Extenuantes jornadas laborales impiden nuestro derecho al arte

Valeria Yañez Actriz Colectivo Artístico Tarea Urgente, gestora cultural Casa Marx Santiago
Sábado 10 de febrero de 2018

Ahora cuando Piñera asegura “tiempos mejores” y la Nueva Mayoria busca dejar todo en orden y cumplir las promesas de su programa de gobierno “Chile de todos”, nos queda un momento de reflexión. ¿Qué desarrollo cultural necesitamos?
Es evidente que el acceso al arte es un problema que a todos nos preocupa, sobre todos a quienes lo realizamos y muchas veces vemos con decepción un espectáculo artístico con poco público, donde las caras muchas veces se repiten.
Los datos también son decidores, la Encuesta Nacional de Participación y Consumo Cultural del año 2012 (ENPCC) debela que una de las principales razones de no asistencia a espectáculos artísticos es la falta de tiempo.
En la misma encuesta señalada se observa una notoria diferencia según grupos socioeconómicos, por ejemplo al teatro los grupos más pobres (D y E), no asisten por “Falta de dinero” (15,6% y 17,5%, respectivamente) y “no hay sala de teatro en su barrio o comuna” (10,3% y 13,1%, respectivamente), así mismo a medida que disminuye el grupo socioeconómico aumenta el porcentaje de quienes opinan que el cobro es más bien “Caro” o “Muy caro” (el 53,8% del grupo E así lo considera). Sobre la participación en representaciones teatrales o asistencia a clases y talleres de teatro vemos que solo el 5% de la población participa, donde un 9,2% pertenece al grupo ABC1 mientras que solo el 1,1% pertenece al grupo E.
Es decir hay dos factores importante cuando hablamos de acceso al arte, el principal es la falta de tiempo y luego las condiciones socioeconómicas. El tiempo es lo que nos pertenece y dejamos día a día en el trabajo, largas jornadas laborales impiden un real acceso al ocio, al arte y cultura.
El debate del tiempo está cada vez más presente. Una de las primeras propuestas del movimiento obrero mundial fue la reducción de la jornada laboral: 8 horas de trabajo, 8 horas de descanso y 8 horas de ocio.
Esas 8 horas para el ocio, disfrutar, compartir con los amigos, la familia, desarrollar la creatividad no existen para el conjunto de la población, es por ello, mientras hablemos de una vida integral, de una sociedad con “cultura para todos” necesitamos partir también por transformar las condiciones de vida para poder disponer de nuestro tiempo para la recreación.