de Economía estima que en mayo esa deuda ascendía a $2590 millones, con tasas de intereses cercanas al 40%.

¿Más Deuda?

En total hablamos de un incremento de $20 000 millones en la deuda pública en sólo un año. Sobre este trasfondo, la provincia emitió nueva deuda estas semanas y espera acrecentar la deuda con el FFDP hasta elevarla al 200%. Casualmente los $5000 millones que el ministro Antonena negocia con Nación en este ítem, corresponden al total de una masa salarial provincial.

El actual presupuesto provincial es de $140 000 millones para todo 2021, tomando los datos de la deuda dados a conocer por Antonena, representaría poco más del 50% del mismo. Pero el dato es que hasta 2030, la provincia pagará más de U$S 1000 millones para cancelar la deuda contraída por Mario Das Neves en 2016 con el BOCADE (U$S 616 millones) y el BOPRO (U$S 50 millones), lo que equivale a tres años de regalías petroleras.

Sólo este año la provincia pagará casi U$S 60 millones, en 2022 serán U$S 86 millones y en 2023 ascenderán a U$S 120 millones. Asimismo, hasta mayo del año próximo la provincia tiene comprometidos pagos por $2600 millones en Letras del Tesoro. Como en el caso de la deuda por el FFDP, la parte del león en los pagos comenzará con el próximo gobierno.

La dependencia se profundiza

La provincia, dependiente de las regalías petroleras que explican un 25% del actual presupuesto pero que en un 70% se van al pago a acreedores externos, se encuentra hoy beneficiada por el aumento del precio internacional del barril y la perspectiva es que se sostenga durante el resto del año. Pero Arcioni aprovechó el aumento del precio internacional, luego de un año de caída en picada, para reducir el pago de regalías a las operadoras entre un 5 y un 50% como forma de “estímulo a la producción”. Así, un recurso estratégico que se está agotando, se irá a pagar una deuda ilegal, ilegítima y fraudulenta.

Pero la política de Arcioni no es un rayo en cielo sereno. El ministro de economía Martín Guzmán, acaba de anunciar que pagarán U$S 430 millones al Club de Paris como parte de un acuerdo con el organismo por una deuda que use arrastra desde la dictadura cívico- eclesiástico-militar, mientras se renegocia con el FMI los U$S 45 000 millones que el organismo le regaló a Macri "para hacer campaña". Mientras el FDT denuncia esto último, se compromete a pagar esta deuda con un ajuste feroz contra el pueblo trabajador. Ya recortaron el IFE, ajustaron a jubilados y licuaron el salario obrero a manos de la inflación con paritarias a la baja.

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Desconocer la deuda y estatizar los recursos estratégicos

Resulta evidente que continuar en esta espiral de endeudamiento para pagar más deuda sólo conduce a más padecimientos para el conjunto de los y las trabajadoras. Si el ajuste nacional es reflejo del sometimiento al capital financiero imperialista del gobierno del FDT, lo mismo cabe para Arcioni. Ambos coinciden en la “salida” megaminera para la crisis con el chantaje de la generación de empleos y un discurso de desarrollo productivo asociado a la actividad minera que resulta imposible de comprobar en Santa Cruz, San juan o Catamarca, luego de décadas de saqueo y destrucción.

Asi, la deuda externa como grillete que sujeta al país, condiciona la posibilidad de desarrollar sectores de la economía en función del interés de las amplias masas trabajadoras, y consolida la concentración de la tierra y los recursos en manos de un puñado de capitalistas asociados al capital imperialista con el único objetivo de obtener los dólares para pagar la deuda en base a un esquema sustentado en la exportación primaria.

Pagando deuda con más deuda, el país atraviesa una crisis, agudizada por la pandemia, desde al menos 2014, año en que CFK acordó un pago del 50% más con el Club de París en función de destrabar el acceso del país al mercado financiero internacional para renovar el ciclo de endeudamiento que el propio kirchnerismo anunció haber liquidado. Con Macri, la dependencia no pudo sino profundizarse de manera escandalosa, al punto de duplicar la deuda externa.

Pero asumido Alberto Fernandez, el discurso de investigar la deuda cayó en el olvido. A menos de un mes de asumir el FDT aprobó prorrogar la sesión de soberanía y se comprometió a pagar hasta el último peso de la deuda. El desconocimiento soberano de esta verdadera usura es un prerrequisito para resolver la decadencia y la dramática situación social que atraviesa el país.

Solo el Frente de Izquierda viene levantando la bandera del No pago de la deuda, porque como hemos visto en este año y medio de gobierno peronista, la única manera de afrontar esta deuda ilegitima es a costa del hambre del pueblo trabajador.

Parece no haber grieta en avanzar con el saqueo.

En paralelo, Alberto anunciaba la “apertura al desarrollo minero” de la meseta de Chubut y Mendoza. La sed de dólares del FMI, será pagada con el agua de nuestras provincias, sacrificada en el altar minero del progresismo. Si esto no prosperó fue gracias a la enorme movilización popular que puso un freno a la reforma de la 7722 en Mendoza, y a la zonificación minera de Arcioni.

Durante estos años desde el PTS en el FITU hemos sido parte de las luchas en defensa del agua y contra la megamineria desde nuestras bancas en el congreso y las provincias hemos impulsado la prohibición del fracking y la megaminería, planteando al mismo tiempo al necesidad de avanzar en la reconversión energética en el marco del desastre climático al que nos conduce el capitalismo.

Hoy decimos que es urgente discutir la nacionalización de los hidrocarburos en una empresa estatal bajo control obrero, no solo para evitar que este recurso finito se siga yendo en el oleoducto de la deuda, sino para que esos recursos sean la base de una reconversión de la matriz productiva planificada por y para los y las trabajadoras.

Mientras a ambos lados de la grieta se habla de desarrollo y reactivación económica sin tocar la estructura neoliberal legada del menemismo de precarización, privatizaciones y dependencia, desde el PTS en el FITU decimos que no podemos resignarnos ante el hecho consumado de este saqueo. Porque las expectativas puestas en recuperar lo perdido no pueden ser sacrificadas en el cobarde altar del posibilismo malmenorista.

El gobierno decide pagar la deuda sin realizar ninguna investigación. Las consecuencias de pagar recaen sobre el pueblo trabajador, cada dólar que se destina a la deuda implica menos recursos para salud, educación o jubilaciones. Hay que rechazar el acuerdo con el club de Paris y el FMI y movilizarse por el desconocimiento soberano de la deuda.

Si hay algo que nos ha quedado claro en los ultimmos años es que el PJ en todas sus variantes ha gobernado la provincia en beneficio de los ricos, los grandes empresarios, las petroleras, los terratenientes y el lobby minero. En cuanto a la oposición de Juntos por Cambio, después de cuatro años de gobierno de Macri, es poco creíble que puedan aportar a resolver los problemas estructurales que ayudaron a profundizar endeudando el pais por cien años y hundiendo en la pobreza a millones.

Ante esta grieta impuesta entre el ajuste pasado y el presente, es necesario fortalecer una tercera opción política a nivel nacional que sea expresión de las luchas pero también de la decepción de quienes apostaron a recuperar lo perdido con Macri y hoy ven como el FDT profundiza el ajuste y la decadencia nacional.

Los ganadores de la política de Alberto Fernández continúan siendo los mismos que con Macri. Es hora de poner en agenda las necesidades de la clase trabajadora y la izquierda es garantía de ello, como lo demostró Nicolas del Caño en el Congreso y nuestros legisladores en cada provincia como Andrés Blanco en Neuquén, Alejandro Vilca en Jujuy o Noel Argañaraz en Córdoba. Es impostergable apoyar el llamado a la unidad de la izquierda para fortalecer esa tercera fuerza política que ponga en pie una política desde y al servicio de las amplias mayorías trabajadoras.